jueves, 1 de abril de 2021

Marcos Moshinsky Borodiansky

El hombre público

Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
21-04-01


     #Semblanza #ElPersonajeDel Día #UnDíaComoHoy 01 de abril de 2009 muere el físico mexicano de origen ucraniano Marcos Moshinsky Borodiansky, cuyas investigaciones en el campo de las partículas elementales lo hacen acreedor al Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1988. Fue fundador de la “Revista Mexicana de Física” desde 1952 y también recibió el Premio Príncipe de Asturias por su más importante aportación al campo de la física, la llamada teoría de grupos y sus aplicaciones. Nace el 20 de abril de 1921.

Marcos Moshinsky, investigador de la física.

     El físico ucraniano-mexicano nació en Kiev, Ucrania, en 1921. Seis años más tarde su familia emigró a México en donde –1942– se naturalizó. En 1944 obtuvo el grado de físico en la Facultad de Ciencias de la UNAM, institución en la que es profesor emérito del Instituto de Física de la misma casa de estudios y profesor huésped de la Universidad de Princeton; catedrático de la Academia de la Investigación Científica; codirector de las revistas Physics Letters, Nuclear Physics y del Journal of Mathematical Physics y director de la Revista Mexicana de Física; coautor de Tablas de Paréntesis de Transformación, Many body problems and related problems of theorical physics y autor de los trabajos Group Theory and the many body problems y The harmony oscillator in modern physics: from atoms to Quarks. Sus trabajos científicos le han hecho acreedor a las siguientes preseas: de la Academia de la Investigación Científica, Elías Sourasky; Nacional de Ciencias; Luis Elizondo; UNAM de Ciencias Exactas 1985, cuyo monto donó a los damnificados por el sismo de septiembre de ese años), y Príncipe de Asturias de 1988. Desde 1972 es miembro de El Colegio Nacional.

     Aquí reproducimos una entrevista realizada al investigador por Víctor Miguel Lozano en algún diario nacional no especificado publicada en diciembre de 1969 y reeditada por PIPSA en 100 Entrevistas, 100 personalidades.


EL QUARK Y EL MINERO

     Tomó asiento pausadamente; mientras lo hacía fijó su atención en la máquina que, sobre su escritorio, devoraba diligentemente la cinta, tan pronto ésta era parida. Tras las gruesas lentes fijó la mirada en algún punto y, mientras enfocaba, esperé escuchar un zumbido semejante al del mecanismo de enfoque de una cámara cinematográfica. Escuché con atención, pero en vez del zumbido, escuché su voz, débil al principio, como hablando para sí mismo, y luego más fuerte, tratando de incluirme en el auditorio.
     –El Premio Nacional de Ciencias ha traído consigo una notoriedad que a veces resulta incómoda. Hace unos días un periodista me solicitó una entrevista y como yo le indicara que en ese momento no disponía de tiempo, el periodista me contestó: “Mire usted, señor, los hombres públicos, como las mujeres públicas, no pueden disponer libremente de su tiempo.”
Y sonriendo agregó: ¡le tuve que conceder la entrevista!
     –Dr. Moshinsky, quisiera empezar esta entrevista con algo que creo es generalmente difícil de tratar para toda persona, pero, según parece, es especialmente difícil para usted. ¿Quisiera hablarnos de usted mismo? Platíquenos primero de su niñez y juventud y más tarde de su trabajo actual…
     –Mi familia, como mi nombre lo indica, viene de la Unión Soviética. Cuando llegaron aquí, yo tenía cinco años. Mi educación la llevé a cabo desde el jardín de niños en México. Entre las escuelas en las que recuerdo haber cursado la primaria está la de la Plaza Miravalle, que por cierto me encontré hace algunos días que la habían demolido. Posteriormente estudié en la secundaria número tres. Estudié después en la Preparatoria Nacional. Yo iba para para ingeniero químico, que era lo que parecía más razonable de hacer en ese momento, pero resulta que al terminar la preparatoria, tuve un problema de salud, no muy bien definido, y dejé de estudiar un año, parte del cual lo pasé como obrero textil en Nueva York.
     –A mi regreso descubrí que nunca me había atraído realmente la ingeniería química y entonces me enteré que existía una Facultad de Ciencias y entré a la misma. Cuando entré a ella Facultad de Ciencias la señorita Barraza y yo éramos los únicos alumnos de todo fisicomatemáticas.

OCHO MAESTROS

     –¿Quienes fueron sus maestros de la Facultad de Ciencias?
     –Muchos de ellos son aún maestros; algunos ya han muerto. Entre los fallecidos está el profesor Quijano, don Blas Cabrera –padre de Nicolás Cabrera–, quien llegó a México cuando yo era estudiante y aunque era ya un hombre muy enfermo nos dio algunos cursos interesantes. Entre los que son todavía profesores, o están activos en otros campos, están los doctores Alfredo Baños, que ahora se halla en la Universidad de California, en Los Ángeles; Greaf Fernández, que acaba de doctorarse en el Instituto Tecnológico de Massachusetts; Nabor Carrillo, que entonces estaba por salir para la Universidad de Harvard; Alberto Barajas, Vázquez García, Sandoval Vallarta, que regresó a México cuando yo estaba en los últimos años de la carrera e impartió varios seminarios, muy interesantes, sobre todo en mecánica clásica; el doctor Nápoles Gándara… Estos son los que recuerdo en estos momentos.
     –Doctor, respecto a su vida a partir del momento en que se graduó…
     –Me recibí de maestro en ciencias físicas que entonces era lo equivalente a físico. Mi tesis de físico fue sobre un problema de elasticidad: “dispersión de una onda plana elástica a través de dos medios separados por una superficie cilíndrica”, un problema muy clásico pero que posiblemente tuvo mucha influencia en mi formación posterior.
     –Poco tiempo después de haberme recibido llegó a México el doctor Salomon Lefschetz, quien me recomendó que fuera a Princeton a hacer estudios de posgrado; sugirió que ahí podría trabajar con el doctor Wigner. En parte gracias a su ayuda, pude obtener una beca de la Universidad de Princeton, la que combinada con la que me proporcionó la UNAM me permitió partir para Princeton, donde permanecí poco más de tres años y donde obtuve mi maestría en Artes, que es un título automático que se obtiene después de haber pasado los exámenes generales así como el doctorado en filosofía, que ese fundamentalmente un doctorado en física. Mi tesis doctoral fue sobre el problema conectado con interacciones relativistas, representadas por condiciones a la frontera, que hice bajo la dirección del doctor Wigner.
     –Al regresar a México fui investigador del Instituto de Física y también del Instituto de Geofísica al principio. Fui colaborador del Instituto Nacional de la Investigación Científica, por algunos años, y posteriormente asesor de la Comisión Nacional de Energía Nuclear.
–Los problemas que como investigador más me han interesado han estado conectados con el campo de la física nuclear, más bien con las técnicas matemáticas asociadas con la física nuclear. Desarrollé muchos trabajos en distintos campos, entre ellos el análisis de algunos fenómenos muy sencillos pero muy interesantes, como el que bauticé como “difracción en el tiempo”, que tiene que ver con transitorios en mecánica cuántica. En el tiempo en que yo hice ese estudio no había técnicas experimentales para poder medirlos; quizá ya se puedan realizar ahora.
     –He trabajado en muy distintos campos relacionados con las reacciones nucleares, asimismo en campos fuera de la física nuclear como la relatividad general y problemas de matemática aplicada y elasticidad.
     –Se puede decir que un investigador es semejante a un minero. Al principio de su carrera se conforma con encontrar algunas pepitas de oro, pero lo que desea encontrar es una veta para poder continuar sistemáticamente su labor. Las eta en la que he estado trabajando en los últimos diez años gira en torno a un problema muy sencillo de la mecánica clásica, que aparece también en la mecánica cuántica y en los problemas de muchos cuerpos: el oscilador armónico.
     –El trabajo en ese campo se inició en 1959, cuando introduje el concepto conocido como “paréntesis de transformación” y encontré la fórmula algebraica par ellos e indiqué que estos conceptos jugaban un papel muy importante en los cálculos asociados con la estructura nuclear. Una vez introducido este concepto, me entró la curiosidad por saber por qué podía introducirse en el caso de sistemas de muchos cuerpos y no en otros problemas. Esto me llevó a entender cuáles eran las simetrías ocultas existentes en el problema del oscilador armónico, lo cual me condujo a interesarme en ideas conectadas con teoría de grupos, que es el campo en donde trabajo desde entonces.
     –¿Quisiera hablarnos de sus libros?
     –En relación a la aplicación de la teoría de grupos a la estructura nuclear he publicado un librito titulado Group Theory and Many Body Problem, que incluye también trabajos de aplicación de las ideas que desarrollé, en núcleos específicos, en colaboración con Mello, Flores, Chacón y De Llano. Publiqué un artículo en otro libro: “Group Theory, Harmonía Oscillator and Nuclear Structure”, escrito en colaboración con Kramer, y después las Tablas de Paréntesis de Transformación, cuya primera edición fue hecha por la UNAM y la segunda edición, en 1967, por Gordon & Breach.
     –Como consecuencia del curso que di en la Escuela Latinoamericana de Física está en preparación un tercer libro: The Harmonía Oscillator in Modern Physics: From Atoms to Quarks.
El doctor Moshinsky me muestra sus libros. en las Tablas de Paréntesis de Transformación, que escribió en colaboración con el doctor Tomás A. Brody, encontré la dedicatoria: “Este libro los autores se lo dedican uno al otro, con la ferviente esperanza de nunca más tener que hacer semejante tarea”.
     –Veo que uno de sus libros habla de quarks. Ya que parece que éstos están de moda ¿quisiera hablarnos un poco de ellos? Recientemente se ha discutido acerca del origen de esa palabra.
     –El origen de la palabra está ligado a una obra de James Joyce, Finnegan’s Wake, en donde se menciona –y la verdad es que se menciona en  una forma muy oscura–, de manera que yo creo que Gell-Mann, que fue quien la introdujo, leyó el libro y le vino a la mente usarla pero sin ninguna justificación especial. Ahora bien, ya desde el punto de vista físico el concepto de quark sí tiene mucho que ver con las ideas en las que he trabajado: las relativas al oscilador armónico. La razón es la siguiente: el grupo de simetría del problema del oscilador armónico en tres dimensiones es el grupo unitario en tres dimensiones. Este grupo es el básico en la teoría del partículas elementales según Gell-Mann, Ne’eman y algunos antecesores. Fueron iniciados por un grupo de científicos japoneses que utilizaron la teoría de Sakata y que introdujeron la llamada simetría SU. Ellos pensaban en representar a las partículas elementales en términos del protón, el neutrón y la partícula lambda, como la base del grupo unitario en tres dimensiones. Se mostró rápidamente que esto lleva a contradicciones con respecto al experimento, pero Gell-Mann y Ne’eman tomaron esta idea e introdujeron un sustrato matemático para la representación. Éste contenía tres objetos, que también podemos llamar p, n, y, pero estas partículas no eran el protón, el neutrón y lambda que conocemos, sino que eran unas partículas más complejas, como os bariones y los mesones. En particular, los bariones están formados de tres quarks y entonces la representación correspondiente está asociada con el concepto de octeto y abusando de esta representación se llegó a predicciones muy interesantes, inclusive la predicción de una nueva partícula, la “omega menos”, que fue predicha con todas las características y que más tarde fue observada.
     –Esta idea de la simetría SU3 y del substrato de esta simetría, o sea el concepto de quark, quedó bien cimentada. La simetría SU3 ya no se discute, pero el quark, como tal, no se ha observado. Por el momento es un concepto hipotético.
     –Leí que la palabra quark aparece también en Fausto. En el <<Prólogo en el Cielo>> la utiliza Mefistófeles diciendo que Dios mete su nariz en cada quark. Quark es así una expresión de alemán popular que sirve para designar la materia prima con que se hace el queso y por extensión significa cualquier cosa simple o trivial.
     –No lo sabía yo, pero creo que si el quark existe no tiene nada de trivial, pues si se llegara a demostrar que existe sería la piedra angular de la construcción de la materia.
     –He tenido noticias de que usted es uno de los editores de una revista muy importante en el campo científico, ¿qué nos dice al respecto?
     –Bueno, para empezar, no sé si esta sea una revista muy importante pero yo sí fui el único editor por quince años de la Revista Mexicana de Física, desde su fundación hasta que fui electo presidente de la Sociedad Mexicanas de Física en 1967. En esos quince años se han publicado alrededor de 60 números de esa revista y contiene la mayor parte de la investigación científica que, en lo relativo a física, se ha realizado en el país, aunque mucha gente ha publicado sistemáticamente en otras revistas extranjeras. Además soy editor asociado de Nuclear Physics y de Physics Letters; como tal mi papel es de referí: leo los artículos que ponen a mi consideración, los juzgo y si creo que tienen méritos suficientes, los mando con una nota diciendo por qué creo que merecen publicarse.
     –Doctor: ¿tiene usted algún pasatiempo o afición?
     –Respecto a mis aficiones me gusta caminar y nadar; ahora, desde el punto de vista de mi vida cultural, me gusta la literatura; l pintura, que no hago yo, pero que me gusta ver y que hace mi esposa; la música, paro más bien en el sentido de que no soy conocedor de la misma sino como una cosa agradable que me ayuda a pensar.
     –¿Quisiera dirigir usted unas palabras a los jóvenes?
     –Cuando recibí en 1961 el Premio de la Academia de la Investigación Científica, me acuerdo que me puse un poco melodramático diciendo que, con motivo del desarrollo que se preveían para la sociedad en los próximos años, aconsejaría a todo joven capacitado diciéndole: “Joven, dedíquese a la investigación científica”.
     –¿Qué premios ha recibido usted?
     –En 1961 recibí el Premio de la Academia de la Investigación Científica. en 1966 recibí el Premio del Fomento Educativo de la Secretaría de Educación Pública, que lleva el nombre de Elías Sourasky en honor a la persona que donó el dinero con el cual sistemáticamente se dan esos premios. Y como informó la prensa, el 20 de noviembre ha sido honrado con el Premio Nacional de Ciencias, premio que comparto con el doctor Zubirán.
    –¿Quiere comentar algo sobre su vida familiar?
    –Quiero hacer un comentario relativo a mi esposa, quien me ha ayudado constantemente en el desarrollo de mi trabajo, me ha dado su apoyo y entusiasmo, e inclusive hasta su trabajo, pues a menudo actúa como secretaria honoraria mía, simplemente por ayudarme. Gran parte de lo que he podido realizar se lo debo a ella.

      Imágenes tomadas de: 

    

    (1) YouTube.
    (2) Cienciario.
 

     Con información de:



     Lozano, V M. (1969). El quark y el minero. Entrevista contenida en el libro 100 Entrevistas, 100 personajes. Coordinado por Vicente Leñero. PIPSA. México. 1991.

     


 

     D. R. Darío Aguirre 2021


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