sábado, 28 de julio de 2018

Breve tributo a Rafael Arellano


Maestro de Aikido

Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
18-07-28


Hoy tuve recibí con pesar la noticia del fallecimiento de mi primer maestro de Aikido, Rafael Arellano. Escribo estas breves palabras como un pequeño tributo.
Para ello transcribo dos párrafos de mi tesis de doctorado donde lo menciono debido a las importantes experiencias que se narran en relación al Aikido y las habilidades que buscaba inculcarnos:
Rafael Arellano, qdep.


“En las clases que había tomado antes de iniciar formalmente la presente investigación, el profesor Arellano ponía énfasis en la sutileza y suavidad de los movimientos. Él demostró en alguna ocasión cómo se hacía el manejo del Ki. Realizando la fase de uke me aplicó una técnica para al final dejarme tumbado en el suelo boca abajo. En esa situación el practicante debe girar la cabeza al lado contrario de nage y doblar la rodilla de ese lado. Nage tomará el brazo de uke y lo desplazará hacia el techo ya sea recto o doblándolo. Al finalizar la demostración de la técnica, el profesor me soltó el brazo y mantuvo su pie izquierdo pegado a mi tórax, pidió que me levantara, acción que no pude realizar a pesar de que intentaba ejecutarla. Mi cuerpo se encontraba inmovilizado del todo. Fue hasta que él despegó su pie de mi cuerpo que pude levantarme. El significado de esta demostración es que el manejo del Ki requiere de intención e imaginación, pero nunca de fuerza muscular, ya que en ningún momento aplicó fuerza en ninguna parte del cuerpo.
"En otra ocasión el mismo profesor nos demostró la diferencia entre tres tipos de aikido: Uno de los compañeros más avanzados ejecutó un movimiento llamado shomen, consistente en levantar la mano como dando un golpe de tajo desde arriba hacia abajo, y el profesor realizó una técnica llamada ikkyo; en la primera ejecución uke quedó a sus pies, a lo que el profesor denominó “aikido de estado sólido”; en la siguiente ejecución uke realizó la misma acción y, aparentemente, el profesor realizó el mismo movimiento que antes, sin embargo uke salió disparado a un metro y medio de distancia, a lo que el profesor denominó “aikido de estado líquido”; en una tercera ejecución uke realizó el mismo movimiento y el profesor de nue­vo realizó ikkyo pero esta ocasión uke salió volando unos 3 metros de distancia, a eso el profesor lo llamó “aikido de estado gaseoso”. La anterior experiencia implicó que en el aikido es muy importante lo que se piensa, lo que se imagina, de modo que no se aplica gran fuerza para realizar el movimiento.”
Aguirre, H. D. (2015). La construcción de la imagen corporal en el aikido y el judo. Tesis para obtener el grado de doctorado en antropología física. Escuela Nacional de Antropología e Historia. (pp. 123-124)

D. R. 2018 Darío Aguire

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