miércoles, 23 de septiembre de 2020

Germán Valdés Tin Tán

El pachuco eterno

Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
18-09-19
20-09-19
 
 Nota: Debido a que Blogger de Google oculta las publicaciones hechas en el blog antes de dos años a la fecha de hoy a las búsquedas internas del público, y en las búsquedas externas coloca a las mismas como "no seguras", he decidido volver a publicar todas las semblanzas realizadas en 2016, 2017 y 2018 el mismo día a que correspondan en las efemérides. Todas las publicaciones anteriores a junio serán reeditadas el siguiente año, pero puede accederse a ellas a través de las Efemérides Mexicanas de este 2020 ya que en cada fecha se pone la liga a la entrada del blog. 

      #Semblanza #ElPersonajeDelDía #UnDíaComoHoy 19 de septiembre de 1915 nace el actor Germán Gómez Valdés Tin Tan, quien marca toda una época en la comicidad en México con más de 106 películas filmadas, la mayoría en la llamada Época de Oro del Cine Mexicano, entre las que destacan El rey del barrio y El ceniciento. Muere el 29 de junio de 1973.
Nació en esta fecha aunque el lugar está a debate ya que algunas versiones hablan de que fue en la ciudad de México, en una vecindad localizada en la avenida Hidalgo donde ahora se encuentra el Hotel Cortés y otras que en Puerto Progreso (como la del autor de la entrevista que reproducimos más adelante). Su nombre completo era Germán Genaro Cipriano Gómez Valdés Castillo. 
Germán Valdés Tin Tán, el pachuco. (1)
Era conocido como La “Chiva”, el “Pachuco Topillo” o “Topillo Tapas”, como se le conoció antes de adoptar el apodo de “Tin Tan”.
Pasó su infancia en la ciudad de México, viviendo un breve tiempo en Veracruz y finalmente a los doce años la familia se trasladó a Ciudad Juárez debido que su padre, don Rafael Gómez Valdés, era agente aduanal.
Siempre inquieto era aficionado a hacer imitaciones y a cantar. Trabajó en diversos oficios: ayudante de sastre, guía de turistas, empleado de la Compañía de Luz, mandadero, barrendero.
En un programa de radio tuvo oportunidad de imitar a Agustín Lara y ya como locutor su primer programa fue: El Barco de la Ilusión, en la XEJ de Ciudad Juárez.
En los años cuarenta se une a la compañía de Paco Miller, que casualmente pasaba por su ciudad de residencia, pudiendo sustituir a un comediante, José Aréchiga Tetemeco, quien renunció a la compañía por necesidades personales.
Germán fue nombrado El Pachuco Topillo Tapas, nombre algo complejo de recordar. Conoce entonces a Marcelo Chávez y llegando a la ciudad de México a debutar en el teatro Esperanza Iris, el empresario Paco Miller indica la necesidad de que se cambie el nombre y nace el famoso “Tin Tán”.
Su primera incursión en el cine fue en Hotel de verano (1943) actuando al lado de Ramón Armengod y Janice Logan, interpretando un pequeño número musical junto a su Carnal Marcelo, con la dirección de René Cardona.
Desde el principio se caracterizó como el clásico pachuco: pantalones aguados, valencianas pronunciadas, saco amplio de grandes hombreras y solapas, reloj con cadena, zapato bicolor y un sombrero de ala con su clásica pluma de pavoreal.
Con su facha y su nuevo nombre el actor se presentó en el Teatro Aldama, de Guadalajara, con un éxito sobresaliente.  Su presentación en la gira, como “Tin Tan y su Carnal Marcelo”, marcaría el inicio de la leyenda. Tuvo varias giras de gran éxito.
Luego participó en el cortometraje El que la traga la paga (1943), filmado por Paco Miller con una cámara de 16 milímetros, cuando el formato ya establecido era de 35 mm.
Germán Valdés contra Tin Tán. (2)
En plan estelar arrancó con El hijo desobediente (1945), película de éxito a la que le seguirían Músico, poeta y loco (1947), Calabacitas tiernas (1948), El rey del barrio (1949), Simbad el mareado (1950), El revoltoso y El ceniciento (1951), El vizconde de Montecristo (1954), El sultán descalzo (1956), Escuela para suegras (1958), Las mil y una noches (1958), Vagabundo y millonario (1959) y muchas otras más, para alcanzar un total de 106 películas.
Fue incluso seleccionado por la casa Disney para doblar al personaje Baloo de la película de dibujos animados El Libro de la Selva (1967).
Murió el 29 de junio de 1973 a los 57 años en la ciudad de México víctima de cirrosis hepática y cáncer de páncreas.
El 25 de agosto de 2006 las actrices Fanny Kaufman "Vitola" y Yolanda Montez "Tongolele", los comediantes Zamorita y Andrés Bustamante “el Güiri Güiri”, así como la familia Valdés Julián develaron en la Zona Rosa de la capital mexicana la estatua que inmortaliza a Germán Valdés "Tin Tan". La figura es de bronce, pesa 700 kilos, mide 2.5 metros y fue realizada por el escultor Ariel de la Peña en un lapso de 6 meses.
 
A continuación reproducimos una entrevista realizada por Antonio Salgado Herrera publicada en mayo de 1868 y que fue reproducida en el libro 100 Entrevistas 100 personajes publicado por PIPSA.
El Puerto de Progreso, Yucatán (sic), vio nacer en 1915 al actor cómico cinematográfico que en más de un centenar de filmes inmortalizaría su imagen y su humor nunca cabalmente aprovechados. Falleció a los 58 años de edad, en 1973. Treinta años de su vida los dedicó al mundo del espectáculo y la diversión, pues en 1943, cuando residía en Ciudad Juárez, Chihuahua, inició su carera como locutor y animador en una radiocomedia local. Durante una gira de trabajo por los EUA en la que popularizó con una vis cómica el hasta entonces conflictivo “pachuco”, conoció a Marcelo Chávez, con quien durante cuatro lustros hizo pareja artística. En el Teatro Iris de la ciudad de México, alternando con Cantinflas y Agustín Lara, debutó en 1945. De entonces data su popularidad y éxito aún vigentes.
 

PACHUCAMENTE LOCO

Por Antonio Salgado Herrera / mayo de 1968
Muy poco de lo que se escribe sobre Germán Valdez Tin Tán puede considerarse novedoso, sin embargo, abordaremos al genial cómico que hiciera del “pachuquismo” su principal sello artístico.
Sabemos que usted nació en la calle de los Hombres Ilustres de la ciudad de México. ¿Puede decirnos el año y su nombre completo?
—Sobre eso de “los Hombres Ilustres”, cual debe ser; y por lo que toca a la fecha, nací el 19 de septiembre de 1915. Mi nombre completo es Germán Genaro Cipriano Gómez Valdez Castillo.
¿Considera haber traído el “pachuquismo” a México?
—¡Bueno! Pues… le diré, prácticamente sí; ya que los pachucos que existían aquí, como el panzón Soto, Resortes, etcétera, carecían del toque peculiar. A mí me tocó traer el verdadero estilo de hablar, el ropaje verdadero, la cadena para las llaves, la pluma en el sombrero, los pantalones bombachos, el saco grade, etcétera.
¿Cuál es el significado de Tin Tán?
—Ese nombre me lo puso Jorge Molme, que era empresario de Paco Miller, con quien empecé a trabajar en la frontera. Jorge conoció en Ecuador, su tierra, a un cómico paisano suyo que era malo como él solo, y considerándome tan malo como aquél, así me llamó. Mi anterior nombre de batalla era Topillo Tapas; pero como había un cómico llamado Topillos y Planillas, Molme buscó para mí otro sobrenombre. En noviembre de 1943 empecé a trabajar en el Teatro Iris como pachuco, con zapato reforzado, corbata ancha, valencianas de embudo, etcétera.
¿Qué hubo del yate Tintanvento y el Satélite?
— ¡Bueno! El barco se lo renté a los hermanos Arnold y me lo hundieron. Perdí 700 mil pesos en mi yate. Y el Satélite lo cerré desde hace mucho tiempo. Tengo un cabaret en Acapulco llamado el Bumba, pero voy a tener que venderlo para financiar algunas películas que tengo en proyecto.
Germán Valdés, candidez. (2)

PEGAR CON TUBO, EN INGLÉS Y EN ESPAÑOL

¿Cuáles, además del Tintanson Cruosoe, han sido las cintas que usted haya producido?
Gregorio y su ángel, en inglés y en español; y Connie Carrol. Ahora voy a hacer, para la firma Producciones Germán Valdés, S. A. una película con argumento de Vicente Oroná llamada El pobre Simón.
—Hay muertos que no hacen ruido, El vividor y Los fantasmas burlones, son cintas que abarcan en su vida artística tres épocas diferentes, o sea, los años cuarenta, los cincuenta y la presente década, ¿cuál cree usted que haya sido la mejor?
—La época de mi principio, que , como quiera que sea, fue la que “pegó con tubo”. Ahora que uno debe dejar el paso a los buenos y nuevos valores, y como dice el dicho: “Todo por servir deja de servir”. El caso es estar uno en el lugar que le corresponda.
Se dice en el medio artístico que hasta que llegó Mauricio Garcés, el único que salía rodeado de bellezas era usted, ¿es cierto ese rumor?
—Pues oiga usted… eso dicen. He trabajado además con las mejores artistas de México: Silvia Pinal, Rebeca Iturbide, Rosita Quintana, Ana Berta Lepe, Sonia Furió, etcétera.
¿Qué planes tiene?
—Ahora estoy atorado, en eso (la obra teatral Las puras), pero terminando la temporada salgo al Perú a rodar una cinta que Cinematografía me desechó por su título, el cuál es: Las Naciones Unidas, tintorería.
En la serie de televisión Candilejas, que dirige Carlos Montalbán, lo vimos desde Estados Unidos. ¿En qué otros países han trabajado usted y su carnal Marcelo?
—En Estados Unidos: en todo Centroamérica. En cuanto a Sudamérica la conozco toda, con excepción de Argentina, Brasil y Chile. En octubre parto para Asunción, Paraguay, a recoger una medalla por mi labor artística. Esta premiación fue notificad a Juan Manuel Tort, y él fue quien me la hizo saber.
—Hemos visto a Marcelo Chávez Herrera, su “carnal”, laborando como inspector de espectáculos. ¿Acaso ya rompieron la mancuerna que hacían él y usted?
—No, sino que a veces, como los trabajos no son muy frecuentes, él suele abordar esa ocupación temporalmente. Recientemente, poco antes de estar yo en el teatro 5 de Diciembre, habíamos regresado de Los Ángeles, California.
Las parodias fílmicas suyas: Tres mosqueteros y medio, La marca del zorrillo, El ceniciento, El bello durmiente, Simbad el mareado, Los líos de Barbazul, etcétera, eran muy bien recibidas por el público, ¿porqué ya no las sigue haciendo?
—Todo tiene su temporada. Ahora, por ejemplo, tengo que dedicarme a la producción de películas y a hacer papeles que vayan con mi edad; como en la cinta Especialista en chamacas en al que hice un empresario. En Las Naciones Unidas… hago un tintorero, cosa que no requiere edad joven.
Por los años cuarenta se rumoreaba que era usted muy besucón, ¿qué puede decir al respecto? Entonces, con aire de tenorio responde:
—Agarraba hasta patos usados… ¡Así es, efectivamente! Una vez le preguntaron a cierta actriz qué sentía cuando la besaba Tin Tán; y respondió que no estaba mal, lo único malo era que la despeinaba.
En la portada de cierta revista, hace unos años, se le llamo tahúr y demás bajezas. ¿Prosperó el infundio? ¿Reaccionó usted jurídicamente? Tin Tán se recostó sobre el diván de su camerino, tomó con calma la pregunta y respondió como si no nos hubiera escuchado:
—Cuando trabajé en el Follies, los primeros diez mil pesos que gané los perdí y desde entonces no he vuelto a jugar. El dinero más mal ganado es el del juego; llámesele carreras, póker, frontón, dados, etcétera. En cuanto a las calumnias de ciertas publicaciones, puedo responder que cierta vez me preguntó “el gordito Vidal” mi opinión sobre los periodistas, y le respondí que hay de todo, como en botica.
—La burrita, Watatitaratiratau, A comer carnitas, Hay mujeres, Soy feliz, Yo soy charro de levita y demás, fueron canciones del repertorio de usted y su carnal, ¿cuál fue su mayor éxito?
—El mayor éxito fue Bonita. Antes de haberla cantado no había pasado nada, y tuve la suerte de popularizarla.
Con las melodías Personalidad y Casanova baila rocanrol, usted se integró a la música moderna, ¿por qué no siguió grabando?
—Tengo algunos long plays hechos en Perú, y ahora que pase esta época de música moderna de guitarras eléctricas quiero lanzarlos a la popularidad. Todo tiene su momento.
¿Con cuál de sus cintas cree usted haberse consagrado?
—Con el conjunto de todas ellas. La primera cinta que filmé, El hijo desobediente, fue recibida de maravilla. He filmado aproximadamente 110, 95 de estrella exclusiva. Las últimas cintas que he filmado son Gregorio y su ángel y Duelo en El Dorado.
—Además de TV Musical Ossart, ¿en qué otras series ha intervenido?
—La cosa es un poco rara, porque si uno no tiene su hora para hacer lo que quiera, tiene que ajustarse forzosamente a la idea de los directores, quienes se creen realmente los artistas; el caso es que al proponer uno una idea, la desechan. En Perú tengo una tintaneada tremenda, y tengo filmados trece videotapes; los grabé con Marcelo, con quien tengo 25 años de estar trabajando. Y por esos 25 años tenemos la medalla Virginia Fábregas de la ANDA. La televisión abarata a los artistas, ya que la gente, en lugar de pagar por verlos en el cine, prefiere verlos gratis en la televisión.
¿Cuál ha sido el momento más grato de su vida artística?
—Caray… fue cuando debuté en el Iris don Cantinflas. Fue en el año 43, cuando me inicié. Ese día me conoció todo México.
¿Cuál es su mayor distracción?
—El mar… Acapulco… Que por cierto, tal vez lo cambie por Zihuatanejo, pues se está llenando mucho.
¿Qué más espera de la vida si le ha dado fama, dinero y aprecio popular?
—¡Nada más! ¿qué más se puede pedir…? En saber adaptarse al tiempo y a las circunstancias consiste el buen vivir y el buen morir. Hay artistas que se aferran a la idea de seguir siendo siempre los mismos. Por mi parte, estoy satisfecho por lo que he logrado y me adapto al momento que me toca vivir.
¿Y cuáles son sus ambiciones por el momento?
—hacer d este rinconcito llamado el Satélite algo acogedor y simpático, a la altura de las exigencias sociales y a la vez un modo “vivé” para el “petit comité”. Y aprovechando la oportunidad que me brindan ustedes en su columna, quiero hacer una aclaración muy seria respecto a lo que se afirma por allí de que soy muy informal en mis compromisos artísticos, cosa inexacta. Probablemente esta confusión se deba a que firmo muchos contratos para cine, pero ello lo hago hasta con tres años de anticipación con el fin de asegurar mi trabajo en el porvenir, porque a lo mejor mañana se arrepienten y ya no me lo ofrecen, y en esa forma, pues… “los cojo en curva”.
Aquí entre nos, Germán, ¿cuál es su tipo de mujer?
—Entre nos y a viva voz, mi tipo de mujer es alta, esbelta, hermosa y de gran personalidad, porque he llegado a la conclusión de que si uno aporta el “money”, ellas tiene que aportar la belleza y los encantos femeninos, y así grandotas para tener gran cosa qué lucir;  todas las italianas de moda me gustan y las que no están de moda también; mexicanas, chinas, españolas y de todas razas me vuelven loco, pero pachucamente loco.
 
Imágenes tomadas de:
(2) Etcétera.
 
Con información de:
(2) Salgado Herrera, A. (1969). Pachucamente Loco. En 100 entrevistas, 100 personajes. PIPSA, Grupo Industrial y Comercial. 1991. (pp. 248-251).
(3) Sensacine.
 
D. R. 2019 Darío Aguirre
D. R. 2020 Darío Aguirre 
 
 

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