El pachuco eterno
Dr. Héctor Darío
Aguirre Arvizu
18-09-19
20-09-19
Nota:
Debido a que Blogger de Google oculta las publicaciones hechas en el
blog antes de dos años a la fecha de hoy a las búsquedas internas
del público, y en las búsquedas externas coloca a las mismas como
"no seguras", he decidido volver a publicar todas las
semblanzas realizadas en 2016, 2017 y 2018 el mismo día a que
correspondan en las efemérides. Todas las publicaciones anteriores a
junio serán reeditadas el siguiente año, pero puede accederse a
ellas a través de las Efemérides Mexicanas de este 2020 ya que en
cada fecha se pone la liga a la entrada del blog.
#Semblanza #ElPersonajeDelDía #UnDíaComoHoy 19 de septiembre de 1915 nace el actor Germán Gómez Valdés Tin Tan, quien marca toda una época en la comicidad en México con más de 106 películas filmadas, la mayoría en la llamada Época de Oro del Cine Mexicano, entre las que destacan El rey del barrio y El ceniciento. Muere el 29 de junio de 1973.
Nació en esta fecha aunque el lugar está
a debate ya que algunas versiones hablan de que fue en la ciudad de México, en
una vecindad localizada en la avenida Hidalgo donde ahora se encuentra el Hotel
Cortés y otras que en Puerto Progreso (como la del autor de la entrevista que
reproducimos más adelante). Su nombre completo era Germán Genaro Cipriano Gómez
Valdés Castillo.
Germán Valdés Tin Tán, el pachuco. (1)
|
Era conocido como La “Chiva”, el
“Pachuco Topillo” o “Topillo Tapas”, como se le conoció antes de adoptar
el apodo de “Tin Tan”.
Pasó su infancia en la ciudad de México,
viviendo un breve tiempo en Veracruz y finalmente a los doce años la familia se
trasladó a Ciudad Juárez debido que su padre, don Rafael Gómez Valdés, era
agente aduanal.
Siempre inquieto era aficionado a hacer
imitaciones y a cantar. Trabajó en diversos oficios: ayudante de sastre, guía de
turistas, empleado de la Compañía de Luz, mandadero, barrendero.
En un programa de radio tuvo oportunidad
de imitar a Agustín Lara y ya como locutor su primer programa fue: El Barco de la Ilusión, en la XEJ de
Ciudad Juárez.
En los años cuarenta se une a la
compañía de Paco Miller, que casualmente pasaba por su ciudad de residencia,
pudiendo sustituir a un comediante, José Aréchiga Tetemeco, quien renunció a la
compañía por necesidades personales.
Germán fue nombrado El Pachuco Topillo
Tapas, nombre algo complejo de recordar. Conoce entonces a Marcelo Chávez y
llegando a la ciudad de México a debutar en el teatro Esperanza Iris, el
empresario Paco Miller indica la necesidad de que se cambie el nombre y nace el
famoso “Tin Tán”.
Su primera incursión en el cine fue en Hotel de verano (1943) actuando al lado
de Ramón Armengod y Janice Logan, interpretando un pequeño número musical junto
a su Carnal Marcelo, con la dirección de René Cardona.
Desde el principio se caracterizó como
el clásico pachuco: pantalones aguados, valencianas pronunciadas, saco amplio
de grandes hombreras y solapas, reloj con cadena, zapato bicolor y un sombrero
de ala con su clásica pluma de pavoreal.
Con su
facha y su nuevo nombre el actor se presentó en el Teatro Aldama, de Guadalajara,
con un éxito sobresaliente. Su presentación en la gira, como “Tin
Tan y su Carnal Marcelo”, marcaría el inicio de la leyenda. Tuvo varias giras
de gran éxito.
Luego participó en el cortometraje El que la traga la paga (1943), filmado
por Paco Miller con una cámara de 16 milímetros, cuando el formato ya
establecido era de 35 mm.
En plan estelar arrancó con El hijo desobediente (1945), película de
éxito a la que le seguirían Músico, poeta
y loco (1947), Calabacitas tiernas (1948), El rey del barrio (1949), Simbad
el mareado (1950), El revoltoso y El
ceniciento (1951), El vizconde de
Montecristo (1954), El sultán
descalzo (1956), Escuela
para suegras (1958), Las
mil y una noches (1958), Vagabundo
y millonario (1959) y muchas otras más, para alcanzar un total de 106
películas.
Fue incluso seleccionado por la casa
Disney para doblar al personaje Baloo de la película de dibujos animados El Libro de la Selva (1967).
Murió el 29 de junio de 1973 a los 57
años en la ciudad de México víctima de cirrosis hepática y cáncer de páncreas.
El 25 de agosto de 2006 las actrices
Fanny Kaufman "Vitola" y Yolanda Montez "Tongolele", los
comediantes Zamorita y Andrés Bustamante “el Güiri Güiri”, así como la familia
Valdés Julián develaron en la Zona Rosa de la capital mexicana la estatua que
inmortaliza a Germán Valdés "Tin Tan". La figura es de bronce, pesa
700 kilos, mide 2.5 metros y fue realizada por el escultor Ariel de la Peña en
un lapso de 6 meses.
A continuación reproducimos una
entrevista realizada por Antonio Salgado Herrera publicada en mayo de 1868 y
que fue reproducida en el libro 100 Entrevistas 100 personajes publicado por
PIPSA.
El Puerto de Progreso, Yucatán (sic), vio
nacer en 1915 al actor cómico cinematográfico que en más de un centenar de
filmes inmortalizaría su imagen y su humor nunca cabalmente aprovechados.
Falleció a los 58 años de edad, en 1973. Treinta años de su vida los dedicó al
mundo del espectáculo y la diversión, pues en 1943, cuando residía en Ciudad
Juárez, Chihuahua, inició su carera como locutor y animador en una radiocomedia
local. Durante una gira de trabajo por los EUA en la que popularizó con una vis
cómica el hasta entonces conflictivo “pachuco”, conoció a Marcelo Chávez, con
quien durante cuatro lustros hizo pareja artística. En el Teatro Iris de la
ciudad de México, alternando con Cantinflas y Agustín Lara, debutó en 1945. De
entonces data su popularidad y éxito aún vigentes.
PACHUCAMENTE LOCO
Por Antonio Salgado Herrera / mayo de
1968
Muy poco de lo que se escribe sobre
Germán Valdez Tin Tán puede considerarse novedoso, sin embargo, abordaremos al
genial cómico que hiciera del “pachuquismo” su principal sello artístico.
—Sabemos
que usted nació en la calle de los Hombres Ilustres de la ciudad de México.
¿Puede decirnos el año y su nombre completo?
—Sobre eso de “los Hombres Ilustres”,
cual debe ser; y por lo que toca a la fecha, nací el 19 de septiembre de 1915.
Mi nombre completo es Germán Genaro Cipriano Gómez Valdez Castillo.
—¿Considera
haber traído el “pachuquismo” a México?
—¡Bueno! Pues… le diré, prácticamente
sí; ya que los pachucos que existían aquí, como el panzón Soto, Resortes,
etcétera, carecían del toque peculiar. A mí me tocó traer el verdadero estilo
de hablar, el ropaje verdadero, la cadena para las llaves, la pluma en el
sombrero, los pantalones bombachos, el saco grade, etcétera.
—¿Cuál
es el significado de Tin Tán?
—Ese nombre me lo puso Jorge Molme, que
era empresario de Paco Miller, con quien empecé a trabajar en la frontera.
Jorge conoció en Ecuador, su tierra, a un cómico paisano suyo que era malo como
él solo, y considerándome tan malo como aquél, así me llamó. Mi anterior nombre
de batalla era Topillo Tapas; pero como había un cómico llamado Topillos y
Planillas, Molme buscó para mí otro sobrenombre. En noviembre de 1943 empecé a
trabajar en el Teatro Iris como pachuco, con zapato reforzado, corbata ancha,
valencianas de embudo, etcétera.
— ¿Qué
hubo del yate Tintanvento y el Satélite?
— ¡Bueno! El barco se lo renté a los
hermanos Arnold y me lo hundieron. Perdí 700 mil pesos en mi yate. Y el
Satélite lo cerré desde hace mucho tiempo. Tengo un cabaret en Acapulco llamado
el Bumba, pero voy a tener que venderlo para financiar algunas películas que
tengo en proyecto.
PEGAR CON TUBO, EN INGLÉS Y EN ESPAÑOL
—¿Cuáles,
además del Tintanson Cruosoe, han
sido las cintas que usted haya producido?
—Gregorio
y su ángel, en inglés y en español; y Connie
Carrol. Ahora voy a hacer, para la firma Producciones Germán Valdés, S. A.
una película con argumento de Vicente Oroná llamada El pobre Simón.
—Hay muertos que no hacen ruido, El
vividor y Los fantasmas burlones, son
cintas que abarcan en su vida artística tres épocas diferentes, o sea, los años
cuarenta, los cincuenta y la presente década, ¿cuál cree usted que haya sido la
mejor?
—La época de mi principio, que , como
quiera que sea, fue la que “pegó con tubo”. Ahora que uno debe dejar el paso a
los buenos y nuevos valores, y como dice el dicho: “Todo por servir deja de
servir”. El caso es estar uno en el lugar que le corresponda.
—Se
dice en el medio artístico que hasta que llegó Mauricio Garcés, el único que
salía rodeado de bellezas era usted, ¿es cierto ese rumor?
—Pues oiga usted… eso dicen. He
trabajado además con las mejores artistas de México: Silvia Pinal, Rebeca
Iturbide, Rosita Quintana, Ana Berta Lepe, Sonia Furió, etcétera.
—¿Qué
planes tiene?
—Ahora estoy atorado, en eso (la obra
teatral Las puras), pero terminando
la temporada salgo al Perú a rodar una cinta que
Cinematografía me desechó por su título, el cuál es: Las Naciones Unidas, tintorería.
—En
la serie de televisión Candilejas, que dirige Carlos Montalbán, lo vimos desde
Estados Unidos. ¿En qué otros países han trabajado usted y su carnal Marcelo?
—En Estados Unidos: en todo
Centroamérica. En cuanto a Sudamérica la conozco toda, con excepción de
Argentina, Brasil y Chile. En octubre parto para Asunción, Paraguay, a recoger
una medalla por mi labor artística. Esta premiación fue notificad a Juan Manuel
Tort, y él fue quien me la hizo saber.
—Hemos visto a Marcelo Chávez Herrera, su
“carnal”, laborando como inspector de espectáculos. ¿Acaso ya rompieron la
mancuerna que hacían él y usted?
—No, sino que a veces, como los trabajos
no son muy frecuentes, él suele abordar esa ocupación temporalmente.
Recientemente, poco antes de estar yo en el teatro 5 de Diciembre, habíamos
regresado de Los Ángeles, California.
—Las
parodias fílmicas suyas: Tres mosqueteros y medio, La marca del zorrillo,
El ceniciento, El bello durmiente, Simbad el mareado, Los líos de Barbazul, etcétera, eran muy bien recibidas por el
público, ¿porqué ya no las sigue haciendo?
—Todo tiene su temporada. Ahora, por
ejemplo, tengo que dedicarme a la producción de películas y a hacer papeles que
vayan con mi edad; como en la cinta Especialista
en chamacas en al que hice un empresario. En Las Naciones Unidas… hago un tintorero, cosa que no requiere edad
joven.
—Por
los años cuarenta se rumoreaba que era usted muy besucón, ¿qué puede decir al
respecto? Entonces, con aire de tenorio responde:
—Agarraba hasta patos usados… ¡Así es,
efectivamente! Una vez le preguntaron a cierta actriz qué sentía cuando la
besaba Tin Tán; y respondió que no estaba mal, lo único malo era que la
despeinaba.
—En
la portada de cierta revista, hace unos años, se le llamo tahúr y demás
bajezas. ¿Prosperó el infundio? ¿Reaccionó usted jurídicamente? Tin Tán se
recostó sobre el diván de su camerino, tomó con calma la pregunta y respondió
como si no nos hubiera escuchado:
—Cuando trabajé en el Follies, los
primeros diez mil pesos que gané los perdí y desde entonces no he vuelto a
jugar. El dinero más mal ganado es el del juego; llámesele carreras, póker,
frontón, dados, etcétera. En cuanto a las calumnias de ciertas publicaciones,
puedo responder que cierta vez me preguntó “el gordito Vidal” mi opinión sobre
los periodistas, y le respondí que hay de todo, como en botica.
—La burrita, Watatitaratiratau, A comer
carnitas, Hay mujeres, Soy feliz, Yo soy charro de levita y demás, fueron canciones del repertorio de usted y su carnal, ¿cuál
fue su mayor éxito?
—El mayor éxito fue Bonita. Antes de
haberla cantado no había pasado nada, y tuve la suerte de popularizarla.
—Con
las melodías Personalidad y Casanova baila rocanrol, usted se integró a la música moderna, ¿por qué no siguió grabando?
—Tengo algunos long plays hechos en
Perú, y ahora que pase esta época de música moderna de guitarras eléctricas
quiero lanzarlos a la popularidad. Todo tiene su momento.
—¿Con
cuál de sus cintas cree usted haberse consagrado?
—Con el conjunto de todas ellas. La
primera cinta que filmé, El hijo desobediente, fue recibida de maravilla. He
filmado aproximadamente 110, 95 de estrella exclusiva. Las últimas cintas que
he filmado son Gregorio y su ángel y Duelo en El Dorado.
—Además de TV Musical Ossart, ¿en qué
otras series ha intervenido?
—La cosa es un poco rara, porque si uno
no tiene su hora para hacer lo que quiera, tiene que ajustarse forzosamente a
la idea de los directores, quienes se creen realmente los artistas; el caso es
que al proponer uno una idea, la desechan. En Perú tengo una tintaneada tremenda, y tengo filmados
trece videotapes; los grabé con Marcelo, con quien tengo 25 años de estar
trabajando. Y por esos 25 años tenemos la medalla Virginia Fábregas de la ANDA.
La televisión abarata a los artistas, ya que la gente, en lugar de pagar por
verlos en el cine, prefiere verlos gratis en la televisión.
—¿Cuál
ha sido el momento más grato de su vida artística?
—Caray… fue cuando debuté en el Iris don
Cantinflas. Fue en el año 43, cuando me inicié. Ese día me conoció todo México.
—¿Cuál
es su mayor distracción?
—El mar… Acapulco… Que por cierto, tal
vez lo cambie por Zihuatanejo, pues se está llenando mucho.
—¿Qué
más espera de la vida si le ha dado fama, dinero y aprecio popular?
—¡Nada más! ¿qué más se puede pedir…? En
saber adaptarse al tiempo y a las circunstancias consiste el buen vivir y el
buen morir. Hay artistas que se aferran a la idea de seguir siendo siempre los
mismos. Por mi parte, estoy satisfecho por lo que he logrado y me adapto al
momento que me toca vivir.
—¿Y
cuáles son sus ambiciones por el momento?
—hacer d este rinconcito llamado el
Satélite algo acogedor y simpático, a la altura de las exigencias sociales y a
la vez un modo “vivé” para el “petit comité”. Y aprovechando la oportunidad que
me brindan ustedes en su columna, quiero hacer una aclaración muy seria
respecto a lo que se afirma por allí de que soy muy informal en mis compromisos
artísticos, cosa inexacta. Probablemente esta confusión se deba a que firmo
muchos contratos para cine, pero ello lo hago hasta con tres años de
anticipación con el fin de asegurar mi trabajo en el porvenir, porque a lo
mejor mañana se arrepienten y ya no me lo ofrecen, y en esa forma, pues… “los
cojo en curva”.
—Aquí
entre nos, Germán, ¿cuál es su tipo de mujer?
—Entre nos y a viva voz, mi tipo de
mujer es alta, esbelta, hermosa y de gran personalidad, porque he llegado a la
conclusión de que si uno aporta el “money”, ellas tiene que aportar la belleza
y los encantos femeninos, y así grandotas para tener gran cosa qué lucir; todas las italianas de moda me gustan y las
que no están de moda también; mexicanas, chinas, españolas y de todas razas me
vuelven loco, pero pachucamente loco.
Imágenes tomadas de:
(1) El Horizonte.
(2) Etcétera.
Con información de:
(2) Salgado Herrera, A. (1969).
Pachucamente Loco. En 100 entrevistas, 100 personajes. PIPSA, Grupo Industrial
y Comercial. 1991. (pp. 248-251).
(3) Sensacine.
D. R. 2019 Darío Aguirre
D. R. 2020 Darío Aguirre
No hay comentarios:
Publicar un comentario