Historiador del Siglo XVIII y de la ciencia en México
Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
18-08-01
#Semblanza, #Efemérides, #EfeméridesMexicanas,
#UnDíaComoHoy 01 de agosto de 1996, fallece el historiador Roberto Moreno y de
los Arcos, especialista en el siglo XVIII e
historia de la ciencia en México, investigador y docente de la UNAM.
Nació en la ciudad de México el 15 de
noviembre de 1943.
Inició sus estudios universitarios en 1962 y
en 1967 obtuvo el título de historiador por la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM) con la tesis “Teodoro de Croix. Su actuación en América”.
Obtuvo su maestría en 1973 con el estudio Joaquín Velázquez de León y sus trabajos
científicos sobre el Valle de México que después sería libro, y doctorado
por la UNAM.
Ejerció docencia en la UNAM, la Universidad
Iberoamericana y realizó investigación en el Instituto de Investigaciones
Bibliográficas de la UNAM y luego en el de Investigaciones Históricas.
Fungió a partir de 1976 como coeditor junto a
Ignacio Mantecón en la “Bibliografía Mexicana”.
Formó parte de comisiones dictaminadoras en
diversas entidades académicas y también fue coordinador de Humanidades
(1989-1993).
Tesis de maestría. |
Fue delegado al Congreso Universitario de
1990.
Fue ayudante de Investigador desde septiembre
al 16 de noviembre de1965, y después Investigador Titular B de Tiempo Completo.
Llegó a ser director del Instituto de
Investigaciones Históricas a partir del 1 de mar- zo de 1979 hasta 1989.
También fungió como Coordinador de
Humanidades.
Tuvo su traslado definitivo al Instituto de
Investigaciones Históricas a partir del 2 de noviembre de 1981;
Fue Investigador Titular C de Tiempo Completo
Definitivo a partir del 26 de noviembre de 1981 y hasta el día de su muerte.
Fue profundo conocedor de la historia de
México del Siglo XVIII e incursionó en la historia de la ciencia y la historia
prehispánica.
La Diversidad del Siglo XVIII. |
Participó en la elaboración de guías y
catálogos sobre manuscritos científicos y las obras en lengua indígena que
resguarda la Biblioteca Nacional, el Archivo Histórico Nacional y el Archivo
del Banco de España.
Moreno y de los Arcos recibió numerosas becas
parea realizar estudios en el extranjero.
Perteneció a múltiples asociaciones de
historiadores mexicanos y de algunas de sus equivalentes en España, además de
la Academia Mexicana de la Lengua como miembro de número desde 1978 ocupando la
silla XXXII y la Academia de la Investigación Científica, así como al Sistema
Nacional de Investigadores, y recibió distinciones tan importantes como el
Premio Nacional de Ciencias Sociales, la beca Guggeheim y la Cátedra
Extraordinaria José Gaos de la UNAM.
Fue autor de numerosos artículos, ensayos,
estudios bibliográficos y catálogos, y editor de fuentes históricas. Entre sus
obras:
Joaquín Velázquez de León y sus trabajos
científicos sobre el valle de México 1773-1775 (1977).
Un caso de censura de libros en el siglo
xviii novohispano: Jorge Mas Theophoro (1978).
Ensayos de historia de la ciencia y la
tecnología en México. Primera serie (1986).
Ensayos de bibliografía mexicana: autores,
libros, imprenta, bibliotecas. Primera serie (1986).
La primera cátedra de botánica en México:
1788 (1988).
La polémica del darwinismo en México: siglo
XIX (testimonios) (1989).
Linneo en México: las controversias sobre el
sistema binario sexual: 1788-1798 (1989).
Ciencia y conciencia en el siglo XVIII mexicano.
Antología (1994).
José́ Rodríguez de Losada: vida y obra
(1995).
De acuerdo a Patricia Aceves el humanismo de
Roberto Moreno se expresa:
“En el libro Humanismo y ciencia en la formación de
México, editado por Carlos Herrejón, en su artículo “Humanismo y
ciencias en el siglo XVIII” Moreno de los Arcos [donde] sostiene
cuatro ideas fundamentales en torno al fenómeno histórico que llamamos
ilustrado, y que en su momento fueron señaladas acertadamente por el Dr. Carlos
Viesca en sus comentarios a este trabajo, publicados dentro del mismo volumen.
Éstas son: a) la asociación entre Ilustración y revolución, b) las
características sociales del humanismo dieciochesco, c) el individualismo de
los científicos criollos, aunado a la institucionalización asociada a la acción
de los peninsulares, d) la aparición de la cultura indígena como componente
esencial de nuestro humanismo [Moreno de los Arcos, 1984: 325-338].” (3)
Saranyana anota:
“Su preocupación por la lengua
nahua y, en concreto, su estudio de la obra de Alonso de Molina, le llevó a
valorar y comprender la tarea inculturadora de la primera evangelización
mexicana y por ello reeditó, con enjundiosos estudios introductorios, al-
gunos textos de fray Alonso. Consideraba que la lengua nahua constituye una
parte esen- cial e irrenunciable de la mexicanidad, un verdadero tesoro de su
patrimonio cultural. En este contexto es explicable su interés por los
primeros pasos de la evangelización no- vohispana, como pude comprobar, en
septiembre de 1994,al visitar su imponente biblio- teca particular. Allí
abundaban las obras sobre los comienzos de la Iglesia en México, que me
mostró con detalle y mimo durante varias horas, un domingo por la tarde. Si es
verdad que un intelectual se conoce por sus libros, Roberto era realmente un
experto en la materia. “ (5), p. 450.
La minería en México. |
En cuanto a sus aportes a la historia de la
ciencia en México se puede afirmar que fueron los primeros y novedosos, que incluso
pasaron desapercibidos en un contexto en el que la historia se centraba en la
política y economía. Investigó a los científicos del siglo XVIII y publicó las
obras de Alonso de Molina, realizó estudios sobre la inserción del darwinismo
en el siglo XIX y otros trabajos sobre historiografía de la ciencia.
Una colección de documentos del Congreso
Universitario de 1990, principalmente, donados por su esposa la doctora María
del Refugio González, forman la colección que lleva el nombre del historiador.
Imágenes tomadas de:
(5) IberLibro.
Con información de:
(1) AHUNAM.
(2) Históricas UNAM.
(3) Ensayistas.
(4) Udual Press.
(5) DADUN.
D. R. 2018 Darío Aguirre
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