El maestro: Vicente Guerrero Saldaña

Benemérito de la Patria

Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu

18-08-09

20-08-09

Nota: Debido a que Blogger de Google oculta las publicaciones hechas en el blog antes de 2018 a las búsquedas internas del público, y en las búsquedas externas coloca a las mismas como "no seguras", he decidido volver a publicar todas las semblanzas realizadas en 2016 y 2017 el mismo día a que correspondan en las efemérides. Todas las publicaciones anteriores a junio serán reeditadas el siguiente año, pero puede accederse a ellas a través de las Efemérides Mexicanas de este 2020 ya que en cada fecha se pone la liga a la entrada del blog.

#Semblanza #ElPersonajeDelDía #UnDíaComoHoy 9 de agosto de 1782 nace Vicente Guerrero militar insurgente y Benemérito de la Patria.

Fue uno de los patriotas que más se habían distinguido en los albores de la Independencia.

Su nombre completo era Vicente Ramón Guerrero Saldaña. Nació en Tixtla, del actual estado de Guerrero, el 9 de agosto de 1782.

Vicente Guerrero, patriota. (1)

Al parecer, y de cuerdo a varias páginas de Internet y textos escritos que así lo aseguran, procedía de una familia de campesinos y arrieros de origen mestizo, Vicente Guerrero trabajó desde su juventud como arriero, labor que lo llevaría a recorrer continuamente su región natal. En otros momentos se ha afirmado que pertenecía a una familia de mulatos.

Dio principio a su carrera militar a las órdenes del intrépido Galeana, para poco después pasar a las de Morelos, al mando de la plaza de Taxco.

Su verdadero genio militar y sus aptitudes patrióticas se dieron a conocer en el combate de Izúcar el 23 de febrero de 1812. Él sostuvo vigorosamente la guerra en el Sur de Puebla y propagó el espíritu de independencia por el sur de la Nueva España.

El insigne Morelos le acordó toda su confianza dándoles instrucciones para levantar tropas y propagar la revolución, encontrándose en diferentes combates, sufriendo una derrota en la Cañada de los Naranjos, donde estuvo a punto de perder la vida, y, a pesar de los recios desastres de Puruarán y Tesmalaca, Guerrero, casi solo, víctima de la traición temprana, sin recursos, sin armas, fue el único mantenedor de la buena causa.

Verdaderamente sobresalió entonces por su valor temerario, por su sagacidad, por su perseverancia a toda prueba, y por el patriotismo más puro y más inquebrantable.

En una ocasión, el virrey autorizó al padre de Guerrero, que combatía en las filas españolas para interponer su influencia a fin de que el joven jefe abandonase las filas independientes. El 9 de noviembre de 1920, al encontrarse el insurgente a don Pedro Guerrero, éste abrazó a su hijo con intenso amor y derramando amarga lágrimas le rogó volviera al seno de la familia y aceptase un puesto en las filas de gobierno. Guerrero se conmovió a la vista de su padre, le estrechó en sus brazos, lloró con él y llamando a sus soldados les dijo: «Compañeros: ¿veis a este anciano respetable?, es mi padre: viene a ofrecerme empleo y recompensas en nombre de los españoles. Yo he respetado siempre a mi padre; pero mi patria es primero», y besándole la mano le suplicó no volviera jamás a verlo, pues sería inútil, que él no era hombre para fallar a sus compromisos.

Se cuenta que en plena revolución, caminó ochenta leguas (algo así como 400 kilómetros) solo con su asistente, burlando a los enemigos y expuesto a cada momento a caer prisionero.

Don José de la Peña mandaba una sección de setecientos hombres realistas, y el joven independiente atrajo a su partido a los habitantes de aquellas cercanías, y cayó por sorpresa sobre los realistas, tomando cuatrocientos prisioneros y otros tantos fusiles. Una fuerza enemiga al mando de La Madrid, entró en Jocomatlán sorprendiendo al pueblo y a la tropa, pero Guerrero, con un centinela y un tambor (se refiere al soldado que toca el tambor), defendió a los suyos y, entusiasmando al pueblo, acudió en su auxilio, logrando rechazar a La Madrid. Por segunda vez batió al mismo jefe que le atacaba con mil hombres.

Su actividad no conocía límites, organizó una maestranza; fundió varias piezas de artillería; fabricó pólvora, y sostuvo un combate de cuatro días en Chinantla, En todas las batallas hizo prodigios de valor, y en diferentes encuentro peleó cuerpo a cuerpo, siendo victorioso en la mayoría de los combates.

Formó el propósito de reunirse con Morelos a quien veneraba por su serenidad y arrojo, pero supo había caído prisionero y entonces escolló hasta Tehuacán, al Congreso, que iba huyendo. Capturado Morelos en 1915, la revolución desfalleció, pero aun así, Guerrero siguió peleando, y haciendo frente a las victoriosas tropas españolas, llegando a reunir en Tamo, mil ochocientos hombres. Proclamado el Plan de Iguala, Guerrero lo aceptó y se puso a las órdenes de Iturbide en 1821.

Estatua dedicada a Guerrero en la ciudad de Tixtla. (2)

Fue muy hermosa, pintoresca, la primera entrevista de ambos jefes, que según Bustamante tuvo lugar en Acatempam:

Iturbide al ver a Guerrero le dijo: «No puedo explicar la satisfacción que experimento al encontrarme con un patriota que ha sostenido la noble causa de la Independencia, y ha sobrevivido él solo a tantos desastres, manteniendo vivo el fuego sagrado de la libertad. Recibid este justo homenaje de vuestro valor y vuestras virtudes». A ello Guerrero contestó: «Por mi parte, experimento emociones igualmente profundas y fuertes», y aludiendo a la persecución contra los independientes por Iturbide, añadió: «Yo, señor, felicito a mi patria, porque recobra este día un hijo, cuyo valor y conocimientos, le han sido tan funestos».

El jefe insurgente convino en luchar al lado de sus antiguos enemigos, ocupando un lugar subalterno. Durante el gobierno de Iturbide Guerrero alcanzó el grado de general, siendo designado capitán militar del sur, sin embargo, y aunque Guerrero reconoció en un principio a Iturbide como emperador pronto lo combatió, ya que no estuvo de acuerdo con esa forma de gobierno, en unión de Nicolás Bravo.

En 1828, a la salida de Guadalupe Victoria del gobierno, figuró como candidato a la presidencia, sin embargo se designó a Manuel Gómez Pedraza, debido a lo cual se produjo un movimiento subversivo y se declaró insubsistente la elección por lo que se designó entonces Presidente a Guerrero y en la Vicepresidencia se designó al General Anastasio Bustamante, gobernando desde el 1 de abril de 1829.

Posteriormente, Anastasio Bustamante proclamó el Plan de Jalapa y desconoció al régimen de Guerrero y a su vez, el Congreso lo declaró imposibilitado para gobernar la República, y sin el apoyo del pueblo Vicente Guerrero se lanzó en una nueva guerra civil que se prolongó a lo largo de 1830. A pesar de la defensa des sus posiciones en el sur, Bustamante fraguó un plan para traicionarlo: En enero de 1831 Vicente Guerrero fue aprendido a bordo del bergantín "El Colombo" por el pirata Picaluga, quien recibió 50 mil pesos oro; un consejo de guerra lo condenó a muerte y fue fusilado en la villa de Cuilapan, Oaxaca el 14 de febrero de 1831.

Sólo después de muerto fueron reconocidos su méritos: en 1833 fue declarado Benemérito de la Patria y en 1849 se nombró al recién creado Estado de Guerrero, en honor a su heroísmo. Sus restos descansan en la Columna de la Independencia, en la Ciudad de México.