Los Paynani
Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
16/11/15
Retomamos un pequeño artículo publicado en 1988, puede ser de utilidad. Se hizo una revisión editorial pero no se cambiaron contenidos. Cualquier sugerencia se considerará adecuada.
En la época prehispánica, en nuestro país, la información era transmitida principalmente con fines militares. No existían los medios informativos de carácter público. Los mensajes era de interés particular de los Señores o jefes de la tribu. Veamos cómo estaba organizado el sistema de mensajeros.
La organización de mensajeros estuvo fuertemente ligada a la guerra y al desenvolvimiento y expansión territorial de toda tribu. Con el crecimiento de las mismas, la mensajería toma un carácter político debido a las necesidades belicosas, siendo dinámica y efectiva.
Nos han llegado noticias concretas acerca de que los mexicas fueron el pueblo con la mejor organización de "correos" o "mensajeros", aunque otros pueblos (mayas, tlaxcaltecas, mixtecos, zapotecas, purépechas, etc.) poseían sistemas similares.
Entre los aztecas la guerra era uno de los fines de la vida, y, aunque no existían un ejército regular muy grande, en caso de necesidad todo el pueblo se unía y peleaba, ya que para ello eran educados desde niños. El servicio de "postas" se estableció para el buen logro del ejército en campaña; los correos mismos pertenecían al ejército.
El servicio se robusteció después de que Izcóatl, cuarto señor azteca, ayudó a Nezahualcoyotl a recuperar el trono de Tezcoco, formándose en ese entonces la Triple Alianza entre los Señores de Tenochtitlan, Tezcoco y Tacuba.
Moteuhzoma Xocoyotzin y sus sucesores, Cuitláhuac y Cuauhtémoc, fueron quienes sin duda usaron en mayor grado a los mensajeros.
A los hombres destinados a fungir en el servicio se les daba una adecuada instrucción desde los quince o dieciséis años de edad, que incluía un condicionamiento físico y moral. Era en el Telpuchcalli o "casa de los jóvenes", en donde se llevaba a cabo la enseñanza, que incluía escritura y lectura jeroglífica, oratoria, civismo, uso de armas y otras, siempre encaminada a la educación del carácter. A los mensajeros en especial se les daba una instrucción haciéndoles caminar, saltar y corre desde pequeños, vigilando constantemente sus aptitudes físicas.
Aprendían los caminos, veredas, y atajos del territorio de la Triple Alianza. Caminaban y corrían durante el día y la noche; atravesaban a nado ríos y corrientes; escalaban cerros y montañas pasando a través de diversos climas, temperaturas y latitudes. El correo o mensajero debía estar siempre alerta para cualquier sorpresa, a pesar de la consideración y de la inmunidad de que gozaban: transitaban seguros por todas partes y cualquier mal que se les infringiese era castigado severamente. Sabían combatir pero sus mejores armas eran sus piernas y la resistencia de su corazón y pulmones.
Uno de los pocos oficios en que no existía la heredad es el de mensajero, debido a las cualidades físicas extraordinarias que se requerían.
Una minuciosa selección se verificaba entre los alumnos del telpuchcalli, eligiéndose a los más eficaces; a los que demostraban tener muy buena memoria, visual y retentiva, para transmitir verbalmente los mensajes; gran velocidad, agilidad y resistencia en la carrera, además de una probada fidelidad. Eran estos los correos o PAYNANI (plural de payn, "mensajero").
En los caminos principales existían recintos llamados techialoyan, situados a kilómetros unos de otros, donde habitualmente había paynani, dispuestos siempre, a cualquier hora.
Corrían con el mensaje al próximo techialoyan ("lugar donde se aguarda") para que inmediatamente saliera otro payn.
Llevaban códices o pinturas dobladas una sobre otra resguardadas por tablillas de madera. También transmitían mensajes orales.
Los paynani eran tan veloces, que los Señores de Tenochtitlan llegaban a recibir el mismo día, mensajes y pinturas jeroglíficas de distancias de 200 a 300 km.
Los paynani usaban diferentes insignias según la noticia o el negocio de que eran portadores. Si llegaban con la manta enredada en el cuerpo, las noticias eran de escasa importancia. si entraban a las ciudades con el cabello suelto y desgreñado, "esparcido por el Rostro", el no habla con nadie, era una derrota lo que anunciaban. Si llevaban el cabello trenzado con una cinta de color, el cuerpo ceñido con un paño blanco de algodón y en la mano derecha blandiendo un macuahuitl (macana) y en la izquierda el chimalli (escudo), anunciaban una victoria o una gran nueva. Eran entonces tecuipantitlanti (mensajeros de las victorias) y el pueblo los acompañaba hasta el palacio del Señor, esparciendo cañas y flores en el camino.
Entre los incas, en las lejanas tierras del sur, actividad semejante la realizaban los chasquis ("el que toma", "el que recibe", "el que cambia", en quechua) formidables atletas naturales. El inca Pachacutec fue el verdadero creador de este sistema de los chasquis.
Por último diremos que era tan buena la organización de los paynani que Cortés continuó usándola después de la conquista.
D. R. Héctor Darío Aguirre Arvizu
Muy interesante lo publicado, felicidades!!!
ResponderEliminarMARAVILLOSO!!!!!
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