domingo, 18 de abril de 2021

Guillermo González Camarena II

El Búho Mayor

Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
21-04-17

      #Semblanza #ElPersonajeDelDía #UnDíaComoHoy 18 de abril de 1965 muere en un accidente automovilístico el ingeniero Guillermo González Camarena, inventor del sistema tricromático secuencial de campos para televisión a color, que patenta en 1940; dos años después logra transmitir a distancia en su laboratorio. En 1946 inaugura su primera estación experimental de televisión en México, que en 1952 inaugura como la estación televisora XHGC, transmitiendo programas infantiles y educativos. Crea equipo de televisión a color para cirugías; patenta el caleidoscopio y dos años después el sistema bicolor simplificado para televisión a colores, usado por la NASA durante muchos años mientras duró la televisión analógica. Puso en marcha programas educativos como la telesecundaria, también compositor de temas como “Río Colorado”.

Guillermo González Camarena, inventor.

     Aquí incluimos una entrevista realizada por Miguel A. Mendoza en 1949 a Guillermo González Camarena, publicada en un medio no especificado, y reproducida en el libro 100 Entrevistas, 100 personajes, coordinado por Vicente Leñero.

     El técnico e inventor Guillermo González Camarena nació en 1917, en Guadalajara, Jalisco, y murió en un accidente automovilístico ocurrido cerca de la ciudad de Puebla, en el año de 1966. Vivió la mayor parte de su vida en la capital de la República y fue alumno de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica del IPN, pero nunca concluyó sus estudios.
De 1932 a 1939 fue técnico de la planta transmisora de la radio de la SEP, época en la que comenzó a experimentar  con aparatos de televisión que salían de sus manos. En 1934, y a partir de materiales de desperdicio que adquirió en mercados de fierro viejo, construyó su primera cámara de televisión. Equipo que perfeccionó cinco años más tarde, cuando concibió un sistema de TV a color que en 1940 patentó en México y EU. Ese mismo año pasó a formar parte del grupo de técnicos al servicio de la XEW y la XEQ, en donde pronto se convirtió en jefe de operadores. cuatro años más tarde, en 1946, puso por primera vez en el aire la señal monocromática de su emisora de televisión, la XHGC, y un par de años después llevó a cabo la primera transmisión mexicana a color, en circuito cerrado, de una intervención quirúrgica que se realizó en el Hospital Juárez.
     En 1952, al nacer la televisión comercial, las siglas de su televisora se hicieron populares por servir de identificación al canal 5. Además de padre técnico de la televisión mexicana, fue el conocedor apasionado de la arqueología y la historia nacionales, así como un inspirado compositor e intérprete musical.


CIENCIA DE BÚHOS

    Un día cualquiera  de 1934, un muchacho arregladito, de buena familia , decidió no estar más en la Escuela de Ingenieros Mecánicos Electricistas (ESIME) porque no le ofrecía ningún aliciente lo que allí aprendía. Entonces decidió estudiar radiología por su propia cuenta.
     Ese fue el principio. Seis años más tarde, en 1940, y adelantándose a los técnicos más notables del mundo en esta materia, presentaba en la ciudad de Washington, ante el Departamento de Comercio, la solicitud de una patente para amparar su invento máximo hasta ahora: la televisión a colores.
     –Hasta ahora no tengo en la bolsa un centavo de ese invento mío. Y lo digo así no porque no me haya dejado dinero su explotación, que sí lo ha producido, sino porque el poco dinero que han dejado cortas temporadas de rendimiento comercial, todo lo he invertido en mi laboratorio.
     –En realidad, no sé cuanto dinero me ha dejado mi profesión de radiotécnico desde que lo comencé, en 1933, porque, como ya dije, todo lo he metido otra vez. No ha sido negocio para nosotros –mis colaboradores y yo–. No hay dinero en realidad en esta compañía que he fundado. Y cuando no hay dinero hasta los colaboradores más entusiastas se cansan y se van.
     Es conmovedora su franqueza. Y hace estas confesiones en medio de la más sana risa. Porque… hay que decirlo, entre otros muchos talentos que tiene González Camarena, figura en primer término el de ser un humorista formidable. Se ríe de su propia situación y lo hace franca, saludablemente. Luego explica:
     –La verdad es que siempre fui un desorganizado, y hasta la fecha lo sigo siendo.
     Y nuevamente se suelta a reír. Con una carcajada infantil. Y de esta manera queda en el aire descrita la parábola de su total humildad. Así es, sin complicaciones, limpiamente sencillo. Dígalo, si no, su pequeña biografía que él trazó sucinta, en unos cuantos minutos.
     –Probablemente me nació la inclinación a la radio, la electrónica y después a la televisión, por pura afición. Ya en 1932, a los dieciséis años, era yo radioamateur, tenía mi plantita de aficionado y lanzaba mensajes al aire y me comunicaba con muchas partes del mundo. Posteriormente me interesé en el sonido estereofónico. Y ya para 1934 construí, yo mismo, mi primera cámara de televisión, de las llamadas de “tipo mecánico”.
     Aquí empezaron las dificultades para el periodista. Porque, ¿qué es eso del sonido estereofónico? Entonces, gentilmente, González Camarena se prestó a sacarlo de la duda, mediante una sencilla explicación, que se reduce –poco más o menos– a esto:
     –Cuando el sonido sale de la bocina de un receptor de radio, sale plano, como si fuera una placa fotográfica, no se sabe cuándo está más cerca o más lejos. En tanto que en el sonido real, éste se produce a la izquierda, a la derecha, o al fondo, y el oído así lo percibe.
     –Durante siete años fui operador de Radio Educación: de 1932 a 1939 inclusive. Entonces estudié televisión, como podía, porque no había libros de texto y sólo escasos artículos en revistas esporádicas procedentes de los Estados Unidos. Ya en mi clase de física, en la secundaria número tres, me había gustado experimentar. Y en busca de más amplios horizontes ingresé a la ESIME; pero me salí y decidí estudiar por mi cuenta, porque allí no había manera de ampliar mis conocimientos en lo que me interesaba: la radio.
     –Entonces fue cuando, experimentando con televisión electrónica, inventé un sistema para transmitir a colores, adelantándome a otros experimentadores y expertos en la materia en el mundo.
     Y eso es verdad: en 1940 la patente estadounidense número 2 millones 296 mil 22, registrada en Washington, amparaba el invento de un mexicano; y poco después, en el mismo año, la patente número 10 mil 235 de la Secretaría de la Economía Nacional, en la oficina de Patentes y Marcas, protegía contra plagio y uso indebido el mismo invento, para todo el territorio mexicano.
     –¿En qué consiste la aportación de Camarena?
     Aquí es necesario entrar en explicaciones técnicas par que se comprenda la importancia de su invención. Pero antes debo decir que este técnico asombroso se adelantó en el descubrimiento nada menos que al técnico en electrónica Zworikyn, el rusoamericano inventor del cañón electrónico que revolucionó la televisión en 1929. Este es, precisamente, el mérito de González Camarena. Y nada de lo que se diga en su elogio va a sumarle merecimientos. Pero, no obstante, es necesario hacerlo público.
     –El invento de González Camarena es un adaptador consistente en el disco transparente teñido de tres colores: azul, rojo y verde, que gira en el sentido que hace posible que se siga conservando este orden: azul, verde y rojo. Este disco se hace girar sincronizado a la velocidad con que un cañón electrónico recorre la pantalla, en donde se proyecta la imagen que está tomando la cámara de televisión.
     –Este cañón electrónico viene a ser una especie de “ojo mágico” que recorre el cuadro que va a transmitir el aire, a una velocidad de 90 mil kilómetros por segundo. Este ojo mágico ve la imagen y a su vez la transmite, en forma de vibraciones electrónicas, a la planta, que las convierte en vibraciones eléctricas y, después, en ondas que son lanzadas al aire. El aparato receptor capta estas ondas del aire y, a su vez, las convierte en vibraciones eléctricas y éstas en vibraciones luminosas que reconstruyen la imagen ante una pantalla –que es la que ve el espectador– por medio de otro ojo mágico. En realidad, los ojos mágicos son pinceles electrónicos que recorren el espacio total de la pantalla a la velocidad de un quincuagésimo de segundo, línea por línea, como si el “ojo receptor” estuviera pintando, línea por línea, lo que ve, en iguales condiciones, el otro pincel electrónico.
     Así con palabras gruesas, que no son las exactas, pero que vienen a ser las más aproximadas para dar idea del procedimiento de la televisión. La explicación última, de este modo, viene a ser ésta: la imagen a color se reconstruye en el ojo humano, aprovechando sus condiciones fisiológicas. O sea que el color se viene a añadir dentro del ojo humano, en la retina, y no en la pantalla del aparato receptor.
Esta es, fundamentalmente, la innovación de este joven sabio mexicano, pues su método de color es la substracción del color amarillo, que resulta de hacer girar los tres colores citados en el orden dicho.
     –No sé a qué hora empieza el día –dice Camarena, y una carcajada subraya su propia frase–. Todo el mundo lo empieza en la mañana; pero yo lo comienzo a medio día, alrededor de la una o las dos de la tarde.
     Luego explica porqué.
     –Desde que soy jefe de operadores de las estaciones XEW y XEQ –en 1940, a raíz del registro de las patentes obtuve el puesto–, llego a trabajar a la una de la tarde y permanezco vigilando la corrección de las transmisiones hasta alrededor de las siete y media de la noche.
     A esa hora se pela del trabajo y habitualmente llega al laboratorio de su propiedad y se pone a experimentar en televisión, radio o electrónica hasta las seis de la mañana. Luego, duerme hasta la una de la tarde, y vuelve a empezar.
     –Los domingos por la tarde, –agrega– se los dedico a mi novia.
     Actualmente exhibe su invento transmitiendo programas de televisión desde la Exposición Objetiva Presidencial, en el Estadio Nacional. Siete aparatos, distribuidos en otros tantos puntos de la ciudad, reciben la imagen en sitios públicos, en donde la gente puede gozar del espectáculo.

LOS EQUIPOS DE XEW Y XEQ

     –Ahora que estamos aquí, nos metemos a experimentar en este estudio improvisado hasta la misma hora. En ocasiones normales, cuando no estamos en mi laboratorio, estamos componiendo el equipo de la XEW y la XEQ, del cual soy responsable de que esté en buenas condiciones y al que reparo cuando sufre descomposturas. Y ya ve usted, todo este trabajo me ha hecho un verdadero desvelado, y a mis colaboradores también. De tal manera que tenemos formado un club que se llama Los Búhos. Y ya estamos tan habituados a esta vida que hasta organizamos excursiones al campo, pero de noche.
     –¿Cómo es eso?
     –Como lo oye. Salimos de la ciudad en este remolque en que tenemos el equipo a eso de las diez de la noche, y regresamos a la ciudad entre cuatro y cinco de la mañana. Vamos habitualmente a recorrer zonas arqueológicas en los alrededores del valle de México, o bien perseguimos los pueblecitos en donde se celebra alguna feria. O bien simplemente nos internamos en la sierra, en el monte o entre la maleza, fuera del camino. ¡Y viera usted qué emocionante y bonito es excursiones de noche! El campo presenta un aspecto totalmente distinto: toda clase de animalejos salen de sus madrigueras y atraviesan por todos lados. Conejillos, ardillas, e incluso vendimos. De manera que se siente uno como si fuera Blanca Nieves. En caso de que alguien pretendiera asaltarnos vamos bien protegidos: llevamos pistolas de gases.
     Y conste que habíamos dicho que era un magnífico muchacho. Y no mentíamos. La sencillez y un tanto de candor infantil se mezclan desconcertantemente en la mentalidad y la manera de ser de este joven sabio mexicano.
     Y de esta manera queda concluida la somera semblanza que intenta reconstruir para nuestros lectores el ingeniero técnico mexicano Guillermo González Camarena, notable inventor mexicano y auténtico cerebro excepcional, mezcla desconcertante de profundidad y agilidad, que intentará construir, durante los próximos doce meses, todos los aparatos  receptores que necesite nuestro país para captar la maravillosa televisión, a un precio de mil cien pesos.
     –Ese es mi ideal, ¿sabe? Construir aparatos receptores baratos para que todo el mundo los tenga.


      Imágenes tomadas de: 

     

     (1) Xacata México

     Con información de:


     Mendoza M. A. (1949). Ciencia de búhos. Entrevista contenida en el libro 100 Entrevistas, 100 personajes. Coordinado por Vicente Leñero. PIPSA. México.
 1991.
 

    
D. R. 2021 Darío Aguirre


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