Mujer emancipadora
Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
18-07-04
#Semblanza, #Efemérides,
#EfeméridesMexicanas, #UnDíaComo hoy 04 julio de 1846, nace en la ciudad de
Taxco, Guerrero, Laureana Wright González (después de Kleinhans), quien desde
joven empezó a escribir poemas. Perteneció a las Sociedades Nezahualcóyotl y El
Porvenir, y a los Liceos Hidalgo, Mexicano y Altamirano. Desde sus
publicaciones censuró la política gubernamental contra los trabajadores. Fue
precursora del periodismo femenino en México. Fundó la revista Violetas del Anáhuac y colaboró en
el Diario del hogar.
Laureana Wright González. |
Sus padres fueron Santiago Wright, de origen
norteamericano, y la guerrerense Eulalia González. Tuvo tres hermanas Violeta,
Virginia y Carolina, y dos hermanos. A los pocos meses de su nacimiento la
familia se trasladó a la ciudad de México. La niña Laureana aprendió español,
inglés y francés con maestros particulares.
Los siguientes años, de agitación política y
militar, influyeron mucho en el pensamiento de la joven, quien casó a los 22
años de edad con Sebastián Kleinhans, un francés proveniente de Alsacia. De ese
matrimonio nació Margarita, quien después se convertiría en reconocida
pianista, violinista y directora de orquesta. Después de un año de cuidados
maternos regresa a su labor literaria ya iniciada previamente.
Llegó a ser distinguida como Miembro
Honorario y Activo de la Sociedad Netzahualcóyotl a petición de quien la
fundara, don Manuel Acuña, e ingresó con voto unánime a la Sociedad Científica
Artística y Literaria El Porvenir en 1872 por su publicación gracias a los
poemas que publicó en el medio de difusión de dicho organismo: el segundo tomo
de la revista El Estudio.
Portada de la revista Violetas del Anáhuac. |
Fue nombrada miembro del “Liceo Altamirano”
de Oaxaca, mismo que dejó cuando expresó sus opiniones críticas sobre el
gobierno del presidente Porfirio Díaz.
Su carácter crítico lo dirigió también hacia
Manuel González quien fuera presidente entre 1880 y 1884, lo que se observó en
sus publicaciones en el Diario del Hogar.
Sus artículos también fueron difundidos en la
Convención Nacional Obrera, mediante el Álbum de la Mujer y El Correo de las Señoras, publicando en este último con el pseudónimo de la “Mujer Perfecta”.
La mayor parte de su obra poética fue
publicada en las revistas El Estudio
y El Federalista.
Su espíritu inquieto le llevó a fundar en
1887 el semanario Las hijas del Anáhuac medio en el que cuestionaba la forma de
vivir de las mujeres, y las invitaba a unirse al progreso mediante artículos,
semblanzas y biografías.
Laureana llegó a ser vice-presidenta de la
Sociedad Espiritista de la República Mexicana en razón de que uno de sus
postulados afirmaba que “hombres y mujeres son iguales en inteligencia”.
Cabe aclarar que en aquellos años el
espiritismo era una corriente muy fuerte de conocimiento interno, en donde se
buscaba una espiritualidad libre de instituciones como medio de contacto con la
divinidad. En México se publicaba la Revista Espiritista desde 1858 bajo el
espiritismo de Allan Kardec (pseudónimo de Hippolyte Rivial, holandés) y la
Sociedad se formó en 1872. Recordemos que Francisco I. Madero llegó a ser espiritista
activo.
También la escritora tuvo acercamiento con la
Masonería, con la cual terminó en conflicto debido a la misoginia hacia la
mujer en el Rito Escocés y a la desvaloración femenina en el rito de York, ya
que en su juramento excluía a ciegos, locos y mujeres.
Sus
ensayos trataron con cierta profundidad el tema de la capacidad que tienen las
mujeres para incursionar en cualquier actividad o profesión que desempeñaran los
hombres y era asunto demostrable, y convocó a las propias mujeres a que
criticaran sus condiciones y el papel social otorgado. En sus textos describía
como causas de la desigualdad la sumisión y la falta de preceptos legales que
promovieran soluciones a la desigualdad.
Fue
también periodista en publicaciones como: El
Monitor Republicano, El Bien Público y
El álbum de la mujer.
Uno de sus máximos logros fue la revista
literaria Violetas de Anáhuac en
donde recopilaba biografías y noticias de mujeres y sus logros, actual fuente
de información de investigadores.
La primera biografía que presentó fue la de
la esposa del presidente Porfirio Díaz Carmen Romero Rubio de Díaz, pero
también la de Sor Juana Inés de la Cruz. Esta publicación alcanzó un gran interés
en ciertos sectores de las mujeres de su época, quienes buscaban un desarrollo,
y demandaban un espacio con prestigio para expresarse y difundir sus
conocimientos. Allí se planteó el tema del voto de la mujer y los derechos de
igualdad de hombres y mujeres. También dio a conocer a mujeres que de otra
manera no hubieran tenido espacio de difusión de su ideas. Cuestionó en Violetas de Anáhuac la educación
femenina e incursionó en investigación histórica sobre acontecimientos
nacionales desde una perspectiva diferente a las comunes. Desde allí inició
campañas para mejorar la educación infantil.
Escribió tres libros confirmando su
pensamiento liberal reafirmando su lucha social: La emancipación de la mujer
por medio del estudio (1891), Educación errónea de la mujer y medio
práctico para corregirla (1892) y Mujeres notables mexicanas (1910 post mortem).
La investigadora Elvira Hernández destaca la
importancia de las publicaciones feministas en su artículo Un recorrido por las publicaciones de mujeres en el siglo XIX, y
anota:
“De 1873 a 1889 las mujeres mexicanas empezaron a
fundar sus propias publicaciones periodísticas, a insertar en sus páginas
artículos y columnas, a construir sus realidades, a hacerse visibles en su
sociedad, a argumentar sobre su propia condición femenina y a integrarse al
periodismo. Ellas tuvieron la certeza de que la prensa ya formaba parte de su
vida. Es así como se presentarán cuatro publicaciones representativas del siglo
xix: Las Hijas del Anáhuac, El álbum de la mujer, El correo de las señoras y Violetas del Anáhuac.” (Hernández, 2015,
p. 157)
Por su parte la investigadora Celia Palacio
Montiel anota, en el mismo libro en su artículo La participación femenina en la independencia de México, algunos
datos biográficos y el carácter de la acción de Laureana Wright:
“Laureana Wright, con mayor apoyo familiar, pudo
editar revistas y periódicos y, sobre todo, publicar escritos en los cuales
abogaba por mayores oportunidades educativas para la mujer y criticaba los
prejuicios que frenaban el acceso a ellas. Nacida en Taxco de madre mexicana y
padre norteamericano y casada con un alsaciano, no sufrió cortapisas a la hora
de estudiar lenguas extranjeras y los “primeros elementos de la ilustración”,
ni de pertenecer a asociaciones literarias como la Sociedad Netzahualcóyotl o
el Liceo Hidalgo. Así que fue conocida como ilustrada desde su juventud. Falta
subrayar el hecho de que la presencia de extranjeros en la familia no
garantizaba ningún grado de ilustración, pero hay ejemplos en los cuales se ve
que una externa mejoraba la tolerancia hacia nuevos saberes o consideraciones
acerca del papel que las mujeres podían o debían desempeñar en la sociedad.
Desde la década de 1880, Laureana Wright colaboró como articulista en el
semanario El Álbum de la Mujer y después dirigió Violetas del Anáhuac y Las
Hijas del Anáhuac. Su papel en el periodismo fue fundamental y tal vez el más
activo que el de cualquier mujer en México en ese entonces. Se atrevió a
incursionar en la política al criticar el régimen de Manuel González. Fue la
primera mujer en reconocer la condición de ilustrada a otras de su género, en
un volumen de su autoría titulado Mujeres notables mexicanas. Las etiquetaba
distinguidas, más que ilustradas, pero para el caso es lo mismo. Son mujeres que
sobresalieron en su entorno gracias a su inteligencia y valor. De ellas, “43
fueron contemporáneas… [suyas], [… ] profesoras. [Incluyó a] Emilia Beltrán y
Puga, cronista, escritora y bibliófila; Luz Benequi, primera estudiante de
telegrafía de la Escuela Nacional Preparatoria… Lucía Tagle, dedicada a la
teneduría de libros, y Matilde Montoya…”. Como verdadera ilustrada, buscó el
bien común de toda la sociedad mediante la emancipación de las mujeres, y ésta,
mediante la educación, la cual fue para ella la panacea, lo que las libraría de
depender de los hombres y someterse a la misoginia. Su ejemplo cundió entre
otras escritoras de fines de siglo, como Mateana Murguía de Aveleyra, María de
la Luz Murguía, Concepción Manresa de Pérez, Dolores Correa e Ignacia Padilla
de Piña.” (Palacio Montiel, 2015, p. 72)
La escritora y poetiza falleció en la ciudad
de México el 22 de septiembre de 1896.
Agradezco a las trabajadoras del Instituto de las Mujeres de la Ciudad de Méxio Unidad Xochimilco "Laureana Wright González" por permitirme sacar foto de la poetiza de su material impreso.
Árbol genealógico de Margarita: Árbol.
Con información de:
(1) Laureana Wright.
(2) Hernández, E. (2015). Un recorrido por las publicaciones de mujeres en el siglo XIX en Historia de las mujeres en México (pp. 157-180).
(3) Palacio Montiel, C. (2015). La participación femenina en la
independencia de México. En Historia de las mujeres en México (pp. 69-92).
(4) Instituto Nacional de Estudios Históricos de
las Revoluciones de México (2015). Historia de las Mujeres en México. Presentación
Patricia Galeana. 320 páginas. México. SEP. Disponible en internet: Historia.
D. R. 2018 Darío Aguirre
D. R. 2018 Darío Aguirre
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