lunes, 10 de septiembre de 2018

Benita Galeana Lacunza

Feminista de izquierda de a deveras

Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
18-09-10

#Semblanza, #Efemérides, #EfeméridesMexicanas, #UnDíaComoHoy 10 de septiembre de 1907. Nace la activista política y luchadora social, Benita Galeana Lacunza, una de las mujeres más importantes del país en el siglo XX. Es encarcelada 58 veces. Siempre estuvo en contra de la injusticia. Reivindicó los derechos de la mujer. Muere el 17 de abril de 1995.
Nació en esta fecha en San Jerónimo de Juárez, aunque pudo ser en 1903 o 1904, ya que ella no disponía de la fecha exacta. Otras fuentes indican que fue el 7 de septiembre. Fue la 16ava hija. Su madre falleció cuando ella tenía dos años de edad. Su padre fue consumido por el alcohol poco a poco.
Benita Galeana, luchadora social. (1)
A los seis años de edad se fue a vivir con su hermana mayor, Camila, sirviendo en trabajos de la casa: molienda de nixtamal, hechura y venta de tamales, cuidar a sus sobrinos. Vivió fuertes pobrezas y violencia en esta etapa infantil.
Al intentar violarla el esposo de la hermana recibió un machetazo que le cortó los dedos. Las carencias y presiones le impidieron salir de su pueblo, pero en determinado momento se fue a Acapulco con otra hermana, pero la violencia continuó en diversas formas.
Se casó joven pero el matrimonio no fue fructífero en amor. Ella se embarazó pero tuvo a su hija Lilia fuera de su casa, evitando a la suegra.
Al regresar a su pueblo se dedicó a vender comida pero la economía no fue lo mejor. Su hija enfermó y sin dinero para el médico fue a ver a un general con quien había tenido relaciones, quien ahora la ayudó pero le exigió que fuera a vivir con él. La situación no pasó de mucho tiempo y pudo regresar con su hija.
En otra situación de carencia se juntó con un vendedor de mezcal donde se sintió en una buena alternativa, pero sin hija.
Su expectativa era llegar a la ciudad de México. En 1925 o 26 al ir a cobrar un dinero del mezcalero a la capital y logró parte de su sueño, para su mejoría. Tuvo allí que convivir con otro hombre sin su simpatía, Manuel Rodríguez. Con este hombre que la quería, no podía obtener los recursos para traer a su hija a vivir. Comenzó a trabajar en el cabaret El Viejo Jalisco en la calle de San Juan de Letrán, hoy Eje Lázaro Cárdenas. Se hacía pasar por virgen para aumentar su valor ante los clientes. Con los ingresos pudo ir por su hija a Acapulco, la cual le fue negada por la abuela quien pedía una fuerte suma de dinero por haberla cuidado. Prácticamente Benita se robó a su propia hija y fue perseguida. Regresó a la ciudad huyendo de la policía. Al trasladarse a vivir a una vecindad el ambiente se volvió hostil debido a la convivencia en ese lugar con los vecinos. Benita fue a parar a la cárcel por clavar un tenedor a una vecina chismosa. Al sacarla, Manuel la violentó fuertemente. 
Benita Galeana en una foto de Tina Modotti. (2)
A pesar de lo anterior, Manuel la introdujo en el trabajo y las ideas del Partido Comunista Mexicano (PCM), al cual se incorporó en 1927 entregándose al mismo completamente, en particular para la difusión de las campañas contra la aprehensión de trabajadores italianos y a favor de César Sandino en Nicaragua. El trabajo partidario estaba:
“El trabajo partidario se guió por los principios del comunismo internacional, concebidos por la Tercera Internacional con sede en Moscú, que los militantes adaptaban a la realidad mexicana. En el Sexto Congreso de la Internacional Comunista, celebrado en el verano de 1928 en Moscú y en el que participó el PCM, la política comunista dio un viraje radical. Respecto a México, el nuevo rumbo significó que el PCM retiraría su apoyo al gobierno mexicano, lo condenaría por fascista y lucharía por su derrocamiento. La consigna del Comintern a los partidos comunistas de enfrentar “clase contra clase” tenía que ser una lucha contra el gobierno sin tregua ni contemporización. Fue en medio de este ambiente de radicalismo exacerbado y sectarismo a ultranza que se templó el carácter comunista de Benita.” (Spencer, 2005, p. 152)
Fue ganándose su lugar con su trabajo personal. Siendo enero de 1929 fue asesinado el cubano comunista Julio Antonio mella opositor a Gerardo Machado en su país, pero fue su esposa, la fotógrafa Tina Modotti, italiana, la responsabilizada por el gobierno de Emilio Portes Gil, por supuesto crimen pasional. En octubre ocurrí la caída de Wall Street y al siguiente año México rompió relaciones con la Unión Soviética. Las sospechas de gobernación ante los embates comunistas provocaron la persecución de los miembros del PCM, hasta llegar a su exclusión ilegal.
En el PCM Benita conoció a José Revueltas, a Juan de la Cabada y a Rubén Salazar Mallén, entre otros.  Por su activa participación en todos los actos comunistas la cárcel se convirtió en su segunda casa, siendo famosa por haber ingresado 58 veces a ella. Pero no se mantenía inactiva: organizaba huelgas de hambre, e invitaba a las presas a cantar La Internacional ante la comida mala o protestas desnudas para evitar que los compañeros comunistas fueran trasladados a las Islas Marías.
En tales condiciones, sus convicciones y fama de comunista, y abandonada por Manuel, Benita no podía conseguir un empleo regular y regresó al cabaret. Allí conoció al gerente de una compañía petrolera, quien le ofreció casa y sustento, por lo que ella dejó el partido y se fue a Tampico con él, pero la vida del lujo no fue lo suyo y regresó a la ciudad de México con apoyo del empresario. 
Benita Galeana. (3)
Era tomada como amante, futura esposa o simplemente una hija, ya que era altamente atractiva.
A pesar de la ilegalidad del PCM entre 1930 y 1934 y haber sido confiscada la imprenta, el mismo no dejó de trabajar y tuvo unos de sus mejores años. El periódico El Machete siguió circulando. La organización le pidió a Benita hiciera la distribución del mismo, lo cual realizo con las contradicciones propias de que muchos trabajadores no simpatizaban con el comunismo y se expresaban de modo machista contra ella.
En el PCM cuidaban a los miembros y activaban el Socorro Rojo Internacional (equivalente a la Cruz Roja) en las ocasiones en que eran apresados.
“A lo largo de su vida, Benita fue una mujer de acción política más que de reflexión. Mientras más difícil la situación, según ella, mejor se sentía. Era precisamente esta actitud resuelta la que inspiraba a las demás mujeres y compañeros a seguirla. Benita decía de sí misma que era “de las barricadas” y “de la calle”, siempre resignada a la fatalidad de caer: “Si me muero en ésta, nada más quiero que me envuelvan en una bandera grande con la hoz y el martillo”, solía decir a sus compañeros.22 Los exiliados españoles que la conocieron a principios de la década de1940, cuando participaba en la lucha antifascista, notaron su calidad de militante y comentaron que si además hubiera contado con educación ideológica, México tendría en ella a su Pasionaria.” (Spencer, 2005, p. 155)
Su ideología no era muy profunda, ya que era una mujer de acción, de difusión y de resolución de problemas, más que de pensamiento:
Benita veía el problema de la igualdad de la mujer y del hombre de manera más sencilla y sin distinción de género. La huelga, el desempleo y la pobreza no discriminaban a la mujer frente al hombre. La desigualdad entre los géneros se resolvía con la superación de la mujer por medio de su incorporación a la vida social activa en lugar de quedarse en su hogar. En realidad, el cuidado de la casa y la maternidad ataban a la mujer al hombre. Así, la liberación de la mujer era incompatible con su papel como encargada del hogar. (Spencer, 2005, p. 155)
Una subsecuente relación, ahora con Humberto Padilla le permitió expresarse en el amor y ambos se fueron a Chiapas y a Campeche y que a él lo habían comisionado. Sin embargo al regresar a la capital las diferencias entre ellos se fueron marcando él la abandonó. Como el PCM apoyaba a Cárdenas ella pudo conseguir un empleo en la oficina de correos en 1938, donde aprendió a leer y escribir (cosa que no le dieron ni los hombres ni el partido) y escribió su biografía. Trabajó allí durante catorce años.
En la difusión del nuevo medio La Voz de México conoció al periodista Mario Gill, quien se cautivó por la energía de Benita. Se juntaron en una relación que duró toda la vida de él, hasta 1973.
Entre ambos trabajaron para la edición del libro de 1940: Benita. Fue de gran popularidad y reimpreso varias veces.
“Gill aprovechó la fuerza delas narraciones para entretener y para instruir a los lectores. El relato sigue la progresión de una mujer ignorante e ingenua de pueblo hacia su compromiso con un México de los pobres y no con el poder. Benita contiene episodios extraordinarios por medio de los cuales se perfila una mujer que siempre encontraba una salida a sus infortunios, que en ocasiones demostró una inusitada valentía, aunque a veces parecía ser a costa de su hija o en contra de sí misma.” (Spencer, 2005, p. 157)
En la obra da una visión muy personal de la Revolución y las duras vivencias a las que se enfrentó como  mujer campesina y obrera; describe con un particular estilo los crueles momentos que vivió desde su infancia hasta cuando se convirtió en activista política.
Benita no estuvo de acuerdo con la expulsión de los compañeros comunistas trotskistas del partido cuando lo ordenaron los bolcheviques y menos cuando llegó Trotsky a nuestro país.
“Benita los defendió y el encolerizado [José] Revueltas la quiso expulsar a ella. Benita consideraba a los trotskistas mexicanos como sus viejos camaradas, pues con ellos había compartido luchas en la calle, y nunca llegó a comprender los argumentos por los que el partido los expulsó y luego los condenó al ostracismo.” (Spencer, 2005, p. 157)
En el partido conoció a diversos personajes de la cultura mexicana como Frida Khalo y Diego Rivera. 
En sus años mayores. (4)
Debido a una de las lesiones sufrida por las arremetidas policiacas se le dañó la columna y fue necesario que usara un corsé de madera el resto de su vida.
Ella y Gill adoptaron a seis niñas indígenas para darles oportunidades en la vida. Lilia había fallecido de un problema cardiaco a sus 27 años de edad.
Entre sus luchas estuvo la búsqueda de la jornada de ocho horas y actualmente se le reconoce “la hora de lactancia” entre las trabajadoras del estado como una de sus reivindicaciones.
Junto con Consuelo Uranga, Concha Michel, Margarita Gutiérrez y Julia Hernández, organizó a las mujeres desempleadas de su tiempo para demandar la creación de guarderías (un gran avance), de un sanatorio para mujeres, la igualdad de los salarios para ambos sexos en labores semejantes (todavía por lograr), el reconocimiento de los derechos para los hijos naturales (de hecho desapareció tal designación) y el sufragio femenino (logrado hasta 1952).
En una segunda obra, El peso mocho, publicada en 1979, reúne diez relatos en los que recrea las costumbres y tradiciones de su pueblo en la época revolucionaria. En él narraba los personajes de su infancia como si acabara de conocerlos.
En su tercer obra, Actos vividos, relata su vida llena de contradicciones al lado de escritores como José Revueltas en la época del gobierno de Manuel Ávila Camacho.
Participó activamente en el movimiento del 68. Aunque después de la muerte de su esposo en 1973 Benita permaneció más o menos inactiva pero en 1985 encontró, a consecuencia del sismo, se permitió expresar su solidaridad con los afectados. En 1988 participó además en la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas por la presidencia y dio apoyo al movimiento del Ejército Zapatista.
Visitó a Fidel Castro en Cuba y fue a apoyar a Manuel Noriega contra la invasión norteamericana de Panamá.
Ya en su edad mayor encontró todavía el amor en un hombre varios lustros menor que ella.
Antes de fallecer a sus 91 años de edad, arregló sus papeles de herencia y entregó sus pertenecías a un Centro de Estudios hoy conocido como Casa Museo Benita Galeana/Centro de estudios de la Mujer y las Luchas Sociales, que se localiza en la calle de Zutano No. 11, Col. El periodista, en la actual alcaldía Benito Juárez en la ciudad de México.
Falleció el 17 de abril de 1995 de una embolia.


Véase: 

Imágenes tomadas de:

Con información de:
(1) Spencer, D. (2005). Benita Galeana: fragmentos de su vida y su tiempo. En Desacatos, núm. 18, mayo-agosto 2005, pp. 149-162. Disponible en internet: Scielo. [18-09-09]
(2) ELEM.
(3) Tovar Ramírez, A. (1996). Mil quinientas mujeres en nuestra conciencia colectiva. Diccionario biográfico de mujeres de México.  Edición de la autora. Disponible en internet: Scribd. [18-09-09].

D. R. 2019 Darío Aguirre





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