Cómo dar clases a los que no quieren (recibirlas o
aprender)
Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
15-11-05
Este tema es de
relevancia ya que la mayoría de los jóvenes de secundaria acuden sin querer
hacerlo. No les interesa la clase, no les interesa el estudio, no les atrae ser
mejores, no tienen nivel aspiracional elevado, tienden al inmediatismo o se
encierran en un mundo de posibilidades más bien estrecho.
Básicamente escucho y anoto lo que el profesor Juan Vaello Orts va presentando en su video, el cuál se liga más adelante. Por lo anterior, tomo en cuenta las opiniones y las reflexiono, las voy asumiendo poco a poco y de momento no las critico. Estos son más bien mis apuntes. Se trata del punto de vista de Vaello. Espero pueda servirles.
El autor
propone la gestión o manipulación de todas las variables en el aula.
Considera que
hay 5 niveles de variables:
1. El aula que es un espacio de convivencia entre
personas, la gente pasa mucho tiempo allí.
En ella existen
roses positivos y negativos, dulces, empáticos, amargos, conflictivos,
menosprecios, gestos.
Es necesario
controlar dichos roses y que evitar que vayan a la deriva. Con ello se logra un
mejor el clima del aula y, a partir de allí, dar clases con eficacia y eficiencia.
Propone convivencia
y trabajo.
2. Hay además relación de la persona consigo misma: autoestima
positiva o negativa, alta o baja, relación consigo misma valorada o
desvalorada. Tanto del profesor consigo mismo como de los alumnos.
Si está uno
insatisfecho consigo mismo la cabeza no puede aprender.
Solo
autovalorados, desde su punto de vista, podemos centrarnos en cosas superiores.
Hay que
enfatizar las relaciones intrapersonales.
3. Se
producen procesos atencionales.
El profesor
atiende a los alumnos de modo concentrado o disperso. Además lo que hace logra que se concentren o
se dispersen.
Los alumnos
atienden al profesor. Se requiere de concentración de ellos y atención sostenida
en el tiempo.
Por ello es
importante enseñar a concentrarse por autonomía.
El profesor
necesita tener capacidad de capturar y mantener atención.
4. Ámbito motivacional.
¿Qué lleva al
alumno a realizar estudios? Pregunta clave que no se responde por parte de casi
nadie (mi opinión).
La
voluntariedad no siempre es unánime ni plena, hay forzamiento. Yo diría es
escasa o casi nula en tanto que el estudio no es visto, en nuestra sociedad
mexicana actual, como algo valioso o que pueda reportar beneficios.
5. Nivel académico del profesor, que implica la
cantidad y calidad de aprendizajes relacionados con la materia que se imparte.
Considera
Vaello es consecuencia de los anteriores.
Por lo que es
importante saber cómo manejar conflictos, así como la gestión de aula en
niveles obligatorios.
El profesor
debe saber que no existe solamente el nivel académico y en realidad hay que
saber cuánto es lo que realmente se les debe enseñar de cada materia, no
pretender que sepan mucho.
Manejo de la
convivencia en varios niveles.
En un clima
proclive al trabajo, cuando no haya alumnos que duden de su propia valía, los
jóvenes aprenderán más.
Los cuatro
primeros son causa del último.
Enfatiza que hay un Obligatoriedad por parte del
alumno.
Hay una letra O de obligatorio. Para el
niño o joven estar en la escuela es un asunto obligatorio y muchos de ellos se
ven y sienten como prisioneros.
La
obligatoriedad se manifiesta por conductas inadecuadas, disruptivas.
¿A cuántos que
no están deseosos de estar implicados puedo implicar?
Vaello propone hablar
del primer nivel o de convivencia, donde hay varios tipos de ellas.
Como solución a
la gestión del aula con O de obligatoriedad propone completar las vocales: A E
I U.
A de Atención. Mejorar los niveles de
atención. De lograr que el alumno atienda lo más posible.
Empatía. Mejorar la potencia
entendida como la capacidad de conectar con los alumnos.
Los profesores
empáticos, se preocupan por los alumnos y cómo los ven, son potentes, son los
más apreciados y recordados.
Los profesores
deben ver a los alumnos, y que se enfocan a saber cómo les ven sus alumnos, son
potentes.
Los profesores
con cierto prestigio y de quien se acuerdan tienen cualidades
sociorelacionales: se interesaba por mi, buscaba mi mejoría, que estuviera
bien, le gustaba mucho lo que enseñaba, era capaz de entusiasmarnos.
Socioemocionales.
Sugiere preguntar
por el mejor profesor que hayan tenido, y hacer catálogo de cualidades, auto
evaluarse respecto a eso de 5 a uno, donde no nos pongamos de 5 a uno marcar
propósitos de mejora.
¿Cómo me ven
mis alumnos? Cualidades y defectos. Qué quieren que uno cambie.
Averiguar qué
personas hay detrás de cada alumno. Mejores ciudadanos. Si no avanzan en la
materia que avancen en su personalidad.
Si adopto una
distancia una actitud de no interesarme seré no recordado o mal recordado.
Interés.
Es un
privilegio estar “sentados del otro lado” (no entiendo qué lado).
Se trata de que
sea de interés para el alumno. Ofrecer una clase para ellos que se sienten
obligados y sin gusto.
¿Qué tipo de
clase puedo ofrecerles para que les sea interesante a todos?
Un pescador
pone lombrices que a él no le gustan pero sí a los peces.
Hay que
averiguar qué les gusta, cuáles son sus intereses. Todo se puede dar a partir
de cosas que les entusiasman.
Se trata de
mantener el interés en la materia. Hay que hacer que sea interesante la materia
para el alumno. Sí, debe ser interesante para el profesor, pero hay que hacerla
interesante a los alumnos. ¿Qué clase debo dar para que sea interesante a los
alumnos?
Toda clase
puede darse a partir de lo que es interesante para el alumno.
Utilidad. Hacer algo que sirva. La
gente debe saber la utilidad de lo que aprenden, de preferencia por experiencia
y emociones.
Cuando no hay
utilidad hay trabajos forzados, no querrán aprender. La utilidad es para ellos,
no para uno.
No podemos
tener gente en el salón sin que sepa para qué es útil, y lo deben experimentar,
más que recibirlo por el medio verbal.
¿Cómo hacerlo?
Convivencia en
el aula que implica un respeto mutuo.
De unos a otros en todas direcciones.
Hay falta de
alumnos hacia alumnos, de alumnos a profesor y de profesor a alumnos. Hay que
ofrecer el respeto, ser respetuosos y respetables, estaremos moralmente
capacitados para recibir.
Hay que ser
respetuoso y a partir de allí dar respeto.
El respeto
mutuo ante todo.
Los académicos
excluyentes son los que están centrados en los contenidos pero dejan de lado
todos los demás aspectos. Se excluye cuando no se atiende a los que no pueden y
los que no quieren.
Los académicos
excluyentes se centran el tema académico, que los jóvenes sepan mucho de mi
materia, pero excluye otros factores que son importantes, ya que con el
pretexto intentar de que muchos sepan mucho, se tiende a olvidar atender a los
que no pueden y a los que no quieren.
Hay una brecha
enorme entre lo que se les pide a algunos y lo que pueden dar.
Hay alumnos que
han aprendido a no querer estudiar.
A cada brecha
corresponde un puente. El excluyente abre brechas.
La raíz no
está, en este caso, en la actitud del profesor.
Suponiendo una
clase que tiende puentes a todos, que da posibilidades a todos: una clase
posible, apetecible, asequible a todos… si después de ello me devuelven
problemas entonces estoy facultados para exigir respeto.
El respeto es
un valor básico.
A la edad
escolar se forman brechas enormes entre alumnos, entre lo que se les pide y lo
que pueden dar.
A cada brecha un puente. Los académicos
excluyentes abre brechas y hace alumnos disfuncionales.
La herramienta
potente para mantener la disciplina asertiva proactiva y formativa es el
respeto como valor básico.
Cada
indisciplina es señal de una carencia emocional, falta de control.
Cada conflicto
es señal de necesidad de intervención. Luego
entonces propone meter cuñas de apoyo a la necesidad emocional.
Defiende un
tipo de disciplina asertiva y formativa.
Cada conflicto
es una señal de una carencia socioemocional o de asertividad, es falta de
autocontrol (y de falta de autoestima), es falta una serie de competencias que
deberían tener y no tienen.
Lo mejor para
mantener la disciplina es… poner una cuña en cada debilidad socioemocional , la
cual fortalece la debilidad. Una pequeña intervención, una pequeña frase, una
pregunta, un pequeño gesto, una pequeña mirada, una demanda… que convierte la
debilidad en potenciación.
¿Qué hacer para
implantar respeto?:
1º Poner
límites. Norma es diferente de límites: límite es frontera implícita conocida
por todos. Los límites no se ponen por escrito.
Lo que regula
en el aula es la norma real.
Los límites se
establecen. Establecer normas reales.
Se hace
reaccionando adecuadamente a los incumplimientos.
Quien incumple
lo hace para mantener su autoestima elevada.
Siempre estamos
en búsqueda de mecanismos de valía, y persistimos.
En la vida
persistimos o desistimos. Repetimos actividades que nos suben la autoestima.
Si apoyamos su
autoestima sin que hagan lo que se les da la gana, evitaremos que hagan cosas a
destiempo.
Hay confusión
entre límites y normas. El límite no se escriben, se establecen, se fijan pero
no se escriben.
Las normas son
los límites teóricos. Las normas reales son las que norman la conducta en las
aulas, no las escritas. Por eso es importante concentrarse en normas reales.
Debemos concentrarnos en que las normas teóricas se conviertan en reales.
Alguien las va
a incumplir para mantener la autoestima. El protagonismo es indicador de una
carencia emocional.
El chiste es un
mecanismo de refuerzo de la autoestima.
Repetimos
aquellos actos que implican aumentar la autoestima y nos alejamos de los que
nos la bajan.
Si hacer un
chiste provoca risa tendrá una sensación de autoestima.
Necesitamos
hacer que mantengan su autoestima alta sin necesidad de que tengan esas
conductas.
Para fijar los
límites dependerá de cómo reaccionamos cuando interrumpe.
Norma teórica
>> incumplimiento >> reacción del profesor.
Los alumnos
eligen momentos de incumplimiento y con quién lo harán. Nosotros tenemos que
reaccionar cuando deciden incumplir. Hay una desventaja táctica. Ya que son
condiciones contextuales que nosotros no decidimos.
Por ello
tenemos que preparar de antemano los incumplimientos típicos.
La más potente
intervención del profesor es la que no se hace. Es ignorar las disrupciones que
no alteran la clase. Un gesto o algo leve.
Las
disrupciones detienen la clase y ese el objetivo del alumno.
Si se hace la
intervención siempre, se da prioridad.
Advertencias
fuertes verbales largas mientras menos mejor
2º Si damos
menos importancia a las disrupciones mejor.
Pocas y breves
advertencias.
Hacer las advertencias
breves y muy calmados… la calma se entrena.
Solicitar
respeto a los alumnos en tanto que uno mismo se los da.
Los alumnos que
no tienen una capacidad de desatacar por el intelecto lo harán por el
rompimiento de los límites.
En general
buscamos persistir en aquello que nos sube la autoestima.
Buscar que
tengan una alta autoestima sin romper la disciplina y los límites establecidos.
Tenemos que
reaccionar sin planearlo, ya que ellos han elegido el momento de incumplir. Hay
que preparar las reacciones ante los incumplimientos tácticos típicos: interrupciones,
conversaciones, alumnos sin materia, chistes a destiempo. ¿qué haré? La más
potente intervención es la que no se hace en aquellas disrupciones que no
alteren grandemente la clase. Con una mirada, un gesto, se pueden anular. No
soslayar lo que sea trivial.
Con cualquier
intervención disciplinaria del profesor se detendrá la clase, y muchas
intervenciones son para hacer precisamente que eso ocurra para que se le preste
atención.
Cuantas menos
intervenciones mejor. Menos protagonismo a las disrupciones, mejor. Pocas
advertencias, y en su caso ser breves.
3º las
advertencias han de ser calmadas. Otro de los motivos es crispar al profesor.
¿Qué hacer
cuando incumplen?
Reacciones
ideales del profesor: Evitar la reacción no planeada. Por lo tanto planear las
consecuencias previamente a los incumplimientos.
La peor
intervención es la que no se tiene. Pero al mismo tiempo hay que discriminar en
qué disrupciones vamos a intervenir abiertamente, y cuáles las podemos
controlar con un gesto o una frase breve.
Pocas
advertencias. Ocupar el tiempo en disciplinar quita tiempo a la clase, y es el
objetivo de muchos alumnos.
Las
advertencias deben ser calmadas. Lentas, parsiomoniosas. Tono bajo y lento. La
relajación y el sosiego predominan. Pero deben ser firmes.
Evitar
aceleración y crispación.
Las
advertencias calmadas deben ser firmes.
Vivimos en un
medio que no dice no… hay desdibujo de las normas.
Demasiada
permisividad. Si lo dicen no lo saben mantener.
Hay que saber
mantener el “no” de modo firme, no acelerada ni agresiva, sino firme.
Asertividad. Firme sin romper la relación.
La empatía es
la fuente de poder para el profesorado.
Las
advertencias insuficientes o blandas son perjudiciales.
Hay que evitar
la sobrecorrección con agresividad. Evitar sarcasmos.
Otro pecado o
peligro son las advertencias insuficientes, blanditas. Aceptamos resignadamente
el que el alumno siga haciendo lo que quiere.
Una conducta es
una intervención aislada aquí y ahora.
Buscan reponer
el respeto perdido.
Si se trata de
actitudes negativas, lo que se mantenidas en el tiempo y se oponen al profesor:
¿Qué hacer en actitudes y conductas negativas?
En particular
si se opone a lo que quiere o necesita el profesor.
La conducta es
una postura en el tiempo ante la clase.
Averiguar si
nos ocurre solamente a nosotros o a otros profesores.
Aprender a no
trabajar ante los alumnos conflicto en solitario. Hay que formar equipos con
otros profesores. Profesores en solidario en lugar en solitario.
Los alumnos
necesitan atención de tipo social no individual
Cada alumno
tiene nivel de tratamiento. Profesor, tutor, asesor psicológico, institución,
institución externa.
Lo fundamental
no es el control directo. Controlar sin control.
El autor busca
tener un pie en la teoría y otro en la práctica ya que si solamente se está en
la práctica se experimenta por ensayo y error y sin teoría se pierde la noción
de la realidad.
Aquí el video:
De momento la
revisión hasta aquí.
Esto
corresponde más o menos hasta el minuto 38 del video, el cuál tiene 1 hora con
56 minutos.
D. R. Darío Aguirre 2015
Mil gracias, Darío Aguirre... Estos materiales se valoran enormemente. México atraviesa una terrible crisis en su sistema educativo, y los profesores solo podemos mantenernos en la línea de fuego gracias a la formación continua de calidad que las más de las veces se pesca mejor por estos medios.
ResponderEliminarAunque para muchos en momentos yerro al hacer algunas aseveraciones procuro llevar toda la problemática que se me presenta en lo cotidiano a un proceso de reflexión, a la ubicación de patrones de comportamientos disfuncionales, a proponer los funcionales, a provocar el diálogo. Espero poder lograrlo
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