domingo, 5 de agosto de 2018

Salvador "Chava" Flores


El cronista musical de la ciudad


Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
18-08-05

#Semblanza, #Efemérides, #EfeméridesMexicanas, #UnDíaComoHoy 05 de agosto de 1987 muere el compositor Salvador Chava" Flores, considerado uno de los más destacados autores de la música popular en el siglo XX, y quien describiera el flolklor urbano.
Salvador "Chava" Flores. (1)
Nace el 14 de enero de 1920, en la calle de la Soledad en el muy conocido barrio de la Merced. Sus padres fueron el capitán de fragata Enrique Flores Flandes y la señora Trinidad Rivera de Flores. Tuvo dos hermanos.
En su infancia, como experiencia personal que lo influyó enormemente, vivió en casi todas las colonias del Distrito Federal de aquellos años: la Doctores, la Roma, la Romita, la Cuauhtémoc, Peralvillo, Tacubaya, San Rafael, Santa María la Redonda, El Carmen, Coyoacán, Santa María la Ribera, Hipódromo Condesa.
Al salir de la primaria y por el fallecimiento de su padre en 1933 tuvo que dejar la escuela para empezar a trabajar para ayudar a la familia.
En 1943 ya era contador en su lugar de trabajo y decidió renunciar para independizarse.
Un tiempo se dedicó a manejar una camisería de su propiedad, de nombre Flores y Méndez, empresa que fracasó al poco tiempo, por lo que trabajó en todo tipo de oficios: coser corbatas, mensajero, repartidor de todo tipo de objetos, cobrador, auxiliar de contabilidad, contador, comerciante, ferretero…
Tuvo también una salchichonería, pequeña empresa que fracasó.
Ya en una imprenta que abrió con una migo pudo editar la revista Álbum de Oro de la Canción, lo que le permitió conocer a grandes compositores de aquella época, y los entrevistaba. Al fracasar la imprenta, por falta de papel, en 1952 se inició como compositor, saliendo de su creatividad las canciones Dos Horas de Balazos y La Tertulia que fueron impresas en acetao en enero de ese año.
Tuvo gran éxito y surgieron nuevas producciones de su creación:  Boda de Vecindad, Peso Sobre Peso (más conocida como La Bartola), La Interesada, El Gato Viudo, Mi Chorro de Voz, Ingrata Pérfida y Llegaron los gorrones, canciones que hicieron mella en la población, llegando a conocerse en todos los medios sociales.
Cómico. (2)
A los éxitos anteriores se agregaron muchos más: Pobre Tom, Vámonos al Parque, Céfira, Cerró sus Ojitos Cleto, Pichicuás, Los Quince Años de Espergencia y, más adelante, Sábado Distrito Federal, Voy en el Metro y A qué le Tiras Cuando Sueñas, Mexicano.
Su particular estilo le permitió difundir aspectos de la vida de la ciudad que de otra forma pasaban desapercibidos por “la Cultura” de las élites. Logró incursionar en teatros, cine, radio y televisión (como se publicitaba a los que se quería promocionar).
Su participación en el cine fue en relativamente pocas películas, en siete: Mi Influyente Mujer, La Esquina de mi Barrio, Rebeldes sin Causa, Bajo el Cielo de México, El Correo del Norte y La Máscara de la Muerte, y ¿A Qué Le Tiras Cuando Sueñas Mexicano?.
La sociedad de Autores y Compositores de México afirma que tiene registrados más de 200 temas, aunque otras fuentes reportan más de 300.
Fue calificado de varias formas en agradecimiento a sus contribuciones: El Compositor Festivo de México, El Cronista Musical de la Ciudad, El Folklorista Urbano de México y El Compositor del Barrio.
Su obra abarcaba diferentes experiencias que había vivido. Incluía canciones cómicas pero también canciones de románticas.
No consideraba su música fuera “de protesta”:
“A través de la música se pueden decir muchas cosas; la música será siempre una memoria histórica, pero nunca se va a poder hacer una revolución o una guerra con una canción, así que la llamada canción de protesta no es más que un relato que describe la inconformidad de algunas personas, y es ilógico pensar que con canciones se va a cambiar el sistema. Eso se hace con trabajo y dedicación”. (2)
Tuvo diversas aficiones: la fotografía, la filatelia, la lectura, el cine y el baile sus grandes aficiones.
Coleccionaba las música con las obras de los grandes compositores mexicanos y extranjeros a quienes admiraba; sus preferencias incluían la música clásica, la instrumental, temas de películas, la zarzuela, el tango, y, obviamente, la música mexicana.
 “La obra de Chava Flores trascendió a niveles culturales y actualmente se le estudia en las escuelas primarias y secundarias. Varias de sus canciones aparecen en los libros de texto gratuito, mientras que en diferentes universidades se hace lo propio en la especialidad de sociología. Obtuvo varios reconocimientos y premios de instituciones tanto públicas como privadas, entre los que destaca la Medalla Agustín Lara, que la Sociedad de Autores y Compositores de México le otorgó por su brillante trayectoria artística.”(2)
En sus últimos años de vida estuvo en Morelia, pero regresó a la ciudad de México donde falleció un día como hoy.
(3)
Incluimos una entrevista realizada a Chava Flores por Margarita García Flores y publicada en un diario no específicado en 1977, y reeditada en 100 entrevistas 100 personajes.

Nació y murió en la ciudad de México (1921-1987) este tardío compositor. Defector de la carrera de Comercio y Administración, un buen día se decidió por su afición al folclore urbano. Fue autor de más de 300 canciones, algunas de las cuales son ya clásicos de la cultura melódica nacional: Los 15 años de Espergencia, Sábado Distrito Federal, Ingrata Pérfida y A qué le tiras cuando sueñas mexicano. Es autor del libro de crónicas Mi barrio y Mi pueblo. Intervino en seis películas e innumerables programas de radio y televisión.

Aquí ligas a algunas de sus canciones.
Sábado Distrito Federal:

Una interpretación, A qué le tiras cuaando sueñas mexicano:
La boda de vecindad:

LA OBLIGACIÓN DE SER FELIZ

Chava Flores canta para los de a pie, los que pasan su domingo en el bosque de Chapultepec, para los que se transportan en Metro, para los que se emborrachan con pulques de Apam porque no le llegan a la cerveza, para los que empeñan la palangana en el Monte de Piedad.
Él sabe a qué le tiramos cuando soñamos: a encontrarnos un billete de millón en la calle, a conocer al Pepe (canción escrita antes de) para que nos dé un hueso de ministro Conoce bien a los que viven en la Pensil, en al Bondojito, en Héroes de Padierna, en el Cuadrante de San Francisco. Ha visto a los teporochos que se compran un alipús en la tienda de la esquina de su barrio, tienda que se llama La ilusión del porvenir”. Conoce bien a los que vocean la noticia del día: ¡La extraaa, muerto asesinado por un criminaaal!”
En sus canciones están los que, según los pronósticos, no podrían resistir el shock del futuro (Lo que tu quieras, Minigracia). Están todos los personajes del Distrito Federal que no aparecen en las páginas de sociales de los periódicos, y sí muchas veces en la nota roja. Para mí, Chava es nuestro cronista, el cronista de los marginados “¡Oiga usted, si hubiera nacido cerca de una vecindad hubiera nacido en la calle! Nací en el barrio de la Soledad. Mis recuerdos no llegan a tanto pero parece que sí era una vecindad”. (Sonriente, voz delgada, moreno, bigotito muy bien recortado).
Pero sí, sí conozco muy bien la ciudad porque viví en todos los barrios de México. Posiblemente mi papá no pagaba la renta y a cada rato nos cambiábamos de casa. De la Soledad nos pasamos a la calle de Brasil, después a Revillagigedo, a Arcos de Belén, a Doctor Vértiz, a Durango, a Zacatecas, a la colonia Escandón, a la Guerrero, a Santa María. Puede decirse que México entero es mío. A esto, agréguese que tuve una chamba de cobrador. Me mandaban a cobrar costillas de zapatos –antes los zapatos de las damas llevaban una costilla para hacer el arco del tacón–. Los zapateros vivían en la colonia La Bolsa, la Vallejo, eran colonias baldías, casi desierto.
Portada de uno de sus discos. (4)
CANTAR DESDE LA CUNA
—No, ni siquiera sospechaba que luego compondría canciones. No sé exactamente cómo fueron las cosas, pero por donde yo vivía pusieron una imprenta, que no tenía mucho trabajo. Entonces a mí, que canto desde que hablo, que conozco tantas canciones, se me ocurrió hacer una revista que bauticé como El álbum de oro de la canción. Con la revista mi proponía que la imprenta estuviera ocupada siempre. Me encargué de la revista y durante cuatro años la sacamos. Hicimos cuatro tomos. Era una revista profesional, nunca se repetía. La dediqué completamente a los compositores e intérpretes que siempre he admirado. Al terminarse la revista por la escasez del papel, se me ocurrió escribir una canción, precisamente en diciembre de 1951. Este año cumplo 25 años de composición. Mi primera canción se llama Dos horas de balazos.
—¿Es usted muy serio?
—¡No, no lo soy! Más bien soy jetón. Sí así soy desde niño, siempre he llevado la música por dentro.
¿Canta para los que no han llegado, par los que no la hacen, para los que viven en el error, para aquellos a los que la revolución no les ha hecho justicia?
—La verdad, canto para el pueblo de México, para nosotros. Me interesa lo que sucede a la gente, nuestras fiestas, cómo vestimos, cómo nos divertimos, cómo somos. ¿Se acuerda de un anuncio de la Lotería Nacional que decía “Encuentre su bolita y sáquese los 80 millones”? Encontrar la bolita es saber para qué sirve uno, qué le gusta hacer y dedicarse completamente a eso. No hacer lo que otros nos obligan a hacer. La gente inactiva, para mi, es la que se levanta a las cinco de la mañana y corre a trabajar, y anda de prisa en los camiones, y se echa unos tacos y se va a la otra chamba, y llega muerto a su casa. No tiene tiempo de pensar en sí mismo. ¡Somos como las planchas, si no nos enchufan no nos calentamos! Cada quien tiene su propia actividad, su propio poder. Usted puede ver que cuando un señor prende un switch se ilumina la ciudad, caminan los trenes, las fábricas comienzan a trabajar, todo porque un señor movió un switch, y nosotros tenemos algo mucho más poderoso que eso, cada quien lo lleva en sí mismo. Eso es precisamente encontrar su bolita. Yo la encontré cuando tenía 31 años, al escribir mi primera canción. La hice con la idea de saber los problemas del compositor. Admiro a Curiel, a María Grever, a Lara, a Luis Alcaraz. No, no son canciones para viejitos. En ocasiones veo a gente joven que si oye una canción de ésas, bien cantada, llora. Y actualmente ningún compositor los hace llorar. No encuentro nada en la música de hoy, ni en la mía. Bueno, le decía que empecé a preocuparme por lo que sentía, por lo que sufrían los compositores y fue en el tiempo en que dejé de escribir.
¿Usted a qué le tira cuando sueña?
—Mi señora me dice que no compre billetes de lotería, pero, dígame, si yo no hubiera vivido cómo mucha gente, si no conociera a la gente, pues no podría componer las canciones que hago. Algunas personas me han preguntado: “¿Cómo se compone una canción?” Primero tiene uno que vivirla, que sentirla y, ¡claro!,  luego tiene que saber hacerla, si no, ¡dedícate a vender buñuelos! Admiro a la gente que hace algo que yo no puedo hacer. Mando llamar al plomero para que arregle algo de la casa y a ese señor ¡mis respetos!, lo mismo al carpintero o a la gente que trabaja en una oficina, o en una tienda o en un camión. ¿Para qué le digo cuál es mi canción consentida, si mi compañero no se la sabe y no la podemos tocar? Bueno, se llama México de ayer, un México que recuerdo y que ya no existe. Sí, tengo mucha nostalgia de ese México. Un gran porcentaje de los mexicanos estamos descontentos del México donde vivimos. Pepe Guízar dice que como México no hay dos, pero que somos tan ingratos que si hubiera dos ya nos hubiéramos largado para el otro. ¿Qué por qué mi tristeza por el pasado? Es que usted y muchos más no conocieron el México de ayer, que era apreciable, hermoso. Sí, muy pobre, mucho muy pobre. No había escuelas. No había tiendas donde pudiéramos adquirir lo que compramos ahora. Había pocos medios de trabajo. Mucha gente tenía que acomodarse de barrendero. ¿Sabe una cosa? Lo de la flotación nos ha unido como nos unió en el pasado. Ahora he notado que el mexicano está más cerca el uno del otro, tratamos de entendernos más, de ser más parejos. ¡No, no es por las posadas!
Infografía del compositor. (5)
En una de sus canciones dice que antes había muchas pulquerías con un letrero que decía “Peligro, pulquería”. ¿Había muchos borrachos tirados en la calle?
—¡Había muchas pulquerías y más borrachos! Había pocas escuelas y pocos maistros y si agregamos que los maistos se tomaban por borrachos… súmele.
¿Por qué es tan famoso el pulque de Apam?
—No sé, es una región como Coñac, o como Tequila. Las pulquerías, aunque nos hicieron mucho daño, pasaron a ser parte del folklor de México. ¿Nunca ha ido a la inauguración de una pulquería? Ahora se inauguran pocas, pero antes había muchas, cuando lo que ahora son colonias se llamaban barrios, cuando los mexicanos estábamos divididos en ricos y pobres, los ricos muy ricos y los pobres muy pobres, tanto que estábamos divididos en dos clases: los miserables y los muertos de hambre. Antes de ser inaugurada una pulquería llegaba un gritón con una bocina para llamar la atención. Regalaban muchas cosas. Cuando digo que toreábamo, no es que hubiera una corrida de toros. Torear el pulque era venderlo de contrabando, porque los domingos y los días festivos no se vendía pulque. Pero sabíamos que en la vecindad fulana (ahora a las vecindades se les dice condominios) se estaba toreando el pulque y las señoras que acostumbraban comer con su pulquito se ponían su rebozo y llevaban su palangana y la tapaban muy bien par que no se dieran cuenta los policíaas que, como siempre… (hace el gesto de espantarse las moscas).
Hay otra canción de usted, también excelente, que trata del problema de las casas en la ciudad de México, de los apartamentos de renta congelada…
—Poco a poco la clase media fue adquiriendo potencia, y los pobres salieron de las vecindades para ocupar apartamentos feos y oscuros. Ahora ya tienen su condominio y dejaron los apartamentos de antes, aparentemente de renta “congelada”, a los pobres. ¿Sabe lo que de veras quiere decir? El mexicano pobre tiene su economía bien catalogada. Sabemos que si no pagamos la renta a los tres meses, nos lanzan; pero ¿qué nos preocupa? El casero también es mexicano, de aquí a que lleva los papeles al abogado pasan otros tres meses. El abogado también es mexicano, de aquí a que hace sus porquerías y las lleva al juzgado pasan dos años. El juez también es mexicano y de aquí a que mande el caso con el actuario y le da la mordida… pasan los años. Pero no se crea que todo es fácil. Nunca arreglan esos departamentos: si al vecino de arriba se le ocurre llegar borracho, hay goteras toda la noche ¡Y las ratas y los guachinangos!
—¿Por qué sus discos –donde están las canciones de las que hablamos– no están editados por las grandes disqueras?
—Porque formé la compañía más chiquita del mundo. La hice en compañía de mis hijos (seis mujeres y dos hombres). Angeleste –nombre de la compañía– quiere decir: Ma. Gabriela, Ma. Luisa, Ma. Eugenia, Ma. Elena, Salvador, Ma. Teresa y Enrique. Han aparecido dos discos, de siete. Y ame retiré de grabar porque hace diez meses me operaron de las cuerdas vocales. De todos modos, antes no cantaba. Ahora que me agregaros más cuerdas vocales también canto feo. Me dijo el doctor ¡póngase esas inyecciones en la vena! Pero como no me gusta l’avena me las puse en el café con leche y ahora tengo un chisguete de voz.
—¿En sus canciones critica la sociedad mexicana?
—La gente cree que la critico porque hablo de ella. Sucede que entre más altas son las esferas que visito más se quedan con los ojos cuadrados cuando oyen mis canciones, porque no conocen al pueblo de México. ¿Aquí nos despedimos? Quiero exigirle que cumpla con la sagrada obligación de ser feliz.
¡Ya va! ¡Iguanas ranas!

Imágenes tomadas de:
(2) García Flores, M. (1977). La obligación de ser feliz. En 100 entrevistas, 100 personajes. PIPSA, Grupo Industrial y Comercial. 1991. (pp. 86-87).
(3) Sopitas.

Con información de:
(1) García Flores, M. (1977). La obligación de ser feliz. En 100 entrevistas, 100 personajes. PIPSA, Grupo Industrial y Comercial. 1991. (pp. 86-87).
(2) SACM.

D. R. 2018 Darío Aguirre




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