Intérprete gráfico de las luchas sociales
Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
23-11-24
#Semblanza, #ElPersonajeDelDía, #UnDíaComoHoy 24 de noviembre de 1957 muere en la ciudad de México, D. F., a
la edad de sesenta y un años, el ilustre pintor guanajuatense Diego Rivera,
quien con sus murales de proyección sociológica y revolucionaria se coronó como
el mejor intérprete gráfico de las luchas sociales del pueblo mexicano, amén de
que su técnica pictórica y creativa son consideradas únicas. Figura clave de la
plástica mexicana del siglo XX. Entre sus obras monumentales destacan
"Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central" y las plasmadas
en los edificios de la Secretaría de Educación Pública y en el Palacio de Bellas
Artes. Nace el 8 de diciembre de 1886.
Nació en Guanajuato el 8 de diciembre de 1886. A temprana edad comenzó a desarrollar su talento para la
pinturahyoi. Cuando apenas
contaba diez años, la familia de Diego se trasladó a la ciudad de
México. Allí, obtuvo una beca del gobierno para ingresar en la Academia
de Bellas Artes de San Carlos, en la que permaneció hasta su expulsión
en 1902, por haber participado en las revueltas estudiantiles de ese
año.
En la Academia de San Carlos estudió los estilos artísticos
tradicionales europeos, sin embargo, las influencias que recibió en su
estancia en la capital fueron muy variadas, tanto que fueron desde las
de su primer maestro, hasta las del artista popular José Guadalupe
Posada, grabador en cuyo taller trabajó y cuya influencia sería decisiva
en su posterior desarrollo artístico.
Pasó alrededor de 15 años (1907-1922) viajando por Europa donde se interesó por el arte de vanguardia, abandonando el academicismo. En 1907, viajó a España para estudiar las obras de Goya, El Greco y Brueghel en el museo de El Prado de Madrid. Después, se mudó a París y quedó fascinado con el movimiento cubista de vanguardia que había fundado Pablo Picasso. Sin embargo, después de cuatro años, comenzó a cuestionar este movimiento.
Además de ser un artista célebre y controversial, fue un activista político provocativo que incitaba al debate no sólo en México, sino también en los Estados Unidos y en la Unión Soviética. Fue un artista comprometido políticamente, reflejando su adhesión a la causa socialista en sus propias realizaciones murales, además fue uno de los fundadores del Partido Comunista Mexicano.
Cuando volvió desde Italia a México (1922), junto con David Alfaro Siqueiros se dedicó a estudiar en profundidad el arte maya y azteca, que influirían de forma significativa en su obra posterior. En colaboración con otros destacados artistas mexicanos del momento (como el propio Siqueiros y Orozco), fundó el Sindicato de Pintores, del que surgiría el Movimiento Muralista Mexicano, de profunda raíz indigenista.
Durante la década de 1920 recibió numerosos encargos del gobierno para realizar grandes composiciones murales como las del Palacio de Cortés en Cuernavaca, el Palacio Nacional y el Palacio de las Bellas Artes de ciudad de México, así como la Escuela Nacional de Agricultura en Chapingo, en las que abandonó las corrientes artísticas del momento para crear un estilo nacional que reflejara la historia del pueblo mexicano, desde la época precolombina hasta la Revolución, con escenas de un realismo vigoroso y popular, y de colores vivos.
A finales de la década de 1920, lo persuadieron de ir a pintar en los Estados Unidos. En 1940 realizó el mural de la Unidad Panamericana para su exhibición en la Exposición Internacional de Golden Gate en San Francisco. Esta obra representó la culminación de cientos de murales pintados para el público.
Realizó una obra vastísima como muralista, dibujante, ilustrador y escritor. En formas simplificadas y con vivo colorido, rescató bellamente el pasado precolombino, al igual que los momentos más significativos de la historia mexicana: la tierra, el campesino y el obrero; las costumbres, y el carácter popular.
Fue un pintor revolucionario que buscaba llevar el arte al gran público, a la calle y a los edificios, manejando un lenguaje preciso y directo con un estilo realista, pleno de contenido social. Paralelamente a su esfuerzo creador, Diego Rivera desplegó actividad docente en su país, y reunió una magnífica colección de arte popular mexicano. Siempre fue su ambición expresar en forma plástica los sucesos, ideas y esperanzas de la Revolución Mexicana.
Pasó alrededor de 15 años (1907-1922) viajando por Europa donde se interesó por el arte de vanguardia, abandonando el academicismo. En 1907, viajó a España para estudiar las obras de Goya, El Greco y Brueghel en el museo de El Prado de Madrid. Después, se mudó a París y quedó fascinado con el movimiento cubista de vanguardia que había fundado Pablo Picasso. Sin embargo, después de cuatro años, comenzó a cuestionar este movimiento.
Además de ser un artista célebre y controversial, fue un activista político provocativo que incitaba al debate no sólo en México, sino también en los Estados Unidos y en la Unión Soviética. Fue un artista comprometido políticamente, reflejando su adhesión a la causa socialista en sus propias realizaciones murales, además fue uno de los fundadores del Partido Comunista Mexicano.
Cuando volvió desde Italia a México (1922), junto con David Alfaro Siqueiros se dedicó a estudiar en profundidad el arte maya y azteca, que influirían de forma significativa en su obra posterior. En colaboración con otros destacados artistas mexicanos del momento (como el propio Siqueiros y Orozco), fundó el Sindicato de Pintores, del que surgiría el Movimiento Muralista Mexicano, de profunda raíz indigenista.
Durante la década de 1920 recibió numerosos encargos del gobierno para realizar grandes composiciones murales como las del Palacio de Cortés en Cuernavaca, el Palacio Nacional y el Palacio de las Bellas Artes de ciudad de México, así como la Escuela Nacional de Agricultura en Chapingo, en las que abandonó las corrientes artísticas del momento para crear un estilo nacional que reflejara la historia del pueblo mexicano, desde la época precolombina hasta la Revolución, con escenas de un realismo vigoroso y popular, y de colores vivos.
A finales de la década de 1920, lo persuadieron de ir a pintar en los Estados Unidos. En 1940 realizó el mural de la Unidad Panamericana para su exhibición en la Exposición Internacional de Golden Gate en San Francisco. Esta obra representó la culminación de cientos de murales pintados para el público.
Realizó una obra vastísima como muralista, dibujante, ilustrador y escritor. En formas simplificadas y con vivo colorido, rescató bellamente el pasado precolombino, al igual que los momentos más significativos de la historia mexicana: la tierra, el campesino y el obrero; las costumbres, y el carácter popular.
Fue un pintor revolucionario que buscaba llevar el arte al gran público, a la calle y a los edificios, manejando un lenguaje preciso y directo con un estilo realista, pleno de contenido social. Paralelamente a su esfuerzo creador, Diego Rivera desplegó actividad docente en su país, y reunió una magnífica colección de arte popular mexicano. Siempre fue su ambición expresar en forma plástica los sucesos, ideas y esperanzas de la Revolución Mexicana.
Imágenes tomadas de:
(1)
Con información de:
(1) Gobierno de México
D. R. 2023 Darío Aguirre


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