viernes, 29 de septiembre de 2023

José María Morelos y Pavón

El Rayo del Sur

Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
18-09-30
23-09-30
 
 
#Semblanza #ElPersonajeDelDía #UnDíaComoHoy 30 de septiembre de 1765 nace en Valladolid (hoy Morelia, Michoacán), José María Morelos y Pavón quien siendo cura de Nocupétaro, del mismo Estado, se adhiere a la causa de la Independencia de México al lado de Hidalgo. Ha de distinguirse como gran pensador social y genial estratega de la gesta libertaria. En 1813 redacta los Sentimientos de la Nación, en el que, entre otros aspectos, propone la creación de un Poder Judicial; convoca el Congreso de Anáhuac en sustitución de la Junta de Zitácuaro, en el cual se declara la independencia de la América Septentrional; instala el Supremo Tribunal de Justicia para la América Mexicana en Ario de Rosales, Michoacán.
José María Morelos y Pavón, independentista. (1)
De pobrísima familia sólo a los veintiséis años fue admitido en el colegio de San Nicolás, donde cursó estudios hasta ordenarse sacerdote. Sirvió en diversos curatos de Michoacán y se unió  ala revolución iniciada por Hidalgo en 1810.
El jefe que mandaba las fuerzas patriotas en la costa del Sur se había presentado dos meses antes al caudillo Hidalgo y Costilla en San Miguel Charo, aldea insignificante cercana a Valladolid, suplicándole le permitiese consagrarse al servicio de la patria y ayudarle en la noble tarea de su redención.
El heroico párroco de Dolores, accedió al deseo de aquel hombre singular, autorizándole con documento especial, para que extendiera la revolución por la costa del Sur. Partió sin más armas ni más pertrechos de guerra para emprende la campaña que una escopeta y dos trabucos y sin más soldados que un fiel criado. Pocos días después le acompañaban veinticinco hombres armados con escopetas y lanzas. En Coahuayutla se reunió al naciente ejército don Rafael Valdovinos siguiendo su marcha con fe y resolución inquebrantable.
Nombrado coronel por éste, desarrolló la actividad en el sur y el 8 de diciembre de 1810 obtuvo su primera victoria en el Veladero. En agosto de 1811 entró vencedor a Tixtla. El movimiento de Hidalgo había fracasado ya, y el general español Calleja, que había derrotado a Hidalgo, dedicó ahora todos sus esfuerzos a aplastar a Morelos. Lo sitió en Cuautla, pero cuando la plaza parecía destinada a sucumbir, Morelos logró burlar el cerco (1812). Y retomar la ofensiva, con tanto éxito que el 26 de noviembre entraba en triunfo en Oaxaca. Quedaba firmemente en manos de los revolucionarios una extensa zona montañosa del sur mexicano. Morelos, para hacer más segura su posición, decidió apoderarse del puesto de Acapulco, por el cual podrá entra en contacto con E. U., de donde esperaba recibir pertrechos.
Estampilla conmemorativa de 2010. (2)
Pero Acapulco estaba bien defendido, y sólo pudo tomarlo tras de un sitio de seis meses (agosto de 1813). Mientras tanto, Calleja dominaba los pequeños núcleos insurreccionales del norte. Morelos, a su vez, se preocupó de organizar políticamente la zona que dominaba: en junio de 1813 decidió reunir un congreso  que declarase la independencia. El congreso estaba integrado por antiguos miembros de la junta de Zitácuaro, excepto Rayón; por diputados designados por elección popular en las zonas liberadas; y nombrados por Morelos los que debían representar a las comarcas del norte, sometidas a la dominación española. El congreso inauguró sus sesiones en Chilpancingo, en septiembre de 1813. Confirmó a Morelos en su cargo de generalísimo y aprobó las reglas constitucionales por él dictadas, recogida luego en el Decreto constitucional para la liberada de la América mexicana, esbozó de constitución sancionada el 22 de octubre de 1814 en Apatzingán. El 6 de noviembre fue declarada la independencia de la Nueva España.
El congreso confirmó los anteriores decretos de Morelos, caracterizados por las tendencias igualitarias y reivindicatorias de los indígenas que habían aparecido ya en el movimiento de Hidalgo (abolición de la esclavitud, supresión de las castas, condonación de las deudas a españoles europeos, cuyos bienes eran confiscados), a la vez que por la acentuación del carácter religioso del movimiento (readmisión de los jesuitas, privación de la ciudadanía a los herejes, los apóstatas, los extranjeros no católicos).  El Congreso creó una organización política muy compleja, que tenía a su frente a un triunvirato cuyos miembros se renovaban constantemente. Todo eso no podía sino perjudicar la unidad de la acción revolucionaria. Caído Acapulco, Morelos se propuso tomar Valladolid, pero fue derrotado por Iturbide en Zapote y Lomas de Santa maría,. Morelos no quiso buscar la salvación en una rápida retirada: libró un nuevo combate en Puruarán (4 de enero de 1814). Perdió su prestigio, fue depuesto de su cargo de generalísimo por el congreso, y debió seguir, en la conducción de la lucha, las directivas de éste.
Hacia el otoño de 1815 el movimiento revolucionario estaba en retirada en todas partes, acosado por las fuerzas de Calleja, que había sido nombrado virrey. El congreso, deseoso de buscar una sede más segura, decidió refugiarse en las montañas, en Tehuacán , desde donde podían mantener contactos con Puebla, Oaxaca y Veracruz. Para facilitar el traslado de los miembros del congreso, hostigados por las fuerzas españolas, Morelos emprendió con ellos la marcha. El jefe realista Concha, que lo sorprendió, le obligó a librar batalla en Texmacala (5 de noviembre de 1815). Morelos pudo asegurar la fuga del congreso, pero cayo prisionero en la acción , en la que sus fuerzas fueron destrozadas. Fue conducido a México, constituido en prisionero en las celdas de al Inquisición, despojado de sus hábitos sacerdotales y ejecutado, tras de un rápido proceso en San Cristóbal de Ecatepec el 22 de diciembre de 1815.
Billete de 20 pesos de 1977. (3)
Veamos un fragmento de las acciones de Morelos en una primera etapa de su actuar independentista:
“Había nacido  el 30 de septiembre de 1765, siendo su padre don Manuel Morelos quien ejercía el oficio de carpintero y murió dejando muy niño al futuro prócer, y su madre doña Juana Pavón, quien carecía de recursos para costear a su hijo la carrera eclesiástica, por lo que lo puso bajo el amparo de Felipe Morelos, viviendo el niño como atajador en una recua hasta que pudo entrar en el colegio.
Después de recibir las sagradas órdenes, desempeñó los curatos de Churumucos y Huacana, pasando más tarde a Carácuaro.
El grito de Dolores le hizo estremecer de júbilo, de entusiasmo, y sin vacilar, corrió en busca de Hidalgo, y aceptados sus servicios, levantó en pocos días un ejército formado con aquellos que en cada villa y en cada pueblecito, por donde iba pasando, se iban adhiriendo a la causa de la libertad.
Tecpan, guardado por milicias al mando del capitán realista Juan Antonio de la fuente, fue ocupado por Morelos, sin combate, porque sabiendo se acercaba, unos huyeron y otros se presentaron a engrosar las filas de los libres.
El genio militar del caudillo del Sur, despertaba confianza y entusiasta admiración, y nosotros mismos hemos considerado a Morelos como el primero de los guerreros mexicanos en la primera época de la emancipación.
Tres hombres célebres más tarde por su arrojo y lealtad, se unieron en Tecpan a los independientes: los señores Pablo Ternieu, Juan y Hermenegildo Galeana; éste último fue llamado por Morelos “su brazo derecho”.
Sitio de Cuautla. (4)
Contaba ya con tres mil hombres aquel ejército improvisado en tan corto tiempo, cuando le pasó revista en Coyuca. De allí siguieron su marcha para el “Veladero”, ocupado ya por setecientos hombres al mando de Cortés y Valdovinos.
El primer encuentro con tropas realistas, enviadas por el gobernador de Acapulco, fue curiosísimo, pues las fuerzas de uno y de otro bando, creyéndose vencidas, emprendieron la fuga, hasta que un muchacho de los patriotas, que asustado se había subido a un árbol, observó la huida de los realistas, y bajó corriendo para avisar a los suyos; éstos volvieron a tomar posesión del campo abandonado.
La campaña del Sur, la alentada actitud de Morelos y la superioridad de su carácter, llamaron la atención del virrey Venegas y dispuso que numerosas fuerzas de la milicia, al mando del capitán Francisco Paris, marcharan a batirlo.
El 1º de diciembre de 1810 fue la primera acción con los independientes, en el Arroyo Moledor; la suerte favoreció a los realistas y sus bien organizadas tropas, reforzadas con otra división a las órdenes de Pareja, alcanzaron mayores resultados el 9 y 10, pero el 13, después de diecisiete horas de lucha, el laurel del triunfo fue de los independientes, retirándose los realistas al punto llamado Tres Palos.
Morelos era arriesgado, tenaz, y reunía a la pericia al valor, frío cálculo tranquila reflexión y sagacidad suma; la buena suerte de la última acción le sugirió un audaz propósito.
La oscuridad de la noche favoreció intento. La sorpresa que meditaba debía efectuarse entre sombres y misterios.
El coronel Julián Ávila, con seiscientos infantes, marchó por orden de Morelos a “Tres Palos”, cuartel general del enemigo, y empeñó la acción cayendo como un rayo sobre las tropas de Paris el 4 de enero de 1811. ¡Viva Morelos! ¡Mueran los tiranos!, gritaban los soldados patriotas al empeñarse la lucha.
Y aquel ejército que contaba dos meses de existencia, cargó, atropelló y se batió denodadamente. Cuatro horas después era dueño de seiscientos nuevos fusiles, de cinco cañones, un obús, cincuenta y dos cajones de parque, ochenta y tres acémilas con víveres y diecinueve con pertrechos de guerra y numerarios.
Paris y Pareja se retiraron hasta Ometepec, en donde reunieron sus dispersas fuerzas para reorganizarlas y probar de nuevo la suerte que se empeñaba en proteger al poco antes oscuro sacerdote y ya general victorioso y temido.
Billete de 200 pesos, 2019. (5)
El caudillo que en Dolores había levantado el grito de independencia, expresó en las instrucciones dadas a Morelos, que éste debía apoderarse de Acapulco, y el principal móvil del jefe patriota al situarse en el “Veladero” fue cumplir con aquel importante designio; para conseguirlo pensó en tomar el castillo de San Diego, llave de la ciudad y del puesto. Un artillero llamado Pepe Gago, se puso en contacto con los independientes y ofreció entregar la fortaleza; la señal convenida era una luz sobre uno de los merlones que dan al grifo. Morelos abandonó la sabana el día 8 de febrero y se situó en Las Higueras.
Es silencio era profundo, aun brillaban las estrellas y las sombras de la noche cubrían cerros, ciudad, bahía y fortaleza. En el oscuro conjunto, a corta distancia del castillo, brillaban una luz en el centro de un grupo de soldados patriotas que la defendían del viento.
Nadie contestó a la señal mandada hacer por Morelos.
Este sin embargo, avanzó con alguna tropa; al llegar a la puerta del castillo, los soldados se detuvieron, sorprendiéndose del silencio que reinaba, temiendo una traición. Sintieron pasos que cautelosamente se acercaban a la puerta. Una voz preguntó por la cerradura, si Morelos se encontraba allí.
El jefe hizo contestar que no.
De repente tronó la artillería sostenida por la escuadra, y los soldados, sobrecogidos por el terror del inesperado y terrible fuego del castillo, intentaron huir.
La voz de Morelos dominaba el tumulto de voces y el ruido del cañón.
Desesperado y colérico ante la inutilidad de sus esfuerzos para contener a los soldados, tuvo un sublime heroico rasgo, propio de su carácter y de su temerario valor.
“Cobardes –exclamó–, y les pondrá un puente par que pasen,” y adelantándose a los prófugos hasta el sito llamado de los Dragos, se arrojó al suelo para cortar la futa.
Los soldados confusos y avergonzados, levantaron al bizarro general y le rodearon con ternura y cariño.
Había logrado ser para su ejército un profeta venerado y querido. Su superior firmeza y sangre fía, avasallaban a los patriotas, y su confianza en él, era ilimitada. El general español Calleja, escribía en una ocasión  al virrey Venegas: “Este clérigo es un segundo Mahoma”.”

Imágenes tomadas de:
(1)  WikiMéxico.
(5) La Verdad.


Con información de:
(1) Diccionario Enciclopédico Quillet.
(2) Baronesa de Wilson. (1963). México y sus gobernantes. Tomo I. Editora Nacional. México, D. F.
(3) INEHRM.

D. R. 2018 Darío Aguirre
D. R. 2023 Darío Aguirre
 
 




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