Fundador de la diplomacia mexicana
Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
17-06-02
#Semblanza, #Efemérides,
#EfeméridesMexicanas, #UnDíaComoHoy 2 de junio de 1887 nace Genaro Estrada Félix, quien
destacará como periodista, poeta, novelista, historiador y diplomático autor de
la doctrina internacional de la no intervención en la política interna de gobiernos extranjeros conocida como Doctrina Estrada.
Nació
en una casa ubicada en Plaza Machado de Mazatlán, Sinaloa, siendo sus padres don Genaro Estrada y
doña Concepción Félix. Debido a la muerte de su padre antes de que él naciera
fue cuidado por su madre, abuela y tíos.
Genaro Estrada |
Sus
estudios primarios los realizó en El Rosario, mientras que la preparatoria en
el Colegio Rosales de Culiacán.
Tempranamente
adquirió el gusto por los libros gracias a un tío político que era propietario
de un tipógrafo y una imprenta.
Genaro
escribió sus primeros artículos en su infancia, en el diario El Sur de Sinaloa,
entre 1892 y 1895. También colaboró en revistas estudiantiles y después trabajó
en El Monitor de Sinaloa y en el Diario del Pacífico.
Fue
autodidacta del derecho, la literatura y la historia de México. Un breve tiempo
fue regidor honorario del Ayuntamiento de Culiacán. A los 21 años dejó Sinaloa
para ir a vivir unos meses a Los Ángeles, California, Estados Unidos y luego ir
a radicar a la ciudad de México desde 1911.
Se
incorporó a El Diario de la Ciudad de México, siendo comisionado en Morelos
para cubrir la rebelión zapatista, llegando a escribir bajo el seudónimo de Zapatador y con la firma Lápiz Tinta.
Para 1912 funda la revista Argos en
colaboración con el poeta Enrique González Martínez.
En 1913 es nombrado secretario en la Escuela
Nacional Preparatoria y más adelante profesor de gramática. Trabajó cuatro años
de trabajo al lado de Genaro García, entonces director del plantel, elaborando
una historia de México en varios tomos, permitiéndose conocer la función
diplomática ejercida por los diversos gobiernos.
Dibujo de Genaro Estrada |
Colaboró en Revista de Revistas e ingresó a
varias sociedades académicas: fungió como Secretario General de la Sociedad
Mexicana de Geografía y Estadística, fue miembro de la Sociedad de Bibliófilos
Mexicanos, de la Academia Mexicana de la Lengua y llegó a ser presidente de la
Academia Mexicana de Historia.
Por invitación del titular de la Secretaría
de Industria y Comercio, Alberto J. Pani, es nombrado jefe de la Oficina de
Publicaciones a finales de 1917. Más adelante fue jefe del Departamento
Administrativo cuando el secretario de esa dependencia era Plutarco Elías
Calles.
En 1920 viajó a Milán, Italia, para organizar
una exposición mexicana a nombre del gobierno.
Fue profesor de la Escuela de Altos Estudios.
En 1921 Obregón nombró a Pani secretario de
Relaciones Exteriores y éste a su vez llamó a Estrada para ser Oficial Mayor de
esa institución. Ya que de esa oficina dependía la documentación diplomática,
Estrada realizó un profundo rescate de todo tipo de documentos, formulando
bibliografía, difundiendo su existencia, y con ello la reorganización del
archivo de la cancillería. Esto le permitió conocer más en profundidad la
historia diplomática de nuestro país. Por lo anterior fundó la primea imprenta y taller tipográfico de esa secretaría, así
como la colección del Archivo Histórico Diplomático Mexicano.
Sello postal conmemorativo |
Renovó también la secretaría al establecer
nuevos métodos de trabajo, adquirir equipo moderno y estableciendo el concurso
para el ingreso al servicio exterior.
Apreció las presiones norteamericanas a
nuestro país cuando participó en las negociaciones para el reconocimiento del
gobierno de Obregón. Estados Unidos pretendía que se modificara el artículo 27
de la Constitución de la República, así como sus leyes reglamentarias a favor de corporaciones extranjeras. Por ello
Estrada también estuvo presente en los llamados Tratados de Bucareli, los
cuales censuró por no tomarse en cuenta nuestra historia diplomática.
Ya en el gobierno de Plutarco Elías Calles,
en marzo de 1924 fue nombrado subsecretario de Relaciones Exteriores. En esa
posición llegó a inconformarse con la invasión norteamericana a Nicaragua y
sostuvo que la libertad par escoger a sus gobernantes, la autodeterminación y
la no intervención eran derecho inalienables de los pueblos.
Ante la renuncia de Aarón Sáenz, Estrada fue
ascendido a subsecretario encargado del despacho de la secretaría del 1º de
marzo de 1927 y hasta el 30 de noviembre de 1928. Al siguiente día fue nombrado
secretario por el presidente provisional Emilio Portes Gil. Y para el 5 de
febrero de 1930 fue ratificado en el puesto por el presidente constitucional
Pascual Ortiz Rubio.
Al parecer por su negativa a dar trato
preferencial al embajador norteamericano, asunto fuera de derecho, en unas versiones, o por su apoyo al gobierno
salvadoreño del general Maximiliano Hernández, debido al principio de no
intervención (en contra de la posición de Estados Unidos), asunto que no aprobó
el presidente mexicano, Estrada se vio obligado a renunciar el 14 de octubre de
1931 y ratificar su posición el 20 de enero de 1932. Así terminaron catorce
años de labor en el área diplomática, los tres últimos como secretario de
Relaciones Exteriores.
En su gestión sentó las bases de la política
exterior de México en una época de gobiernos de caudillos militares, con la
rebelión cristera, grandes presiones de potencias extranjeras, con el fin de
mantener o recuperar su influencia sobre asuntos internos, la presencia de la
propaganda extranjera contra la revolución mexicana y además la gran depresión
económica del capitalismo internacional que provocó el regreso de miles de
trabajadores mexicanos en Estados Unidos. Promovió en este ambiente una
política exterior basada en los principios del derecho internacional, en la
defensa de la autodeterminación, en la no intervención, y en la soberanía
nacional, sentando las bases de la diplomacia mexicana en los siguientes años.
Obra de Genaro Estrada |
Entre sus actos diplomáticos se encuentran
los siguientes: en 1927 difundió con precisión que el conflicto cristero era de
carácter político y no religioso. Al año siguiente defendió el principio de no
intervención en asuntos internos durante la Sexta Conferencia Panamericana de
la Habana. Desde 1929 estableció una red consular para que los trabajadores
mexicanos desempleados en Estados Unidos pudieran regresar a México. Resolvió
el problema de asaltantes procedentes de Guatemala, siendo sancionados y
compensadas las víctimas mexicanas. Exhortó a un acuerdo pacífico entre China y
URSS y ante la negativa de los soviéticos se vio obligado a suspender los lazos
diplomáticos con ese país y retirar la legación oficial. Estableció además un sistema de información
gubernamental para evitar las presiones del gobierno norteamericano ejercida
por las agencias noticiosas, creando la Agencia Trens para transmitir mensajes
a embajadas y consulados para que estos pudieran retrasmitirlos a diarios,
revistas u otros destinatarios. Rechazó también la intromisión del embajador
Morrow en los asuntos internos de México y exigió a las empresas extranjeras
que no solicitaran a sus representaciones diplomáticas apoyo en caso de
conflictos, sometiendo éstos a los tribunales mexicanos.
Ardua fue su labor diplomática.
También dirigió una nota
diplomática a los jefes de misión con motivo del cambio de gobierno en Perú, lo
que se conocería como “Docrina Estrada”, expresada en el siguiente párrafo:
“Después de un
estudio muy atento sobre la materia, el gobierno de México ha transmitido
instrucciones a sus Ministros o Encargados de Negocios en los países afectados
por las recientes crisis políticas, haciéndoles conocer que México no se
pronuncia en el sentido de otorgar reconocimientos porque considera que ésta es
una práctica denigrante, que sobre herir la soberanía de otras naciones, coloca
a éstas en el caso de que sus asuntos puedan ser calificados, en cualquier
sentido, por otros gobiernos, quienes de hecho asumen una actitud crítica al
decidir favorable o desfavorablemente sobre la capacidad legal de regímenes
extranjeros. En consecuencia, el gobierno de México se limita a sostener o
retirar cuando lo crea conveniente a sus Agentes Diplomáticos y a continuar
aceptando, cuando también lo considere procedente, a los similares Agentes
Diplomáticos que las naciones respectivas tengan acreditados en México, sin
calificar precipitadamente, ni a posteriori, el derecho que tengan las naciones
extranjeras para aceptar, mantener o sustituir a sus Gobiernos o
autoridades".
La Doctrina Estrada confirma los
derechos a la No intervención y de Autodeterminación en rechazo a los
recnocimientos condicionados de cualquier gobierno.
Influencia literaria |
En 1930 el embajador Estarada
promovió el ingreso de México a la Sociedad de Naciones de reciente creación y
antecedente de las actuales Naciones Unidas, al cuál no había sido invitado.
En 1931 elevó al rango de embajada
la representación diplomática en España durante la instauración de la
República.
Al renunciar a la cancillería fue
nombrado embajador en España y ministro plenipotenciario para Portugal y
Turquía. En aquel país conoció a múltiples intelectuales y publicó dos libros
de poesías.
No aceptando a su regreso ser
embajador de México en Brasil en el gobierno de Lázaaro Cárdenas, se dedicó a
dirigir hasta 1925 las publicaciones históricas y bibliográficas de la
Secretaría de Relaciones Exteriores, tales como: Monografías Bibliográficas y
el Archivo Histórico Diplomático Mexicano, con cuarenta volúmenes.
Cultivó la crítica literaria, el
ensayo, la historia, la novela y la poesía. Entre sus numerosas publicaciones
destacan: Poetas nuevos de México (1916); La Linterna Sorda (1919); Un siglo de relaciones internacionales de
México y Visionario de la Nueva
España (1921); Pero Galín (1926); Crucero (1928); Escalera (1929); Paso a nivel (1933); Senderillos al Ras (1934); Genio y figura de Picasso y Cuadernos Mexicanos (1936).
Genaro Estrada falleció en la
ciudad de México, el 29 de septiembre de 1937.
Sus restos descansan ahora en la
Rotonda de las Personas Ilustres por el decreto del 4 de abril de 1977,
expedido por el presidente José López Portillo.
Tumba en la Rotonda de las Personas Ilustres |
El 2 de enero de 1982, se declaró
en Sinaloa, que el 27 de septiembre de cada año sería el Día de la Doctrina
Estrada.
En el primer centenario de su
nacimiento, el Estado de Sinaloa declaró Año de Genaro Estrada el año de 1987.
Además, el 24 de octubre de 1996 el
nombre de Genaro Estrada, junto con el de
Isidro Fabela, fue inscrito con letras de oro en el Muro de Honor de la
Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.
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