viernes, 25 de septiembre de 2020

Elsa Aguirre

Actriz de gran cartel

Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
18-09-25
20-09-25 

 Nota: Debido a que Blogger de Google oculta las publicaciones hechas en el blog antes de dos años a la fecha de hoy a las búsquedas internas del público, y en las búsquedas externas coloca a las mismas como "no seguras", he decidido volver a publicar todas las semblanzas realizadas en 2016, 2017 y 2018 el mismo día a que correspondan en las efemérides. Todas las publicaciones anteriores a junio serán reeditadas el siguiente año, pero puede accederse a ellas a través de las Efemérides Mexicanas de este 2020 ya que en cada fecha se pone la liga a la entrada del blog.  


#Semblanza, #Efemérides, #EfeméridesMexicanas, #UnDíaComoHoy 25 de septiembre de 1930 nace la actriz Elsa Aguirre, quien participara en más de 50 películas de la Época de Oro del cine Mexicano y recibió un Ariel por su trabajo.
Nació en Chihuahua, Chihuahua, México el 25 de septiembre de 1931; su nombre completo: Elsa Irma Aguirre Juárez, hija de un militar, creció como una niña muy tímida y salía muy poco de su casa, lo que después le traería conflictos interiores de inseguridad.
Elsa Aguirre, actriz. (1)
Se inició en el cine de forma casual al ganar un concurso de belleza cuando aún era una adolescente estudiante de secundaria; de ahí, ella y su hermana Alma Rosa, también actriz, serían seleccionadas para participar en 1945 en su primer proyecto cinematográfico: Una película de comedia y ciencia ficción titulada El Sexo Fuerte, bajo la dirección de Emilio Gómez Muriel.
Su belleza, porte, sensualidad y talento cautivaron pronto al público y a productores y directores, que de inmediato le ofrecieron papeles cada vez más importantes en películas.
Para 1946 grabó El pasajero diez mil (y apareciendo con el nombre “Irma Aguirre”).
Actuó al lado de Pedro Infante en la película Cuidado con el amor y junto a James Dean en Giant. A pesar de nunca haber estudiado actuación.
Ella no tuvo estudios de actuación, pero sí el ímpetu por sobresalir, y bajo la tutela del director Julio Bracho, se pulió por medio de la experiencia.
Pronto obtuvo un protagónico al lado del consagrado actor Joaquín Pardavé. Comenzó de esta manera una nueva etapa en la carrera de Elsa, pues trabajaría con varias productoras cinematográficas con personajes protagónicos.
Elsa Aguirre, actriz. (2)
En 1947 inspiró la canción Flor de azalea, tema de la película del mismo nombre. En ella actuó junto a Arturo de Córdova y Amparo Morillo. Su amplia carrera incluye drama, romance, acción, fantasía y musicales; compartiendo créditos con las grandes estrellas de la Época de oro del cine mexicano.
Su talento también llegó a los escenarios teatrales con obras como: “La dama de la luna roja”, “La ronda de la hechizada”, “Cada quien su vida” y “La tacón dorado” entre otras.
También ha participado en diversas telenovelas, debutando en 1962 bajo la invitación del productor Ernesto Alonso en la serie llamada “Las momias de Guanajuato”.
Por si fuera poco, también incursionó en el canto; y no puede faltar entre sus interpretaciones, su himno Flor de azalea.
La señora Elsa Aguirre es considerada como uno de los grandes iconos de la Época de oro del cine mexicano.
Muchos opinaban que su belleza y sensualidad opacaban incluso a figuras de la talla de Silvia Pinal y María Félix. Por su gran carrera, su enorme talento y extraordinaria belleza, Elsa es y seguira siendo una de las mas grandes figuras de la actuación en México.
Elsa Aguirre ha recibido a lo largo de su extensa carrera artística, muchos premios y reconocimientos. En 2003 recibe el Ariel de Oro de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas por su trayectoria.
Hoy 25 de septiembre de 2018 cumple 88 años de edad.
Filmografía:
El sexo fuerte (1945),
El pasajero diez mil (1946),
Don Simón de Lira (1946),
El ladrón (1947),
Algo flota sobre el agua (1947),
Los viejos somos así (1948),
Ojos de juventud (1948),
Medianoche (1948),
Lluvia roja (1949),
Adorables rebeldes (La liga de las muchachas) (1949),
La mujer que yo amé (1950),
Una mujer decente (1950),
Amar fue su pecado (1950),
La estatua de carne (1951),
Acapulco (1951),
Cuatro noches contigo (1951),
La perversa (1953),
Cantando nace el amor (1953),
Cuidado con el amor (1954),
Estafa de amor (1954),
La doncella de piedra (1955),
Orgullo de mujer (1955),
La mujer de dos caras (1955),
Giant (1956, producción de Hollywood),
Vainilla, Bronce y Morir (Una mujer más) (1956),
Ama a tu prójimo (1958),
Pancho Villa y la Valentina (1958),
La vida de Pedro Infante (1963),
La vuelta del mexicano (1964),
Sólo de noche vienes (1965),
Casa de mujeres (1966),
El pistolero desconocido (El comandante Tijerina) (1966),
El hijo de todas (1966),
El día de la boda (1967),
El matrimonio es como el demonio (1967),
Cómo enfriar a mi marido (1967),
El cuerpazo del delito (1968),
Las figuras de arena (1969),
Los años vacíos (1969),
La muerte de un gallero (1977),
Albur de amor (1979),
El prófugo (1992).

Imágenes tomadas de:
(1) Pinterest.
(2) Pinterest.

Con información de:                                    
(1) Ecured.

D. R. 2018 Darío Aguirre
D. R. 2020 Darío Aguire

jueves, 24 de septiembre de 2020

Juan José Arreola

El recitador de Zapotlán

Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
18-09-21
20-09-21
 Nota: Debido a que Blogger de Google oculta las publicaciones hechas en el blog antes de dos años a la fecha de hoy a las búsquedas internas del público, y en las búsquedas externas coloca a las mismas como "no seguras", he decidido volver a publicar todas las semblanzas realizadas en 2016, 2017 y 2018 el mismo día a que correspondan en las efemérides. Todas las publicaciones anteriores a junio serán reeditadas el siguiente año, pero puede accederse a ellas a través de las Efemérides Mexicanas de este 2020 ya que en cada fecha se pone la liga a la entrada del blog. 
 
#Semblanza, #Efemérides, #EfeméridesMexicanas, #UnDíaComoHoy 21 de septiembre de 1918 nace en Ciudad Guzmán, Jalisco, el escritor Juan José Arreola. Entre su obra narrativa destacan: Varia invención, Confabulario, La hora de todos y Palindroma. Recibió el Premio Jalisco de Literatura, el Premio Xavier Villaurrutia, el premio Nacional de Lingüística y Literatura y la condecoración del gobierno francés como Oficial de Artes y Letras Francesas. Premio Juan Rulfo 1992. Muere el 3 de diciembre de 2001.

 A continuación reproducimos una entrevista que realizó Emmanuel Carballo a Juan José Arreola y fue publicada en un diario de México en abril de 1964 y reproducido en el libro 100 Entrevistas, 100 personajes de PIPSA.
Juan José Arreola, (1)
 
Nació en Ciudad Guzmán (antes Zapotlán), Jalisco en 1918. A los diez años publicaba ya sus primeros textos en el periódico local Vigía. De origen obviamente campirano, se ocupó de los más diversos oficios: aprendiz de impresor, empleado de molino de café, dependiente de tienda de abarrotes… Fue vacado para estudiar teatro en París en 1944. Posteriormente hizo estudios de filología en el Colegio de México y laboró durante años como supervisor editorial en el FCE. Campeón en las artes del ajedrez., obtuvo en 1953 el Premio de Literatura Jalisco, y en 1955 el Premio del Festival Dramático del INBA. En 1963 fue galardonado con el Premio Xavier Villaurrutia por su novela La Feria, y en 1977 obtuvo el Premio Nacional de Periodismo. Es autor, entre otros, de las siguientes obras: Varia invención (1944), Confabulario (1952), Bestiario (1958).
 
EL RECITADOR DE ZAPOTLÁN
A juan José Arreola lo conocí en 1952. Y reconocí en él (hecho poco frecuente, como lo comprobaría después= al autor de sus cuentos. Se conducía como sus criaturas, hablaba como ellas y, como ellas, no distinguía entre la imaginación y la realidad. Lo agobiaban problemas en apariencia pequeños (las carreras de automóviles y bicicletas, las erratas en los libros recién leídos, la lentitud con que  maduran ciertos quesos o la rapidez con que se marchitan ciertas mujeres) y también lo agobiaban los problemas ontológicos y metafísicos.
A Juan José Arreola lo conocí primero como escritor y después como persona de carne y hueso. El cuentista, que había publicado dos libros: Varia invención (1949) y Confabulario (1952), me produjo un efecto estético deslumbrante. Admiré la manera como estructuraba los cuentos, creaba a los personajes e infundía vida a las anécdotas mediante un estilo que se acercaba peligrosamente a la perfección.
¿Cuáles fueron los primeros textos que despertaron tu entusiasmo de lector?
—El cimiento de mi formación literaria es El Cristo de Temaca del padre Placencia, gran poeta casi desconocido. Aprendí el poema como un loro, oyéndoselo a los muchachos de quinto año, quienes, a su vez, se empeñaban en memorizarlo. Sentado en el mesabanco de la escuela (no estaba ni siquiera inscrito, me llevaban mis hermanos mayores) escuché aquellas palabras armoniosas, aquel lenguaje distinto al que oía en las calles. En casa, en un momento de exultación, de entusiasmo, me subí a una silla bajita, de esas que llaman “sillas bajitas”, de ixtle o de tule, y me puse a recitar El cristo de Temaca. Desde entonces (aún no sabía leer), adquirí la manía de memorizar los pasajes que me entusiasman. Me acuerdo que curiosamente yo no aprendí a leer: las letras me entraron por los oídos. Veía y oía deletrear a mis hermanos, y deletreaba inconscientemente con ellos. El primer libro que manejé fue el libro de preimer año y no el silabario. A partir de ese momnto, sentí voraz amor por las palabras me encantaban los nombres extraños que oía en casa. Por un azar, cuando comencé a leer, cayeron a mis manos varias biografías de pintores llenas de nombres extranjeros, nombres que amé por su sonoridad: Giorgione, Tintoretto, Pinturicchio, Ghirlandaio, Esos nombres tienen importancia porque durante el tiempo en que fui empleado de mostrador llenaba las hojas de papel de envoltura con versos, nombres y mis primeros gérmenes imaginativos. En medio kilo de sal, en un kilo de azúcar, o en un cuarto de kilo de piloncillo se fueron mis primeros trabajos literarios. La literatura, como las primeas letras, me entró por los oídos. Si alguna virtud literaria poseo, es la de ver en el idioma una materia, una materia plástica ante todo. Esa virtud proviene de mi amor infantil por las sonoridades, a las que ahora llamo en compañía de los tratadistas cláusulas sintácticas.
Juan José Arreola, (2)
DEDOS Y LENGUAJE
—El pensamiento opera como dedos y manos sobre la materia impalpable del lenguaje, ejerce presión, ordena las palabras, en eso estoy de acuerdo con muchos escritores que opinan que el acto de escribir consiste en violentar las palabras, ponerlas en predicamento para que expresen más de lo que expresan. El arte literario se reduce a la ordenación de las palabras. Las palabras bien acomodadas crean nuevas obligaciones y producen una significación mayor de la que tienen aisladamente si pudiéramos tomarlas como cantidades de significación y sumarlas.
Volvamos a los “cimientos”, a los años en que despertaron tus sentidos.
—Desde niño comencé a representar obras de teatro y a recitar. Una de mis tías declamaba versos en público. Cuando ya no se sintió capaz, porque la edad empezaba a sitiarla, con muy buen gusto abandonó su papel de recitador oficial de Zapotlán el Grande y delegó a su sobrino la tarea de ir a las veladas literario-musicales, a  las consagraciones de las fiestas civiles e incluso a las fiestas religiosas. Así comencé a recitar versos , de manera más formal, a los once o doce años. Por esos días, hice uno o dos papeles de teatro. Mi comienzo en el arte ocurrió por el camino, bien teatral por cierto, de trasmitir emociones a los demás mediante fórmulas poéticas y dramáticas.
Se dice, y yo lo creo, que tu memoria posee inagotables cantidades de colodión. Que lo que allí lega, allí se queda. ¿Recuerdas qué obras, específicamente literarias, dejaron huellas efectivas en tu vida de escritor?
—A los quince años acometí una residencia, de un par de años, en Guadalajara, ciudad a la que sólo había ido de niño por unos cuantos días. En Guadalajara adquirí mi primer libro. Es muy importante que lo consigne: fue el Gog, de Giovanni Papini. Se trata por fortuna de un gran prosista, aunque como hombre sea de lo más objetable y dudoso, ya que intentó hacer filosofía, metafísica, historia de las religiones, de la literatura…;es decir, que lo perdió su poliedrismo desordenado.
Juan José Arreola me relata, en seguida, sus pequeños viajes y las consecuencias humanas y artísticas que de ellos se desprendieron:
—En el 36 regresé otra vez a Zapotlán a ser lo que fui durante tantos años: un empleado de mostrador. Trabajé en tiendas de abarrotes, en cajones de ropa, en papelerías, en molinos de café, en chocolaterías. Fui un excelente vendedor. (Vendedor que tuve que resucitar en México para ganarme la vida.) Después de permanecer un año en Zapotlán, a fines del 36, vendí una máquina de escribir Oliver, mi única propiedad, regalo de mi padre, y una escopeta de retrocarga de calibre 24, que había adquirido por mí mismo: obtuve 13 pesos por la escopeta y 18 por la máquina de escribir. Compré un boleto de quince cincuenta a México y llegué con casi 13 pesos en la bolsa. Desde entonces comenzó un periodo en el que abarcó, íntegros, los años de 37, 38 y 39. Durante mi permanencia en la ciudad de México traté a varias personas que me aproximaron a la literatura por medio de su ejemplo personal: Rodolfo Usigli, Xavier Villaurrutia y algunos otros escritores que fueron maestros o compañeros míos. Mi primer maestro de teatro, el que me enseñó definitivamente a decir versos y a leer en voz alta, fue Fernando Wagner. Entre otros grandes poetas me reveló a Rilke.
—También tuve un contacto, no absolutamente directo, pero sí muy sensible, con los escritores que hacían la revista Taller: Alberto Quintero Álvarez, Octavio Paz, y con José Luis Martínez y Alí Chumacero, que ya pensaban en Tierra Nueva. En ese momento, y metido en el teatro hasta el cuello, escribí a fines de 39 y principios de 40. Son farsas y se llaman: la sombra de la sombra, Rojo y negro, inspirada en Stendhal, y Tierras de Dios. Esta última me hizo sufrir durante varios años por la falta de respeto con que trato los asuntos religiosos. Estas farsas no tienen más mérito que la velocidad y el ritmo del lenguaje escénico. Previamente a las farsas incursioné, como todos los jóvenes, en la poesía: produje unos poemas lamentables, pero muy armoniosos. Por amor a la forma, cuando escribo en verso fabrico siempre décimas y sonetos: piezas de poesía mediocre, inferior, pero bastante bien trabajadas por mi amor radical al lenguaje que viene desde la infancia.
Como en los cuentos, ¿y luego?
—A principios de 40 volví a mi pueblo en cierto modo derrotado: sufrí un pequeño, pero para mí muy grave desastre económico, y también los estragos de un amor juvenil infinitamente tumultuosos. Me gané la vida de maestro de secundaria. Construí una especie de castidad estricta y aguda (aguda para la inteligencia) como contrapeso de mi sensualidad desfallecida. Es la época en que tal vez he leído más y con mejor resultado. En Zapotlán escribí mi primer cuento, “Sueño de navidad”, que no está recogido en Varia invención. Se publicó en el periódico local El Vigía, la navidad de 1940. Lo escribí casi de encargo. Cuenta la pesadilla de un niño en esa noche, y me interesa porque encuentro en él reminiscencias estilísticas de Leónidas Andreiev, el enorme cuentista ruso al que leí de una manera fanática. A él y a casi todos los rusos, de Pushkin a Leonov.
En Guadalajara, durante los intensos años de formación, Arreola conoció a Louis Jouvet. Con su patrocinio, viajó a Paris en 1945:
—Ese viaje –me confiesa–, que no fue tan largo como se había planeado, tuvo en mí inusitadas consecuencias. Mi vida está dividida en antes del viaje y después del viaje. Se me antoja del tamaño de un sueño constelado de impresiones extraordinarias. Me fue dado a mí, aspirante a actor, pisar el escenario de la Comedia Francesa, en compañía de los más ilustres comediantes de Francia.
—De París volví prematuramente: enfermé de una dolencia capital en mi vida, tan importante como el amor. He sido durante más de veinte años un enfermo imaginario. De las características y altibajos de mi enfermedad se han desprendido el tono de mi vida y el tono de mi obra. Ya en México, no serví en empleos de mostrador: ingresé, gracias a Antonio Alatorre, al Fondo de Cultura Económica.
Hoy y para mí Juan José es el escritor de historias cortas más sobresaliente que ha aparecido en México desde que el cuento es un género autónomo ejercido por profesionales. Me parece el más perfecto porque en sus textos han desaparecido los lastres que padeció desde sus orígenes la prosa mexicana: el costumbrismo, el barroquismo innecesario, la adoctrinación y el anacronismo. Sus cuentos son sorpresas que indistintamente nos instalan en el horror, la belleza o la alegría de vivir.
Imágenes tomadas de:
(1) Twitter.
Con información de:
(1) Carballo, E. (1964). El recitador de Zapotlán. En 100 entrevistas, 100 personajes. PIPSA, Grupo Industrial y Comercial. 1991. (pp. 20-21).

D. R. 2019 Darío Aguirre
D. R. 2020 Darío Aguirre

Ida Rodríguez Prampolini

Fundadora del Instituto Veracruzano de la Cultura


 
Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu

18-09-24
20-09-24

 Nota: Debido a que Blogger de Google oculta las publicaciones hechas en el blog antes de dos años a la fecha de hoy a las búsquedas internas del público, y en las búsquedas externas coloca a las mismas como "no seguras", he decidido volver a publicar todas las semblanzas realizadas en 2016, 2017 y 2018 el mismo día a que correspondan en las efemérides. Todas las publicaciones anteriores a junio serán reeditadas el siguiente año, pero puede accederse a ellas a través de las Efemérides Mexicanas de este 2020 ya que en cada fecha se pone la liga a la entrada del blog.  


#Semblanza, #Efemérides, #EfeméridesMexicanas, #UnDíaComoHoy 24 de septiembre de  1925, nace la historiadora mexicana Ida Rodríguez Prampolini, miembro de número de la Academia Mexicana de la Historia, así como de las academias de Artes y de la Unión y Académique International de Bruselas, Bélgica. Funda el Instituto Veracruzano de Cultura y destaca también como crítica de arte.

Nació en el puerto de Veracruz. 

Ida Rodríguez Prampolini, investigadora. (1)
      Hizo su licenciatura en Historia, la maestría en Historia Universal y el doctorado en Letras, con especialidad en Historia, las tres en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
 
Realizó estudios posdoctorales en España, Canadá, Italia, Francia, Suiza y Estados Unidos.

Desde 1954 había impartido clases en la Facultad de Filosofía en la UNAM.

Desde 1957 fue miembro del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.

En 1967 fue jurado de la IX Bienal de Sao Paulo, Brasil y en 1986 Presidenta del jurado de la II Bienal de la Habana, Cuba.

Estudió el muralismo mexicano producto de la revolución de 1910, y se convirtió en experta en arte contemporáneo, especialmente el mexicano y el europeo, de cuyo análisis se desprenden varios de sus libros más importantes.

Fue directora de Artes Plásticas del Consejo Nacional de Cultura y Recreación de los Trabajadores; también del Centro de Investigación Artística del Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo; además consejera cultural de la Embajada de México en Londres; y fundadora y directora general del Instituto Veracruzano de la Cultura; dirigió el Consejo Veracruzano de Arte Popular.

Pertenecía al Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República.

Ida Rodríguez Prampolini, investigadora. (2)

Fue Investigadora Emérita de la UNAM, desde 1988.

Recibió el Premio Universidad Nacional en 1991.

Recibió además el Premio Nacional de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía 2001.

Recibió la medalla Calasanz otorgada por la Universidad Cristóbal Colón del Puerto de Veracruz en el 2002.

Investigadora Emérita del Sistema Nacional de Investigadores. Miembro de Número de la Academia Mexicana de la Historia, de la Academia de Artes y de la Unión Académique International de Bruselas, Bélgica.

Fue la especialista en historia e impulsora del arte popular más importante de México.

Como Directora Fundadora del Instituto Veracruzano de Cultura (Yvec) (1987-1993), inaugura 57 Casas de Cultura, once museos, dos escuelas de educación artística (música y danza) y 12 archivos.


Entre sus libros se encuentran: 

La Atlántida de Platón en los cronistas del siglo XVI (1947, segunda edición 1992);
Amadises de América. La hazaña de Indias como empresa caballeresca (1948, segunda edición 1977 y tercera edición1991);
La crítica de arte en México en el siglo XIX, 1810-1903 (1964, segunda edición 1999);
El surrealismo y el arte fantástico de México (1969, segunda edición 1987);
El arte contemporáneo, esplendor y agonía (1964);
Pedro Friedeberg (1973);
Una década de crítica de arte (1974);
Herbert Bayer, un concepto total (1975);
Dada Documentos (en colaboración con Rita Eder, 1977);
Presentación de seis artistas mexicanos: Gunther Gerzso, Kasuya Sakai, Sebastían, Mathias Goeritz, Vicente Rojo, Manuel Felguerez (1978);
Sebastián. Un ensayo sobre arte contemporáneo (1981);
Juan O’Gorman. Arquitecto y Pintor (1982);
Ensayo sobre Cuevas (1988);
Variaciones sobre arte (1992);
La memoria recuperada, Julio Galán (1994);
El palacio de Sonambulópolis, de Pedro Friedeberg (1999);
Luis Nishizawa, naturaleza interior, naturaleza exterior (2000).
Francisco Zúñiga y el canon de belleza americana (2001).

Ida Rodríguez Prampolini, investigadora. (3)

Escribió más de cuatrocientos artículos en diversas publicaciones del país y del extranjero, más de un centenar de presentaciones de libros y catálogos sobre temas artísticos, y dictó innumerables conferencias.

Fue, hasta su fallecimiento, Directora General del Consejo Veracruzano de Arte Popular.


Premios:

Recibe la medalla Calasanz, otorgada por la Universidad Cristóbal Colón de Veracruz. 2002.

El 28 de Agosto de 2003 recibió el honoris causa de la Universidad Veracruzana.

Actividades docentes que realizaba en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM:

Impartir un seminario de investigación y tesis. Maestría y Doctorado dos semestres en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.

Impartir un seminario de El muralismo mexicano producto de la revolución de 1910, en América, con diferentes becarios y alumnos de las facultades de Arquitectura, Filosofía y Letras y Artes Plásticas que hacen su servicio social o sus estudios de licenciatura, maestría y doctorado.

Muere el 26 de julio de 2017 a los 91 años de edad.

Después de su muerte dejó a su familia una biblioteca personal con más de 20 mil ejemplares, entre los que destacan títulos como: Tu nombre en el silencio, El campanario, El sonido en Rulfo, Jaime Sabines, Memorias del dueño del yate GranmaLa Giganta y Los parientes ricos.

La página de la UNAM de donde se han tomado algunos de los datos aparece como si no hubieran registrado su fallecimiento.


Imágenes tomadas de:

(1) INBA.
(2) La Jornada.


Con información de:




D. R. 2018 Darío Aguirre
     D. R. 2020 Darío Aguirre

 


Francisco Alonso de Bulnes

Posivista de Porfirio Díaz


Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu

18-09-22
20-09-22

 Nota: Debido a que Blogger de Google oculta las publicaciones hechas en el blog antes de dos años a la fecha de hoy a las búsquedas internas del público, y en las búsquedas externas coloca a las mismas como "no seguras", he decidido volver a publicar todas las semblanzas realizadas en 2016, 2017 y 2018 el mismo día a que correspondan en las efemérides. Todas las publicaciones anteriores a junio serán reeditadas el siguiente año, pero puede accederse a ellas a través de las Efemérides Mexicanas de este 2020 ya que en cada fecha se pone la liga a la entrada del blog.  




#Semblanza, #Efemérides, #EfeméridesMexicanas, #UnDíaComoHoy 22 de septiembre de 1924, fallece en la ciudad de México, misma en la que naciera, el muy controversial ingeniero, periodista, catedrático e historiador, Francisco Alonso de Bulnes. Estudió Ingeniería e impartió clases en la Escuela Nacional de Ingeniería de Meteorología y Economía Política, fue Diputado y Senador durante el gobierno de Porfirio Díaz. Formó parte de la comisión que se enviaría a Japón para estudiar el tránsito del planeta Venus por el Sol.

Nació en la ciudad de México el 4 de octubre de 1847.


Terminó la carrera de ingeniería civil y minas en la Escuela de Minería.

Como ingeniero formó parte de la Comisión Mexicana que fue a Japón para registrar el tránsito de Venus por el disco del sol en 1874, delegación encabezada por el astrónomo Francisco Díaz Covarrubias, en la que fue cronista y calculador. De esa experiencia publicó su primer libro: Sobre el Hemisferio Norte once mil leguas. Impresiones de viaje, en 1875.

Desde joven ejerció la academia, la política y la escritura.

Fue uno de los maestros fundadores de la Escuela Nacional Preparatoria y profesor de la Escuela Nacional de Ingeniería.

En su actuar político llegó a defender al presidente Sebastián Lerdo de Tejada mediante textos publicados en la prensa y también empuñando las armas en la batalla de Tecoac bajo las órdenes del general Ignacio L. Alatorre en la que fueron derrotados. Fue entonces a la ciudad de Veracruz, donde intentó trabajar como maquinista en ferrocarriles pero no lo logró por lo que fue a Cuernavaca, sitio en donde el ministro Matías Romero lo designó jefe de Hacienda.

En adelante Bulnes desarrolló una larga carrera política al servicio del porfirismo: durante casi treinta años fue miembro del Congreso de la Unión, ya sea como senador o como diputado, y diversas veces, presidente de una u otra Cámara. En 1888, para permitir la reelección por un periodo, llegó a argumentar: "El buen dictador es un animal tan raro que la nación que posee uno debe prolongarle no sólo el poder sino la vida". Desde la tribuna se convirtió en el gran orador de la época por su gran capacidad como polemista, la que también demostró en sus artículos periodísticos. Asimismo, fue consultor de varias secretarías de Estado, por lo que tuvo destacada participación en la redacción de varias leyes bancarias y del Código de Minería.

Lo único salvable de toda la legislación liberal eran las Leyes de Reforma, pero como éstas no señalaban disposiciones de gobierno, Porfirio Díaz, en tanto el pueblo no avanzara lo suficiente, debía de ajustar a su criterio la aplicación de todas las demás leyes a la realidad nacional, sin modificarlas. Así los "científicos" justificaron el gobierno autocrático y las violaciones a las leyes para hacer frente a las necesidades populares de manera "realista".

Afiliado al positivismo adoptado por la dictadura de Díaz, pero que en realidad lo justificaban y apoyaban dadas las “características” de nuestro pueblo: 

En 1904, criticó pero aprobó la iniciativa para aumentar el período presidencial de cuatro a seis años: 

En abril de 1908, frente a la inminente sexta reelección del dictador Díaz, criticó el desinterés de don Porfirio en preparar un sucesor dada su avanzada edad y advirtió que a su muerte se destruiría todo lo logrado durante la paz, paz que ya no existía “en las conciencias”:

Poco antes de la renuncia de Díaz en 1911, el diputado Francisco Bulnes, a pesar de que en 1903 había invitado a votar “cariñosamente” a favor de la sexta reelección del dictador, presentó una iniciativa de reformas a los artículos 78 y 109 de la Constitución, prohibiendo la reelección de presidente de la República y de los gobernadores de los estados. Escéptico frente al movimiento revolucionario, al triunfo de Carranza salió del país voluntariamente.

Como escritor fue autor de libros de historia por demás polémicos y vulnerables. El primero de ellos fue El porvenir de las naciones latinoamericanas, editado en 1899. Pero la obra que levantó verdadera ámpula porque denigraba su herencia histórica, fue El verdadero Juárez, publicada en 1904, en la que ofreció una “desmitificadora” versión de la vida del prócer: 

En ese mismo año publicó La grandes mentiras de nuestra historia. También escribió La Nación y el Ejército en las Guerras Extranjeras, así como Juárez y las revoluciones de Ayutla y de Reforma (1905), La guerra de independencia: Hidalgo-Iturbide (1910), The whole truth about México, President Wilson's Responsability (1916) publicado durante su exilio en Estados Unidos y El Verdadero Díaz y la Revolución (1920). 

Intelectual y político del porfirismo, regresó a México a la muerte de Carranza para desde su columna en el periódico El Universal, atacar a la revolución mexicana por estar inoculada de bolchevismo y sindicalismo, “dos grandes enemigos del género humano”, así como criticar al gobierno de Álvaro Obregón, entre otras cosas, por permitir que los yaquis se gobernaran conforme a sus usos y costumbres, pues no podía 

Falleció el 22 de septiembre de 1924 en la ciudad de México. Tras su muerte, muchos de sus artículos fueron reunidos y publicados en forma de libro en 1927 bajo el título de Los grandes problemas de México.



Sus obras:

Sobre el hemisferio norte, once mil leguas. Impresiones de viaje a Cuba, los Estados Unidos, el Japón, China, Cochinchina, Egipto y Europa. México: Imprenta de la Revista Universal (1875).

El porvenir de las naciones latinoamericanas ante las recientes conquistas de Europa y Norteamérica. Estructura y evolución de un continente. México, (1899).

El verdadero Juárez y la verdad sobre la intervención y el imperio, (1904).

Las grandes mentiras de nuestra historia: la Nación y el Ejército en las guerras extranjeras, (1904).

Juárez y las revoluciones de Ayutla y de Reforma, (1906).

El verdadero Díaz y la Revolución, (1920).

Los problemas de México, (1926).

The Whole Truth About Mexico, President Wilson´s Responsability, este libro no se publicaría en español sino hasta 1960, la edición estuvo a cargo de su hijo Mario Bulnes y se intitulaba como Toda la verdad acerca de la Revolución Meixcana. La responsabilidad criminal del Presidente Wilson en el desastre mexicano.




Imágenes tomadas de:

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Con información de:

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D. R. 2019 Darío Aguirre
     D. R. 2020 Darío Aguirre