De Lorenzo Rafael a Kerim Bey
Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
17-08-18
#Semblanza, #Efemérides,
#EfeméridesMexicanas, #UnDíaComoHoy, 18 de junio de 1963 fallece el gran actor
dramático Pedro Armendáriz partícipe principal de
la época de oro del cine mexicano, filmando en su vida más de 110 películas como "María Candelaria", "Maclovia" y "El fugitivo".
Había nacido en la ciudad de
México el 9 de mayo de 1912.
Hijo de mexicano y norteamericana,
dominaba el español y el inglés.
Pedro Armendáriz |
Se educó en San Antonio, Texas y
en San Luis Obispo, California, estudiando Ingeniería aeronáutica. Trabajó en
diversos oficios.
Inició sus actividades como
actor en 1935 con la película María Elena.
Desde entonces realizó más de cien películas mexicanas y extranjeras, tanto en
Hollywood como en Europa (tres en Francia, tres en Italia, una en Inglaterra).
En El fugitivo |
Por sus actuaciones obtuvo
varios premios: Palma de Oro de Cannes (1946) por María Candelaria (1943); Premio de la Bienal de Venecia (1947) y el
Ariel (México, 1948) por La perla
(1946), y el Ariel (México, 1953) por El
rebozo de Soledad (1952).
De las películas que filmó en
Hollywood se encuentran: 3 Godfathers
(1948) –dirigida por John Ford y estelarizada por John Wayne, Armendáriz lleva
el papel de Pedro “Pete” Fuente–, Fort
Apache (1947), y Border river
(1953).
De las películas mexicanas más
recordadas que realizó están: Lorenzo
Rafael y La Adelita (1937), La isla de la pasión (1942), Distinto amanecer (1943), La bandida y Enamorada (1946), El bruto (1953) y El tejedor de milagros (1961).
Cartel de la película Fort Apache |
En la época de oro del cine
mexicano compartió estelares con las actrices más bellas y prestigiosas, como
Dolores del Río, María Félix, Andrea Palma, María Elena Marqués y Katty Jurado.
Además, fue dirigido por grandes
directores como Ismael Rodríguez, Julio Bracho, Emilio “Indio” Fernández, Luis
Buñuel, Roberto Gavaldón y John Ford.
Su última participación en cine
fue en la película Desde Rusia con amor
(1963) al lado de Sean Connery, quien personificaba a James Bond. Armendáriz
representaba a un contacto turco del MI6, Kerim Bey.
En María Candelaria, filmada en Xochimilco |
Se suicidó en la ciudad de Los
Ángeles el 18 de junio de 1963, decisión
que tomó debido a que la metástasis de cáncer en el cerebro que tenía. Esta
enfermedad se le había iniciado a consecuencia de haber filmado años antes en
UTAH en una zona donde se habían hecho pruebas nucleares.
Aquí la clásica película María Candelaria:
El tejedor de milagros:
A continuación reproducimos la
entrevista que realizó Armando Ritz a Pedro Armendáriz y fue publicada en
agosto de 1944 (en un diario no especificado), y vuelta a publicar en el libro
100 entrevistas 100 personajes (1991), bajo la coordinación de Vicente Leñero.
La tentación de Hollywood
La taza de café se columpiaba en
los labios del actor. Cerca, un turista diluía la tristeza de la tarde en la
escenificación de un fogoso romance de tipo panamericanista. Ella, sin embargo,
estaba absorta en la contemplación del astro, a quien admiraba como a un dios…
En Rendez-Vous, a las cinco de
la tarde, la dejan de correr como ágiles gacelas para dedicarse al cuchicheo
cuando irrumpe algún personaje conocido. Frente a las coca-colas, que a modo de
caprichoso florero adornan las mesas de vidrio negro, uno que otro
norteamericano trata de desaburrirse en compañía de alguna chica mexicana
aficionada al buen vecindaje de salón…
Desmayada sobre el grueso cristal
de los ventanales, la débil luz de una tarde gris, pero tibia como delicada
mano de mujer. Pedro Armendáriz había dejado de humedecer los conceptos para
encender aromático cigarro del que se desprendió una finísima columna de humo.
La mesera regresó a tiempo para
oírle decir:
–Poco o nada se sabe de cierto
sobre mi próximo viaje a Hollywood, que no será, como se ha dicho, por tiempo
indefinido. Voy exclusivamente a hacer dos películas, pero de ninguna manera
pienso permanecer allá más de lo necesario. ¡Hollywood no me gusta para vivir!
El redactor recordó entonces una
palabra: ¡sabotaje! A su mente acudieron, en tropel incontenible, mil confusos
presagios que el actor se encargó de disipar….
–No se juzgue a la ligera mi
resolución. De ninguna manera permitiré una tergiversación de los hechos. Con
frecuencia se habla de que Hollywood nos obstaculiza en todo y por todo, cuando
que en realidad yo personalmente he podido darme cuenta de lo contrario. Mire
usted, cuando Mary Pickford vino a México con su esposo, el simpático Buddy
Rogers, y tuvieron una serie de inmerecidas atenciones conmigo, ella manifestó
deseos de que se me hiciera una prueba en los estudios de Artistas Unidos, compañía
de la que ella posee varias acciones…
Pedro hizo un pausa, mientras el
cigarrillo temblaba nerviosamente entre los dedos del actor, al tiempo que la
ceniza caía sobre la negra noche de la mesa, a modo de escarcha…
–Me advirtió que aun contra la
opinión de Dolores del Río, no se trataba de arrebatarme al cine mexicano, puesto
que ellos eran los primeros en comprender que me debía a nuestra industria y
que aquí es donde podía ser de mayor utilidad. Pero teniendo yo cierto nombre
en los mercados latinoamericanos, a ellos les interesaba pedro Armendáriz como
un simple negocio. Además, a cambio de trabajar para su compañía en una o dos
películas, rigurosamente seleccionadas, obtendría en mi provecho, y en provecho
del cine nacional, experiencia y publicidad fantásticas. Es decir, en todo
momento me demostraron que de ninguna manera podría obedecer su ofrecimiento a
una maniobra contra el cine nacional…
El actor volvió a balancear
sobre sus labios la taza de café, mientras el reportero apuntaba en su pequeña
libreta las declaraciones importantes.
–Todavía más: a mi arribo a
Hollywood me colmaron de gentilezas. Bástele saber que se comisionó a un tipo
simpatiquísimo, inglés y enamoradísimo de México, con el único y exclusivo
objeto de que no me permitiera gastar un solo centavo “puesto que era invitado
de Artistas Unidos”. Me ofrecieron varias fiestas a las que asistieron
destacadas personalidades de Hollywood y, en fin, fue tal la cantidad de
consideraciones que ya no tenía palabras para expresarles mi gratitud. Conté
con toda clase de facilidades durante la prueba cinematográfica a que fui
sometido, y a pesar de mi enorme nerviosidad –¡además, mi dama joven era una
chica mo-un-men-tal!– creo que resultó del agrado de la compañía. Se trató de
un pasaje de la conocida obra Dishonored
Lady…
El redactor lo interrumpió para
preguntarle sobre sus consideraciones relativas a la actitud que guarda
Hollywood con respecto a México, como rival en cuestiones cinematográficas.
–Desde luego que están
dispuestos a darnos la batalla como simples competidores. Lo malo es que se
diga que andan valiéndose de malas artes para vencernos. ¡Esto no es cierto!
Cualquier artista o elemento técnico mexicano que llega a Hollywood encuentra
las mayores facilidades para conocer los estudios y adentrarse en sus
adelantos… Es más: si uno pregunta sobre tal o cual cosa que puede ser
considerada un secreto profesional, obtiene toda clase de informes… Ellos no
esconden nada; todo lo tienen a la vista, pero cuando lo enseñan a los demás,
confiesan con orgullo que eso les
costó muchos dolores de cabeza y muchos años de ensayos sin fin…
En Hollywood. |
Máquina de nubes
Es realmente sorprendente lo que
afirma Armendáriz, así que el redactor le pide una ilustración más completa
sobre ese punto…
–Durante mi visita a uno de los principales
estudios californianos, me sorprendió el truco maravilloso de que se valen para
hacer nubes… Me atreví a interrogar al técnico encargado de su manejo, sin
esperanza de obtener una explicación muy detallada. Para mi sorpresa, ¡el
hombre, prestándose a hacerlo de la manera más cordial, me dio toda clase de
razones! Y eso que podía considerarme un elemento rival, a juzgar por la forma
como nosotros nos conducimos respecto a ellos… Ahora pregunte usted a los
artistas, directores que han estado en Hollywood recientemente, si no es cierto
que se les abren las puertas y por lo tanto tienen oportunidad de ver y
estudiar cuanto les viene en gana…
Según el inteligente
actor, nuestros cinematografistas no han aprovechado tanto como debieran la
proximidad con Hollywood, en lo que tiene de bueno su experiencia de muchos años
y su indiscutible progreso técnico…
–Sería bueno que nos diéramos una
vuelta por Hollywood con cierta frecuencia. Pero que fuéramos a estudiar, sobre
todo los productores, pues hay muchos que su visita a Hollywood la aprovecha
para gozar de la vida y nada más… Hasta en la cuestión administrativa tenemos
mucho que aprender a Hollywood, pues solamente conociendo de cerca su
estructura interior podemos darnos cuenta de la terrible desorganización que
reina en el cine mexicano, en todos los aspectos…
En cuanto a
las condiciones en que se contratan los artistas mexicanos, Pedro Armendáriz
tiene algo muy razonable que decir…
–Es uno mismo el responsable
directo de las ventajas o las desventajas de trabajar en Hollywood. NO debo ni
puedo juzgar la actitud de los demás, pero me parece que todos nosotros ya
mayorcitos de edad, sabemos perfectamente cómo ir a Hollywood sin traicionar al
cine mexicano. Es indudable que los productores norteamericanos sienten un gran
interés por nosotros, con lo que no colocan en la tesitura de poder imponerles
ciertas condiciones que únicamente tienden a defender nuestra dignidad
profesional y nuestras obligaciones para con el cine nacional. ¡Y usted no
puede tener idea de lo bien informados que están ellos sobre las condiciones y
adelanto de nuestra industria!... Le seguro que la conocen más a fondo, hasta
en sus detalles menos importantes, que muchos de nuestros propios elementos…
Por lo que a su carrera se
refiere, Pedro no permitirá que Hollywood le haga lo mismo que a otros actores
llegados de fuera, a quienes se ridiculiza en papeles absurdos…
–Con Mary Pickford llegué al
acuerdo de que de ninguna manera filmaría una película de ambiente “mexicano…
Ella accedió de buen grado, pues se trataba de una medida que nos protege
mutuamente. Puedo decirles que a la fecha se están seleccionando varios
asuntos, pero no se aprobarán sino hasta que yo me muestre de acuerdo. La
iniciación del contrato no fue fijada, pues desean hacer las cosas bien y con
calma… Lo que le digo: la oferta es ventajosísima en todos sentidos, sobre todo
por la buena voluntad que me demostraron desde el principio de las pláticas… De
ninguna manera, insiste Pedro, accedería a residir en Hollywood, lugar al que
considera ideal para una visita de 20 a 30 días…
–Mi hogar, mi vida, han sido
forjados en México. Aquí están mi mujer y mi hijo, nuestros amigos… ¡No podría
dejarlos! Iré a Hollywood a trabajar, sí, pero como si se tratara de unas
vacaciones y nada más. Yo me debo al cien mexicano y ¡por ninguna cantidad me
atrevería a traicionarlo! Debemos conservar la unidad, hoy más que nunca, par
que nuestra industria siga adelante en su marcha victoriosa.
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