viernes, 19 de mayo de 2023

Francisco Díaz Covarrubias

Apasionado de la astronomía



Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
17-05-19
23-05-19

  Nota: Debido a que Google y Facebook consideran "viejas" las publicaciones de antes del 2020 nos vemos en la necesidad (y el gusto) de publicar nuevamente todas las entradas importantes, como las semblanzas, para que puedan ser "vistas" por esos sistemas y puedan ser compartidas.
 
#Semblanza #ElPersonajeDelDía #UnDíaComoHoy 19 de mayo de 1889 muere, durante una misión diplomática en Europa, el científico Francisco Díaz Covarrubias, quien fuera ingeniero, geógrafo, astrónomo, científico y diplomático mexicano, destacando en el estudio geográfico del territorio mexicano, fundador de un Observatorio en el Castillo de Chapultepec, por ser comisionado para la observación del paso de Venus por el disco solar y por contribuir para la renovación de la Educación Pública.
El autor y su ciencia.
   
Nació en Xalapa, Veracruz, el 21 de enero de 1833. Fue hijo del periodista y poeta José de Jesús Díaz y de la señora Guadalupe Covarrubias. Quedando huérfano a temprana edad su madre se traslada a vivir a la ciudad de México, procurando la mejor educación posible gracias a la ayuda de algunos familiares. A partir de 1849 ingresó al Colegio Minería en donde estudió geodesia, astronomía y topografía.  Posteriormente enseñó las materias de matemáticas, geodesia y astronomía en la Escuela Nacional de Ingenieros. Más adelante imparte filosofía natural en la Escuela Nacional Preparatoria.
Don Francisco Díaz Covarrubias.
Nació en Xalapa, Veracruz, el 21 de enero de 1833. Fue hijo del periodista y poeta José de Jesús Díaz y de la señora Guadalupe Covarrubias. Quedando huérfano a temprana edad su madre se traslada a vivir a la ciudad de México, procurando la mejor educación posible gracias a la ayuda de algunos familiares.
A partir de 1849 ingresó al Colegio Minería en donde estudió geodesia, astronomía y topografía.  Posteriormente enseñó las materias de matemáticas, geodesia y astronomía en la Escuela Nacional de Ingenieros. Más adelante imparte filosofía natural en la Escuela Nacional Preparatoria.
En 1855 comenzó a dar clases de topografía y astronomía en la Escuela de Minas.
En 1856 recibió al asignación de hacer el levantamiento de la carta geográfica y topográfica del Valle de México, labor titánica para su tiempo, pero que obtuvo grandes beneficios científicos: logró reubicar en el contexto geográfico internacional las coordenadas de la ciudad de México y con ello modificar la ubicación de otros puntos geográficos del país, a partir del Meridiano de Greenwich, lo cual formaba parte de la internacionalización de los patrones de medida. Las anteriores observaciones habían sido hechas por Alexander von Humboldt en el siglo XVIII en su visita a la Nueva España entre 1803 y 1904.
Sello postal conmemorativo.
Esta labor fue necesaria la construcción de instrumentos y el diseño de procedimientos de mayor exactitud a los existentes en su época en la geodesia y geografía.
También realizó grandes avances en la astrofísica, llegando en su época de estudiante a predecir un eclipse de sol para el 25 de marzo de 1857, situación que negaban los modelos anteriores de predicción. Su exactitud fue tal que el fenómeno ocurrió solamente con 2 segundos de diferencia a lo predicho.
Entre 1862 y 1863 instaló físicamente un observatorio astronómico en el Castillo de Chapultepec, pero la institución "Observatorio Astronómico Nacional" no llegó a consolidarse debido a la Guerra de Intervención Francesa.
Por ser liberal, Covarrubias abandonó la ciudad de México para asentarse en San Luis Potosí y Tamaulipas durante la segunda Intervención francesa.
Restaurándose la República pasó a formar parte del equipo de trabajo del gabinete del presidente Benito Juárez. Fue nombrado Oficial Mayor del Ministro de Fomento entre 1867 y 1876, siendo también Director General de Caminos, ya que esta función dependía del Ministerio de Fomento.
Obra sobre el tránsito de Venus.
Junto con Francisco Jiménez, Francisco Bulnes, Agustín Barroso y Manuel Fernández Leal, formó la Comisión Astronómica Mexicana, encargada de observar al paso de Venus por el disco solar, en 1874. Véase más adelante la Nota 1 anexa sobre la interesante historia de la observación.
Después del éxito obtenido en Japón y de regreso a México vía Europa, Francisco Díaz Covarrubias junto con Manuel Fernández e Yves Limantour participaron en el II Congreso Internacional de Ciencias Geográficas. Esto ocurrió en agosto de 1875 en París. El grupo mexicano participó en varias sesiones sobre la geografía, dando a conocer sus métodos y la precisión de cada uno.
La mayoría de las efemérides indica que organizó el Observatorio Astronómico Nacional, pero esto es un error, como puede verse en la nota anexa 2 al final.
Díaz Covarrubias acepta el nombramiento de Ministro Plenipotenciario en Guatemala entre 1877 y 1880. También actuó como representante de México en varios congresos científicos en ciudades europeas. 
Formó parte de la Reforma de la Educación Pública en el país e intervino en la elaboración de la Ley Orgánica de la Instrucción Pública en el Distrito Federal. También fue uno de los fundadores de la Escuela Nacional Preparatoria.
Obra de matemáticas.
Durante la última parte de su vida fue Cónsul General de México en París, donde murió el 19 de mayo de 1889.
Sus restos mortales fueron trasladados a la rotonda de las Personas Ilustres de la ciudad de México en Octubre de 1921.
Entre sus obras escritas destacan: Nuevos métodos astronómicos (1867); Determinación de la posición geográfica de México (1870); Sistema métrico decimal (1870); Tratado de topografía, geodesia y astronomía (1870); Tablas geodésicas de la República Mexicana (1873), y Elementos de análisis trascendente (1873).
Tumba de Francisco Díaz Covarrubias.

Nota 1
Al respecto del la observación del paso de Venus por el disco solar, Susana Biro (2010) escribe lo siguiente:
“Hacia finales del siglo XIX la astronomía tuvo cambios importantes en la forma de organizarse. Dos razones importantes para ello fueron el aumento en el número de astrónomos en el mundo y en las posibilidades de comunicación entre éstos a través de libros, revistas, cartas y viajes. El resultado de estos cambios fue que se empezaron a dar mayores y muy diversas posibilidades de interacción entre aquellos que estudiaban el mismo tema. Entre otras cosas, ahora se volvió posible reunir a varias personas de todo el mundo para tener discusiones prolongadas y plantear proyectos internacionales. Por la misma época empezaron a surgir una serie de esfuerzos por estandarizar los instrumentos y sus usos, las maneras de hacer los cálculos y de reportar los resultados. Uno de los proyectos internacionales paradigmáticos de esa época y de ambas tendencias fue la observación del tránsito de Venus.
“El tránsito de Venus de 1874 fue un acontecimiento muy importante para los astrónomos en todo el mundo. La observación de este fenómeno debía permitir la medición precisa de la paralaje solar, a partir de la cual se podría determinar la distancia de la Tierra al Sol. A pesar de los intentos anteriores de medirla, la paralaje solar aún no se sabía con exactitud, y persistía una álgida discusión sobre la mejor manera de determinarla. Las observaciones del tránsito hechas un siglo antes habían arrojado resultados muy dispares, y los métodos geométricos utilizados entonces eran objeto de fuertes debates. Se discutía sobre cuestiones puramente científicas, como los instrumentos y las técnicas utilizadas, el papel que jugaban los observadores, los métodos para los cálculos, y la naturaleza del fenómeno mismo. Pero también entraban en el debate otros factores más sociales. Para la astronomía este tema se estaba convirtiendo en una cuestión de descrédito ante el público en general, que no entendía su incapacidad para determinar la paralaje.  Existía, además una competencia entre disciplinas científicas, pues los físicos aseguraban que podían hacerlo mejor que los astrónomos. Finalmente, también se convirtió en una cuestión de orgullo nacional, ya que diferentes países aspiraban a ser el primero en resolver el problema. En consecuencia «Todos los países que tenían una reputación científica que mantener o hacer se ofrecieron para colaborar…» Clerke, 1902, p. 234); y a este movimiento general se sumaron los mexicanos.
“En esa época, en México no había astrónomos profesionales, y mucho menos observatorios astronómicos. Había, sin embargo, varios ingenieros geógrafos que conocían la cosmografía y la astronomía práctica necesarias para su trabajo. Seguramente también sabían algo de la otra parte de la astronomía, dedicada al conocimiento del universo. Dos de estos ingenieros, Francisco Díaz Covarrubias y Francisco Jiménez, cabildearon durante dos años para obtener apoyo y poder ir a observar el tránsito de Venus  al oriente lejano, donde sería visible. Finalmente, pocos meses antes del la fecha de tránsito, obtuvieron apoyo del gobierno del presidente Sebastián Lerdo de Tejada, conformaron una comisión de cinco astrónomos y emprendieron el complicado viaje a Japón.
“La expedición mexicana fue exitosa. Llegaron a Yokohama un mes antes de la fecha del tránsito. Allí se encontraron con los astrónomos de las expediciones de otros países como España, Francia y Estados Unidos. Rápidamente hicieron construcciones provisionales para dos observatorios y establecieron las líneas telegráficas indispensables para su labor. El día tan esperado [el 9 de diciembre de 1874] todo funcionó: pudieron cronometrar los contactos y tomar fotografías, intercambiaron señales telegráficas, midieron los diámetros del Sol y de Venus, e incluso tuvieron tiempo para mostrar su equipo a algunos japoneses curiosos que se acercaron a ver. Orgullosos, enviaron un telegrama al presidente para informarle.
“La expedición mexicana para observar el tránsito de Venus pudo haber sido el preludio para la formación de un observatorio astronómico en México, sin embargo no tuvo mayores consecuencias debido a un trastorno político. Al año de volver los triunfantes astrónomos a su país, el presidente Lerdo de Tejada se reeligió en circunstancias tales que llevaron a un golpe militar por parte del general Porfirio Díaz. Una vez en el poder, Díaz se cuidó de eliminar de su administración a cualquiera que hubiera estado con Lerdo. Éste era el caso de Díaz Covarrubias, quien tuvo que retirarse de la vida pública. Al poco tiempo, sin embargo, las cosas mejoraron para la astronomía en México. En 1877 el ministro de Agricultura y fomento, Vicente Riva Palacio, decretó la formación de tres observatorios nacionales, el Meteorológico, el Central (con propósitos geográficos) y el Observatorio Astronómico Nacional (OAN).” (s/p).
Comisión investigadora de 1874: De Pie, Francisco Jiménez, Francisco Díaz Covarrubias
 y Francisco Bulnes. Sentados, Agustín Barroso y Manuel Fernández Leal
 
Nota 2
La mayoría de las efemérides indican que Covarrubias “organizó” el Observatorio Astronómico Nacional (OAN), sin embargo, eso es inexacto, ya que lo que puso en marcha fue un observatorio que duró poco tiempo, como se indicó previamente, aunque el Observatorio Astronómico Nacional, como institución, fue instalado en el mismo sitio para el proyecto de observación del paso de Venus por segunda ocasión, exclusivamente. Esto ocurrió en 1882, con un fracaso rotundo, debido a que ese día hubo nubes que taparon el sol.
Ángel Anguiano fue el ingeniero designado debido a la política de Díaz, indicada por Biro (2010). De hecho el mismo Anguiano había sido rechazado inicialmente, como indica Ruiz de Esparza (2003):
“Derrocado el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada, el primer gobierno porfirista nombró secretario de Fomento al general Vicente Riva Palacio, y a su subsecretario Ignacio [Manuel] Altamirano; ambos conocidos por su empeño en impulsar la ciencia en México, entre otras muchas virtudes.
“En esta ocasión se nombró al ingeniero Ángel Anguiano, el 18 de diciembre de 1876, para que se hiciera cargo de la formación del proyecto y construcción de un observatorio astronómico meteorológico y magnético, insistiendo en que debía establecerse en [el Castillo de] Chapultepec.
“Entre las primeras disposiciones que Porfirio Díaz había dictado como gobernante estaban la de despedir a todos los empleados de la administración anterior. Esta medica incluía, por supuesto, al ingeniero Anguiano. Sin embargo, pocas semanas después, Ignacio Altamirano, convencido de su capacidad y preparación, lo invitó nuevamente a trabajar en el Ministerio de Fomento, haciendo a un lado todo argumento no científico y le convenció diciendo «para la ciencia no hay cuestiones políticas», usted tiene que regresar para terminar la instalación del observatorio. Finalmente le propuso de manera formal ser el primer director del Observatorio Astronómico Nacional, ofreciéndole todo el apoyo económico necesario para que la empresa se realizara de  inmediato”. (p. 61)
Ing. Ángel Anguiano.
"Anguiano hizo todos los preparativos necesarios, viajando a Europa para la conferencia de Paris en la cual se analizaron los datos de 1874 y se prepararon las acciones para 1882. Los militares de Porfirio Díaz pretendieron ocupar el Castillo y pusieron fecha de salida, aunque Anguiano solicitó que fuera después de la observación. Ese del paso de Venus por el disco solar fue el más trágico para la astronomía mexicana, ya que los cielos estuvieron nublados casi todo el día. Los astrónomos, ante la vista de la sociedad y de los militares, habían fracasado y se les veía como inútiles e incompetentes. A partir de entonces fue que se hicieron los preparativos para trasladar el Observatorio a su ubicación de Tacubaya."
Castillo de Chapultepec con la cúpula del observatorio.

Con información de:
Referencias:
Bito, S (2010). La fundación del Observatorio Astronómico Nacional en México. Disponible en Internet: https://historiadelaastronomia.wordpress.com/contribuciones/biro_mexico/ [17/05/18].

Ruiz de Esparza, J. (2003). Los orígenes del Observatorio Astronómico Nacional. Ciencias. Universidad Nacional Autónoma de México. Enero-Marzo, número 069, pp 54-63. Disponible en Internet: http://www.redalyc.org/pdf/644/64406910.pdf [17/05/18].

D. R. 2017 Darío Aguirre
D. R. 2023 Darío Aguirre





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