El Divo de Juárez
Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
18-08-28
#Semblanza, #Efemérides, #EfeméridesMexicanas,
#UnDíaComoHoy 28 de agosto de 2016 fallece Juan Gabriel, ícono de la música
mexicana, conocido como el Divo de Juárez, con unas 1,800 canciones en su
haber de todos los géneros musicales.
Nació el 7 de enero de 1950 en Parácuaro,
Michoacán. Hijo de Gabriel Aguilera Rodríguez, arriero de Jacona, Michoacán, y
de Victoria Valadez Rojas de Aguilera, campesina de Parácuaro, Michoacán.
Cuando nació, una comadre de su mamá, María de Jesús Valverde, sugirió que lo
bautizaran como Alberto, en honor al personaje de una historia cubana, El derecho de nacer, llamado Albertico
Limonta, el cual estaba de moda gracias a la Radionovela de la XEW.
El padre provocó un incendio que, al tratar
da apagar lo llevó a intentar suicidarse pero su acción lo llevó al trastorno
mental, llegando a dar a La Castañeda. La madre huyó a Apatzingán por problemas
con las cuñadas, de allí a Ciudad Juárez, Chihuahua.
De los 5 a los 13 años permaneció internado
en la Escuela Laica de Mejoramiento Social para Menores, en donde una patrona
de su mamá, María de Jesús Mena, le consiguió lugar.
Acompañaba a su madre a la iglesia pero las
imágenes lo asustaban.. Él siempre ha huido del sufrimiento, del dolor y la
soledad. Un compañero suyo le alquilaba la guitarra con la que practicaba
música. En el internado aprendió a elaborar pan de sal, de dulce y donas de
chocolate.
Llegó al quinto año de primaria y pasó a “la
escuela de la vida”.
Siendo niño aprendió hojalatería y
elaboración de artesanías, bajo órdenes de don Juan Contreras, de Zacatecas, a
quien consideraba su padre, abuelo, consejero, maestro y mejor amigo; en él
creía y sólo a él le confiaba la tristeza que sentía por estar alejado de su
madre. Y con él se fue a trabajar cuando huyó, a los 13 años, del internado.
Llegó a escuchar en un Templo Metodista cómo
cantaban y conoció a dos señoras, Leonor y Beatriz Berumen quienes se lo
llevaron a vivir a la calle de Santos Degollado y 16 de Septiembre. Entonces,
supo qué era la religión. Se dedicó a limpiar la iglesia, cantar en el coro y
leer La Biblia, de la cual aprendía de memoria versículos, mismos que debía
leer a los creyentes los domingos. Así, correspondía al gran amor de doña
Leonor y “doña Ticho”, como cariñosamente le llamaba a doña Beatriz.
Es a esa edad que compone La muerte del
palomo y Ases y tercia de reyes.
Viaja a la Ciudad de México, recorre todas
las compañías de discos sin suerte alguna. Regresa a Ciudad Juárez y obtiene su
primer contrato para actuar en el Malibú, recibiendo un salario de diez dólares
diarios. En este mismo año conoce a la señora Mc Ulley. En 1969 realiza dos
presentaciones diarias, en el Malibú a las 12 horas y en Boom-Boom a las 14:00.
Entonces, vivía en un departamento amueblado al fondo del Hotel Ritz.
Fue rechazado de varias disqueras pero en la
RCA lo contrataron como corista de varios cantantes: Roberto Jordán, Angélica
María y Estela Núñez, por baja remuneración regresa a Ciudad Juárez.
Durante 1970 sigue trabajando en diversos
centros nocturnos pero, a insistencia de varias personas seguras de que
triunfaría en México, decide regresar a la capital y probar suerte por última
vez. Al llegar al Distrito federal, por falta de dinero, tuvo que dormir en la
Estación de Ferrocarriles, en la Terminal de Autobuses, en la Alameda Central y
en la Villa de Guadalupe. Es llevado a la cárcel acusado de robo, episodio que
sería plasmado en la película Es mi
vida. Mientras estaba encarcelado injustamente compone canciones de
protesta y poemas que no ha querido grabar. También surgen temas como No tengo dinero, Me he quedado
solo, Tres claveles y un rosal, La más querida e Iremos de
la mano. La tortura de la privación de su libertad se prolonga año y medio.
La cantante Lucha Villa le prestó dinero para
comer dormir en uno de sus tantos viajes al Distrito Federal, cuando más lo
necesitaba.
Adoptó entonces el nombre artístico de Juan
Gabreil; Juan en agradecimiento al viejecito que le enseñó a trabajar, mismo
que lo aconsejaba cuando estuvo internado, y Gabriel en memoria de su padre.
En 1971, gracias a sus canciones, conoce a
Andrés Puentes Vargas, director de Lecumberri, y a su esposa Ofelia
Urtusástegui; el primero le presenta a La prieta linda y la segunda
encuentra que no había pruebas suficientes para que permaneciera encerrado.
Ese mismo año Raúl del Valle y Enrique
Okamura le ofrecen integrarse a las filas de RCA Victor en donde firmó contrato
e inició la grabación de su primer disco, Un alma joven, en donde incluye su primer gran éxito No tengo dinero. Queta Jiménez, La prieta linda, también le tiende
la mano y se convierte en su primer intérprete cuando graba Noche a noche. Posteriormente, Roberto
Jordán interpreta No se ha dado
cuenta y Estelita Núñez Extraño
tus ojos. Con los temas No tengo
dinero, Me he quedado solo, La más querida y Por las mañanas llevó a cabo
su primera presentación profesional en Caracas, Venezuela, en el programa Él
y ella de Radiocaracas Televisión, bajo la conducción de Mirla Castellanos
y Miguel Ángel. Fue la primera vez que subía a un avión en plan promocional;
viajó por Valencia, Maracaibo, Puerto La Cruz y Maracay. Trabajó en Caracas en
el programa De fiesta en Venevisión. Participa en el programa Estrellas
musicales con Jesús Acosta, productor en Canal 8 del entonces
Televicentro. Recibe su primer disco de Oro.
Participa en el Festival OTI ‘72 con Será mañana y Uno, dos y tres y me das un beso, mismas
que aunque no calificaron, se colocaron en los primeros lugares de popularidad
y fueron grabadas en un disco. Acompaña a José Alfredo Jiménez a su homenaje
por 25 años como compositor en Dolores Hidalgo, Guanajuato.
De ahí en adelante su carrera se dispara para
alcanzar niveles tan altos que ni los problemas ni las habladas le harían
bajar.
Fue uno de los cantautores más prolíficos de
la historia del espectáculo en México, con alrededor de mil ochocientas canciones
registradas. Fue apodado El Divo de
Juárez y también fue actor y productor. Su música abarcó un sinnúmero
de géneros musicales como boleros, ranchero, pop, salsa, banda, new age, disco,
country y big band, entre muchos más. Unas de sus más logrados temas, a nivel
poético, son Abrázame fuerte y Amor eterno.
Unas de sus más logrados temas, a nivel
poético, son Abrázame fuerte y Amor eterno. Al respecto de este último tema el
poeta y maestro Luis de la Peña Martínez escribió en Facebook hace dos años:
"Obligo a que te olvide el
pensamiento
pues siempre estoy pensando en el ayer
prefiero estar dormida que despierta
de tanto que me duele que no estés"
pues siempre estoy pensando en el ayer
prefiero estar dormida que despierta
de tanto que me duele que no estés"
Esta estrofa de Juan Gabriel quedará como un
ejemplo de los mejores versos endecasílabos escritos en la poesía popular
mexicana..."
Aquí Abrázame fuerte:
Hasta que te conocí:
Amor eterno:
Aquí reproducimos una entrevista que le
hiciera Elizabeth Vargas en abril de 1985 y publicada en un periódico no
indicado pero reproducido en el libro 100 entrevistas 100 personajes.
Compositor y cantante nacido en Parácuaro,
Michoacán, en 1950. Desde muy temprana edad alcanzó el triunfo en Ciudad
Juárez, Chihuahua, como intérprete de sus propias canciones. Es un autor de vasto
repertorio: entre otras canciones destacan No
tengo dinero, siempre estoy pensando en ti, Se me olvidó otra vez, Siempre en
mi mente, A mi guitarra, Lágrimas y lluvia, Ya lo pasado, pasado, Querida, La
guirnalda. Su música se ha utilizado en películas nacionales, y ha recibido
gran número de distinciones.
SOY REY
El recuerdo más hermoso que tengo de mi madre
es su sonrisa. Era una sonrisa especial. Una sonrisa de buena gente. Amigable.
Sincera.
Confiesa Juan Gabriel, ese mismo Alberto
Aguilera que amó por sobre todas las cosas del mundo a su madre. El que luchó,
trabajó, perseveró y triunfó por ella. El que hoy la recuerda con inmenso
cariño porque “fue mi mejor amiga y yo fui su mejor amigo”. Y su frase parece
quedarse flotando en el tiempo.
—…es su sonrisa. Verla sonreír era mi orgullo, porque ella era muy
buena gente. De ella heredé la serenidad. Soy sereno hasta en los peores
momentos. Puedo estar muy nervioso, pero todavía no hay quien me lo note. En
verdad, me parezco bastante a ella –dice como queriendo atrapar más vivencias
de aquellos tiempos, cuando estaban juntos para amarse y motivarse.
—Su sueño más grande era verme realizado y lo vio cumplido –añade el
compositor que ha alcanzado el mayor éxito de los últimos años en México.
—Otro deseo que tenía era morir… porque ya estaba muy cansada. Yo lo
sabía, por eso me quedé tranquilo cuando sucedió. Y también me quedé satisfecho
porque, hasta donde pude, le di todo. Mi madre ha sido el cariño más grande de
mi vida.
Este es el Juan Gabriel auténtico, honesto, humano. Es rotundamente
distinto al que han atacado sin misericordia. Es también el que nada tiene que
decir de su padre… “Porque no lo conocí”, aclara inmediatamente.
Muy joven. (2) |
—No puedo platicar nada sobre él, pero el día que usted quiera le
presento a mis hermanos. Ellos sí pueden hablar de él. ¿Qué puedo decirle de un
señor que murió cuando yo tenía seis meses? Sólo repetiría lo que me han
contado mis hermanos que lo adoraron infinitamente. Era su ídolo, su maestro,
su todo.
Juan Gabriel también recuerda, con la nostalgia montada en su
humanidad, a su abuelita Brígida, que hablaba tarasco y era nativa de
Guarachita, un pueblecito cercano a Uruapan, Michoacán. Y al hablar de esa
región, exalta su amor a la tierra y confiesa: —Mi país es el más hermoso de
todos y Michoacán mi estado favorito, porque todos los míos son de allá. Amo de
ese lugar todo, porque me parece bonito.
—Hice una canción que se llama, precisamente, Guarachita, porque es un
pueblo fantásticamente bello.
Este compositor –auténticamente nacionalista– siempre ha estado
rodeado de cariño. Fue un niño muy consentido, rebelde, inquieto e inestable.
Es indudable que este muchacho que a veces se quiere solo, ha logrado el sitio que tiene con esfuerzo,
estudio, dedicación y mucho trabajo. Nada le ha caído del cielo. Tampoco ha
triunfado por el factor suerte, porque él no cree en ella. Por el contrario,
Juan Gabriel siempre ha desafiado a la vida y, por eso y por su indiscutible
talento y sensibilidad, está sentado en la silla del rey.
—Soy rey en el buen sentido de la palabra –rectifica divertido–. Soy
rey desde que mi madre me dio a hacerla quedar mal.
Mientras habla recuerdo algunos de sus éxitos: Lágrimas y lluvia, Qué divino amor, Se me olvidó otra vez, Te pareces
tanto a mí, Aunque te enamores, Yo no nací para amar, Siempre estoy pensando en
ti, Con tu amor, La muerte del palomo y tantas más. Recuerdo también que,
antes de que triunfara, Juan Gabriel derrumbó barreras y nunca se amilanó ante
las negativas con las que se topaba. Perseveró, luchó y trabajó como lo hace
hasta hoy. Es un artista rico en sentimientos, en emociones, en vivencias y en
dinero, obviamente. Tiene varias residencias porque prefiere llegar a casa que
al hotel.
—Aquí en la ciudad tengo un edificio y casas en Acapulco, Tijuana,
Ciudad Juárez y Los Ángeles. Por eso trabajo, para disfrutar de lo mío. Cuando
llego a hoteles, sólo es por necesidad.
Se le ha colgado el cartelito de ser un cantante un poco especial y a
la vez inalcanzable, pero sólo es imagen:
—Cada quien puede tener una imagen mía y yo respeto su opinión, pero
pienso que a la gente le falta lo que yo
tengo de más: me conozco. Una cosa es conocer al artista y otra a la
persona.
También se ha dicho una y mil veces que está peleado endemoniadamente
con la prensa, porque casi nunca concede entrevistas.
—No digo que toda la prensa es igual, pero todo mundo habla según le
va en la feria. Y no es que me moleste o que no esté de acuerdo. Si es una
profesión tan bonita, deben aprovecharla para hacer verdadero periodismo. Pero
hay muchas personas que nunca pudieron ser artistas y quieren estar cerca del
medio para aflorar sus malas vibraciones y su nefasto veneno. Los verdaderos
periodistas no tienen por qué levantar falsos testimonios o calumniar al
artista. Eso es ser profesional…
Y Juan Gabriel tiene razón. Mucha razón. Tanto se dijo de él cuando
vivía su madre que, por eso, prefiere ser ajeno a las entrevistas…
—Porque a las madres les duele cuando ofenden a sus hijos.
(2) Vargas, E. (1985). Soy Rey. En 100 entrevistas, 100 personajes. PIPSA, Grupo
Industrial y Comercial. 1991. (pp. 92-93).
Con información de:
Con información de:
(1) SACM. http://www.sacm.org.mx/biografias/biografias-interior.asp?txtSocio=13621
(2)
Vargas, E. (1985). Soy Rey. En 100 entrevistas, 100 personajes. PIPSA, Grupo
Industrial y Comercial. 1991. (pp. 92-93).
Me gusta la biografía y sus éxitos. Gracias maestro por compartir
ResponderEliminarGracias por leerlo
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