martes, 3 de marzo de 2020

Manuel Carmona y Valle

Avanzado en oftalmología


Dr. Héctor Darío Aguirre Arvizu
20-03-03

     #Semblanza, #Efemérides, #EfeméridesMexicanas, #UnDíaComoHoy 3 de marzo de 1831, nace en la ciudad de Querétaro, Querétaro, Manuel Carmona y Valle, quien se distinguirá como médico, escritor y político progresista. 

     El doctor Manuel Carmona y Valle fue una figura polifacética y controvertida que incursionó en diferentes aspectos socioculturales y científicos.
     Su actividad médica la orientó a la docencia, la investigación y a la práctica privada de la medicina.

Manuel Carmona y Valle. (2)
     Cuando aún era muy pequeño, su familia se trasladó a la ciudad de Querétaro, ciudad en la que realizó sus primeros estudios escolares. A los diez años de edad regresaron a la ciudad de México, lo que le permitió ingresar al Seminario Conciliar, en donde cursó el bachillerato, que terminó en siete años con excelentes calificaciones.
     Ingresó a la Escuela de Medicina en 1849, cuando ésta aún era trashumante; durante los cinco años de la carrera Manuel Carmona obtuvo las mejores calificaciones y primeros lugares; se graduó el 4 de diciembre de 1854 con un brillante examen profesional.
     A los 23 años de edad, el doctor Carmona viajó a París para continuar sus estudios médicos, matriculándose en el Colegio de Francia, en donde permaneció diez años y adquirió los conocimientos más adelantados sobre oftalmología al lado del eminente médico Desimones. Al mismo tiempo asistía a los cursos de fisiología impartidos por el doctor Brown Sequard, al lado del cual efectuó los experimentos acerca de la influencia de la sección medular sobre la temperatura periférica.
     Regresó a México en 1865 con amplios conocimientos y tecnología en los campos que estudió, sin embargo no pudo desarrollar la fisiología ya que no encontró las condiciones propicia, principalmente por que la situación económica del país no lo permitía. Por eso se orientó hacia la oftalmología, donde realizó grandes aportaciones.
     Fue el primero en dar a conocer en nuestro país el oftalmoscopio, que había inventado el científico Helmholtz hacía poco (este científico es que que postuló la teoría necesaria para el uso de anteojos), el cual permitió hacer diagnósticos, tratamientos y pronósticos de enfermedades oculares más acertados, simplificó su manejo y dio ciertas indicaciones para su uso.
     Además, Carmona ideó una teoría sobre la refracción del ojo; inventó un cuchillo de forma especial, que lleva su nombre, e inició varios tipos de intervenciones quirúrgicas para el tratamiento de padecimientos oculares, como por ejemplo, la extirpación de la catarata y la resección del maxilar superior.
     Fue el primer médico mexicano en tratar el tema del infarto pulmonar, diferenciándolo de la neumonía lobar aguda, e inició los estudios para encontrar la etiología de la fiebre amarilla, del cólera y de las fiebres pulmonares, con los métodos de investigación más avanzados en su época.
     En 1866 inició su trayectoria dentro de la docencia cuando obtuvo la cátedra de fisiología sustentando un examen de oposición. Más tarde, en 1869, ganó la cátedra de clínica médica externa de la misma manera, puesto que ocupó hasta pocos días antes de morir. En 1877 fue nombrado por el gobierno, profesor de clínica interna.

Dr. Manuel Carmona y Valle. (2)
     Su labor como director de la Escuela Nacional de Medicina fue muy destacada. Asumió el puesto en abril de 1886, a la muerte del doctor Francisco Ortega y Villar, y permaneció en él durante 16 años, hasta 1902, cuando lo sorprendió la muerte. Hizo importantes modificaciones al plan de estudios introduciendo varias asignaturas nuevas, como histología y microbiología, entre otras; volvió a implantar los exámenes de oposición para obtener cátedras, e inició los trabajos para instaurar la enseñanza formal de actividades anexas a la medicina, como la farmacia, la dentistería y la enfermería.
     En el terreno académico también tuvo una importante actividad, ya que fue de los miembros fundadores de la actual Academia Nacional de Medicina, de la cual se puede decir que se constituyó el 30 de abril de 1864, como la Sección de las Ciencias Médicas de la Comisión Científica, Artística y Literaria de México, auspiciada por el emperador Maximiliano; poco más tarde se convirtió en Sociedad Médica de México (en diciembre de 1865) y en 1874 se conformó definitivamente en Academia de Medicina. Ocupó el sillón número cinco.
     Tuvo una destacada actividad en el seno de esta corporación, ya que fue secretario general en 1867 y presidente en dos ocasiones, en 1883 y 1892, tres años después pasó a la categoría de honorario. En las páginas de la Gaceta Médica de México fueron publicados innumerables artículos suyos.
      También fue presidente de la Sociedad Médica “Pedro Escobedo”. Asimismo presidió el Congreso Médico Internacional de 1862, y destacó en otros eventos del mismo tipo, de los que podemos mencionar el Primer Congreso Médico Panamericano, en donde desempeñó la vicepresidencia; fue delegado representante de México en los congresos médicos internacionales de Berlín, Roma y Moscú; representante de nuestro país en la Asociación Americana de Salud Pública; etcétera.
      Ocupó disímbolos puestos en la vida pública de México. En el terreno médico fue director del Hospital de Jesús y presidente de la Junta de Beneficencia. En la actividad política destacó como senador de la República Mexicana en varias ocasiones y presidente del Ayuntamiento de la Ciudad de México.
     A pesar de todas estas actividades, el doctor Carmona y Valle no descuidó la práctica privada de la medicina, y se dice que por su consultorio desfilaba un sinnúmero de menesterosos para los que siempre tenía el diagnóstico preciso, así como la palabra de aliento. Pero también se podía encontrar a las grandes personalidades de la vida social, cultural y artística del siglo XIX.
     Fue miembro fundador de la Academia Nacional de Medicina y director del Hospital de Jesús. También destacó como senador de la República y presidente del Ayuntamiento de la ciudad de México.
     Carmona dedicó tiempo y esfuerzo a fin de descubrir el agente causal del vómito negro, prieto o fiebre amarilla.  La investigación realizada para escribir ese libro recoge la ardua tarea de Carmona como investigador y también las vicisitudes, amarguras e incomprensiones que tuvo que soportar.
      El último director de la Escuela Nacional de Medicina en el siglo XIX. Fue director de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México y presidente de la Academia Nacional de Medicina. 

     Fue autor de varias obras médicas, entre las que se destacan: Mecanismos sobre la acomodación y refracción, La conjuntivitis exuberante, Estudio bacteriológico sobre la fiebre amarilla, Tratado sobre el infarto pulmonar, Estudio sobre la astenia deambulatoria, Parálisis de los adultos y el más famoso de sus trabajos: Lecciones sobre clínica.
     Muere en la ciudad de México, el 24 de octubre de 1902. 
     La Facultad de Medicina y la Coordinación de Humanidades han acordado difundir de modo permanente la labor de investigador del doctor Carmona como un reconocimiento a su destacada batalla para dar a México la gloria del descubrimiento del agente causal del vómito prieto y, también, como un homenaje a la memoria de este excepcional médico mexicano.
     En 1909 se erigió un monumento en su honor, con una recaudación que se realizó entre los profesores y alumnos de la Escuela de Medicina. La estatua se colocó originalmente en el centro de la Plaza de Santo Domingo, y actualmente se localiza en el Jardín de los Médicos, en la colonia de los Doctores, frente al Centro Médico Siglo XXI.

     Una calle de la Ciudad de México, en la colonia de los doctores, lleva su nombre.

     Imágenes tomadas de:
     (1)
Wikipedia.
     (2)
Mexicana.     
    

 Con información de:
     (1) Facultad de Medicina.
     (2) Facultad de Medicina 02.

D. R. 2020 Darío Aguirre


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