viernes, 28 de agosto de 2020

Juan Gabriel

El Divo de Juárez

Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
18-08-28
20-08-28
 
 Nota: Debido a que Blogger de Google oculta las publicaciones hechas en el blog antes de dos años a la fecha de hoy a las búsquedas internas del público, y en las búsquedas externas coloca a las mismas como "no seguras", he decidido volver a publicar todas las semblanzas realizadas en 2016, 2017 y 2018 el mismo día a que correspondan en las efemérides. Todas las publicaciones anteriores a junio serán reeditadas el siguiente año, pero puede accederse a ellas a través de las Efemérides Mexicanas de este 2020 ya que en cada fecha se pone la liga a la entrada del blog.


#Semblanza #ElPersonajeDelDía #UnDíaComoHoy 28 de agosto de 2016 fallece Juan Gabriel, ícono de la música mexicana, conocido como el Divo de Juárez, con unas 1,800 canciones en su haber de todos los géneros musicales.
El Divo de Juárez. (1)

Nació el 7 de enero de 1950 en Parácuaro, Michoacán. Hijo de Gabriel Aguilera Rodríguez, arriero de Jacona, Michoacán, y de Victoria Valadez Rojas de Aguilera, campesina de Parácuaro, Michoacán. Cuando nació, una comadre de su mamá, María de Jesús Valverde, sugirió que lo bautizaran como Alberto, en honor al personaje de una historia cubana, El derecho de nacer, llamado Albertico Limonta, el cual estaba de moda gracias a la Radionovela de la XEW.
El padre provocó un incendio que, al tratar da apagar lo llevó a intentar suicidarse pero su acción lo llevó al trastorno mental, llegando a dar a La Castañeda. La madre huyó a Apatzingán por problemas con las cuñadas, de allí a Ciudad Juárez, Chihuahua.
De los 5 a los 13 años permaneció internado en la Escuela Laica de Mejoramiento Social para Menores, en donde una patrona de su mamá, María de Jesús Mena, le consiguió lugar.
Acompañaba a su madre a la iglesia pero las imágenes lo asustaban.. Él siempre ha huido del sufrimiento, del dolor y la soledad. Un compañero suyo le alquilaba la guitarra con la que practicaba música. En el internado aprendió a elaborar pan de sal, de dulce y donas de chocolate.
Llegó al quinto año de primaria y pasó a “la escuela de la vida”.
Siendo niño aprendió hojalatería y elaboración de artesanías, bajo órdenes de don Juan Contreras, de Zacatecas, a quien consideraba su padre, abuelo, consejero, maestro y mejor amigo; en él creía y sólo a él le confiaba la tristeza que sentía por estar alejado de su madre. Y con él se fue a trabajar cuando huyó, a los 13 años, del internado.
Llegó a escuchar en un Templo Metodista cómo cantaban y conoció a dos señoras, Leonor y Beatriz Berumen quienes se lo llevaron a vivir a la calle de Santos Degollado y 16 de Septiembre. Entonces, supo qué era la religión. Se dedicó a limpiar la iglesia, cantar en el coro y leer La Biblia, de la cual aprendía de memoria versículos, mismos que debía leer a los creyentes los domingos. Así, correspondía al gran amor de doña Leonor y “doña Ticho”, como cariñosamente le llamaba a doña Beatriz.
Es a esa edad que compone La muerte del palomo y Ases y tercia de reyes.
Viaja a la Ciudad de México, recorre todas las compañías de discos sin suerte alguna. Regresa a Ciudad Juárez y obtiene su primer contrato para actuar en el Malibú, recibiendo un salario de diez dólares diarios. En este mismo año conoce a la señora Mc Ulley. En 1969 realiza dos presentaciones diarias, en el Malibú a las 12 horas y en Boom-Boom a las 14:00. Entonces, vivía en un departamento amueblado al fondo del Hotel Ritz.
Fue rechazado de varias disqueras pero en la RCA lo contrataron como corista de varios cantantes: Roberto Jordán, Angélica María y Estela Núñez, por baja remuneración regresa a Ciudad Juárez.
Durante 1970 sigue trabajando en diversos centros nocturnos pero, a insistencia de varias personas seguras de que triunfaría en México, decide regresar a la capital y probar suerte por última vez. Al llegar al Distrito federal, por falta de dinero, tuvo que dormir en la Estación de Ferrocarriles, en la Terminal de Autobuses, en la Alameda Central y en la Villa de Guadalupe. Es llevado a la cárcel acusado de robo, episodio que sería plasmado en la película Es mi vida. Mientras estaba encarcelado injustamente compone canciones de protesta y poemas que no ha querido grabar. También surgen temas como No tengo dinero, Me he quedado solo, Tres claveles y un rosal, La más querida e Iremos de la mano. La tortura de la privación de su libertad se prolonga año y medio.
La cantante Lucha Villa le prestó dinero para comer dormir en uno de sus tantos viajes al Distrito Federal, cuando más lo necesitaba.
Adoptó entonces el nombre artístico de Juan Gabreil; Juan en agradecimiento al viejecito que le enseñó a trabajar, mismo que lo aconsejaba cuando estuvo internado, y Gabriel en memoria de su padre.
En 1971, gracias a sus canciones, conoce a Andrés Puentes Vargas, director de Lecumberri, y a su esposa Ofelia Urtusástegui; el primero le presenta a La prieta linda y la segunda encuentra que no había pruebas suficientes para que permaneciera encerrado.
Ese mismo año Raúl del Valle y Enrique Okamura le ofrecen integrarse a las filas de RCA Victor en donde firmó contrato e inició la grabación de su primer disco, Un alma joven, en donde incluye su primer gran éxito No tengo dinero. Queta Jiménez, La prieta linda, también le tiende la mano y se convierte en su primer intérprete cuando graba Noche a noche. Posteriormente, Roberto Jordán interpreta No se ha dado cuenta y Estelita Núñez Extraño tus ojos. Con los temas No tengo dinero, Me he quedado solo, La más querida y Por las mañanas llevó a cabo su primera presentación profesional en Caracas, Venezuela, en el programa Él y ella de Radiocaracas Televisión, bajo la conducción de Mirla Castellanos y Miguel Ángel. Fue la primera vez que subía a un avión en plan promocional; viajó por Valencia, Maracaibo, Puerto La Cruz y Maracay. Trabajó en Caracas en el programa De fiesta en Venevisión. Participa en el programa Estrellas musicales con Jesús Acosta, productor en Canal 8 del entonces Televicentro. Recibe su primer disco de Oro.
Participa en el Festival OTI ‘72 con Será mañana Uno, dos y tres y me das un beso, mismas que aunque no calificaron, se colocaron en los primeros lugares de popularidad y fueron grabadas en un disco. Acompaña a José Alfredo Jiménez a su homenaje por 25 años como compositor en Dolores Hidalgo, Guanajuato.
De ahí en adelante su carrera se dispara para alcanzar niveles tan altos que ni los problemas ni las habladas le harían bajar.
Fue uno de los cantautores más prolíficos de la historia del espectáculo en México, con alrededor de mil ochocientas canciones registradas. Fue apodado El Divo de Juárez y también fue actor y productor. Su música abarcó un sinnúmero de géneros musicales como boleros, ranchero, pop, salsa, banda, new age, disco, country y big band, entre muchos más. Unas de sus más logrados temas, a nivel poético, son Abrázame fuerte y Amor eterno.
Unas de sus más logrados temas, a nivel poético, son Abrázame fuerte y Amor eterno. Al respecto de este último tema el poeta y maestro Luis de la Peña Martínez escribió en Facebook hace dos años:
"Obligo a que te olvide el pensamiento
pues siempre estoy pensando en el ayer
prefiero estar dormida que despierta
de tanto que me duele que no estés"
Esta estrofa de Juan Gabriel quedará como un ejemplo de los mejores versos endecasílabos escritos en la poesía popular mexicana..."
 Aquí Abrázame fuerte:

 Hasta que te conocí:

Amor eterno:
Aquí reproducimos una entrevista que le hiciera Elizabeth Vargas en abril de 1985 y publicada en un periódico no indicado pero reproducido en el libro 100 entrevistas 100 personajes.

Compositor y cantante nacido en Parácuaro, Michoacán, en 1950. Desde muy temprana edad alcanzó el triunfo en Ciudad Juárez, Chihuahua, como intérprete de sus propias canciones. Es un autor de vasto repertorio: entre otras canciones destacan No tengo dinero, siempre estoy pensando en ti, Se me olvidó otra vez, Siempre en mi mente, A mi guitarra, Lágrimas y lluvia, Ya lo pasado, pasado, Querida, La guirnalda. Su música se ha utilizado en películas nacionales, y ha recibido gran número de distinciones.

SOY REY
El recuerdo más hermoso que tengo de mi madre es su sonrisa. Era una sonrisa especial. Una sonrisa de buena gente. Amigable. Sincera.
Confiesa Juan Gabriel, ese mismo Alberto Aguilera que amó por sobre todas las cosas del mundo a su madre. El que luchó, trabajó, perseveró y triunfó por ella. El que hoy la recuerda con inmenso cariño porque “fue mi mejor amiga y yo fui su mejor amigo”. Y su frase parece quedarse flotando en el tiempo.
—…es su sonrisa. Verla sonreír era mi orgullo, porque ella era muy buena gente. De ella heredé la serenidad. Soy sereno hasta en los peores momentos. Puedo estar muy nervioso, pero todavía no hay quien me lo note. En verdad, me parezco bastante a ella –dice como queriendo atrapar más vivencias de aquellos tiempos, cuando estaban juntos para amarse y motivarse.
—Su sueño más grande era verme realizado y lo vio cumplido –añade el compositor que ha alcanzado el mayor éxito de los últimos años en México.
—Otro deseo que tenía era morir… porque ya estaba muy cansada. Yo lo sabía, por eso me quedé tranquilo cuando sucedió. Y también me quedé satisfecho porque, hasta donde pude, le di todo. Mi madre ha sido el cariño más grande de mi vida.
Este es el Juan Gabriel auténtico, honesto, humano. Es rotundamente distinto al que han atacado sin misericordia. Es también el que nada tiene que decir de su padre… “Porque no lo conocí”, aclara inmediatamente.
Muy joven. (2)
—No puedo platicar nada sobre él, pero el día que usted quiera le presento a mis hermanos. Ellos sí pueden hablar de él. ¿Qué puedo decirle de un señor que murió cuando yo tenía seis meses? Sólo repetiría lo que me han contado mis hermanos que lo adoraron infinitamente. Era su ídolo, su maestro, su todo.
Juan Gabriel también recuerda, con la nostalgia montada en su humanidad, a su abuelita Brígida, que hablaba tarasco y era nativa de Guarachita, un pueblecito cercano a Uruapan, Michoacán. Y al hablar de esa región, exalta su amor a la tierra y confiesa: —Mi país es el más hermoso de todos y Michoacán mi estado favorito, porque todos los míos son de allá. Amo de ese lugar todo, porque me parece bonito.
—Hice una canción que se llama, precisamente, Guarachita, porque es un pueblo fantásticamente bello.
Este compositor –auténticamente nacionalista– siempre ha estado rodeado de cariño. Fue un niño muy consentido, rebelde, inquieto e inestable.
Es indudable que este muchacho que a veces se quiere solo, ha logrado el sitio que tiene con esfuerzo, estudio, dedicación y mucho trabajo. Nada le ha caído del cielo. Tampoco ha triunfado por el factor suerte, porque él no cree en ella. Por el contrario, Juan Gabriel siempre ha desafiado a la vida y, por eso y por su indiscutible talento y sensibilidad, está sentado en la silla del rey.
—Soy rey en el buen sentido de la palabra –rectifica divertido–. Soy rey desde que mi madre me dio a hacerla quedar mal.
Mientras habla recuerdo algunos de sus éxitos: Lágrimas y lluvia, Qué divino amor, Se me olvidó otra vez, Te pareces tanto a mí, Aunque te enamores, Yo no nací para amar, Siempre estoy pensando en ti, Con tu amor, La muerte del palomo y tantas más. Recuerdo también que, antes de que triunfara, Juan Gabriel derrumbó barreras y nunca se amilanó ante las negativas con las que se topaba. Perseveró, luchó y trabajó como lo hace hasta hoy. Es un artista rico en sentimientos, en emociones, en vivencias y en dinero, obviamente. Tiene varias residencias porque prefiere llegar a casa que al hotel.
—Aquí en la ciudad tengo un edificio y casas en Acapulco, Tijuana, Ciudad Juárez y Los Ángeles. Por eso trabajo, para disfrutar de lo mío. Cuando llego a hoteles, sólo es por necesidad.
Se le ha colgado el cartelito de ser un cantante un poco especial y a la vez inalcanzable, pero sólo es imagen:
—Cada quien puede tener una imagen mía y yo respeto su opinión, pero pienso que a la gente le falta lo que yo tengo de más: me conozco. Una cosa es conocer al artista y otra a la persona.
También se ha dicho una y mil veces que está peleado endemoniadamente con la prensa, porque casi nunca concede entrevistas.
—No digo que toda la prensa es igual, pero todo mundo habla según le va en la feria. Y no es que me moleste o que no esté de acuerdo. Si es una profesión tan bonita, deben aprovecharla para hacer verdadero periodismo. Pero hay muchas personas que nunca pudieron ser artistas y quieren estar cerca del medio para aflorar sus malas vibraciones y su nefasto veneno. Los verdaderos periodistas no tienen por qué levantar falsos testimonios o calumniar al artista. Eso es ser profesional…
Y Juan Gabriel tiene razón. Mucha razón. Tanto se dijo de él cuando vivía su madre que, por eso, prefiere ser ajeno a las entrevistas…
—Porque a las madres les duele cuando ofenden a sus hijos.

Imágenes tomadas de:
(1) TVyNovelas.
(2) Vargas, E. (1985). Soy Rey. En 100 entrevistas, 100 personajes. PIPSA, Grupo Industrial y Comercial. 1991. (pp. 92-93).

Con información de:
(1) SACM.
(2) Vargas, E. (1985). Soy Rey. En 100 entrevistas, 100 personajes. PIPSA, Grupo Industrial y Comercial. 1991. (pp. 92-93).


D. R. 2018 Darío Aguirre
D. R. 2020 Darío Aguirre




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